Seis personas han perdido la vida a causa de las lluvias torrenciales, pero una vez más el hombre no está exento de culpas. Las grandes tragedias del pasado, como la del dique del Vajont, no han enseñado nada. No era la primera vez que el río Bisagno rebalsaba los terraplenes. Ya ocurrió en 1970 y hoy como entonces el puente ferroviario actuó de tapón, creando un muro líquido que impidió el desagote del río Fereggiano, que vuelca en el río Bisagno, apenas un kilómetro antes del mismo. Así, cinco personas murieron en un edificio. El profesor Alfonso Bellini, geólogo encargado por la Fiscalía, ha sido quien ha identificado las causas del desastre, abriendo un expediente por desastre y múltiple homicidio culposo.
¿Por qué nadie hizo nada desde el 70' hasta el día de hoy? El gobierno de la época identificó (o calificó) las obras de seguridad sobre el Bisagno como la segunda “emergencia nacional” a solucionar. ¿Por qué motivo no se realizó bien el dragado del río, considerado por todos como “insuficiente”? Lo que era una emergencia fue afrontada con calma por las clases dirigentes de ese territorio a las cuales el presidente del Consejo Emilio Colombo les había encargado que resolvieran el problema.  Después de 18 años de largos debates, en 1989, se aprobó el “proyecto piloto” del dragado del cauce del río Fereggiano, pero los trabajos se detuvieron a causa de la “Tangentopoli genovesa*”(un sistema de corrupción y financiación ilegal de partidos políticos, fueron involucrados ministros, diputados y senadores)  y hasta el día de hoy el canal está abandonado.  Así en 1998 se retomó el ensanche del lecho y el dragado del fondo, comenzando desde el mar. Una obra dividida en tres partes. La tercera fue aprobada recientemente, en junio del 2008, por el Consejo superior de obras públicas presidido por Angelo Balducci, o bien el principal acusado en el proceso sobre la “cricca” junto a los varios Anemone y Bertolaso, pero faltaron los fondos y la obra no fue terminada.
Hoy el jefe de los fiscales de Génova Vincenzo Scolastico, que investiga sobre el desastre, en una entrevista concedida al periódico “La Repubblica” declaró: “Ya no hay que reverenciar más al dios de la especulación”. No es posible que se sigan repitiendo los aluviones. Los administradores tienen que entender que se tiene que interrumpir este proceso de impermeabilización de Génova provocado por la cementización.  Hasta los años 70' una invasión de cemento bajo forma de edificios, hoy agujeros continuos para aparcamientos de varios pisos y garages subterráneos. Puedes construirlos a la perfección, que siempre hay que ver de todos modos, pero el dato objetivo es que antes estaba la tierra que drenaba y absorbía todo y hoy está el cemento que no absorbe absolutamente nada.”
Y éste es precisamente el problema. Porque es difícil pensar que políticos, técnicos y empresarios no conocieran los riesgos. Gobernantes, que a la luz de los hechos del día de hoy, tienen las manos sucias de sangre por haber permitido este desastre edilicio sin pestañear. Estos personajes sedientos de dinero deberían ser condenados a cadena perpetua. Porque no hay diferencia entre esta gente y el “jefe de jefes” de Cosa Nostra, Salvatore Riina. Todos absolutamente plenamente conscientes de lo que estaban haciendo. Atentados de la Mafia, atentados de Estado, masacres de inocentes, sea como sea siguen siendo atentados. Todos en nombre del poder y del vil dinero.