Estudiantes: acampe en la explanada de la Universidad de la República
El pueblo palestino resiste en el último bastión de Gaza, el campo de refugiados de Rafah, ante la mirada cómplice de la gran mayoría de los gobiernos del mundo -que durante los 76 años de esta catástrofe-, han evitado tomar decisiones firmes para interrumpir este genocidio en curso, perpetrado por el Estado sionista de Israel y los imperios de Occidente.
Ante esta situación crítica miles de personas volvieron a marchar por las calles de Montevideo este 15 de mayo, para exigir el alto al fuego inmediato en los territorios palestinos ocupados por el ejército de Israel, y el acceso de ayuda humanitaria para asistir a las víctimas que todavía resisten. Esta vez la convocatoria se realizó en el marco del Mes de la Memoria y del 76° aniversario de la Nakba. Hecho, este último, que dio inicio al masivo desplazamiento forzado del pueblo palestino.
La marcha, convocada por la Coordinación por Palestina Uy, partió desde la explanada de la Intendencia de Montevideo, donde aproximadamente cinco mil personas se aglomeraron con un sinnúmero de banderas palestinas. La columna de manifestantes tomó por avenida 18 de julio rumbo a la Plaza Independencia, frente a la sede del gobierno central. En todo momento los tambores y los redoblantes marcaron el son de las consignas que eran gritadas y cantadas a todo pulmón. “¡Palestina libre!”, se escuchó una y otra vez.
La embajadora palestina en Uruguay, Nadya Rasheed acompañó, junto a su familia, todo el recorrido del evento, y lo hizo -como en otras ocasiones- al frente de la marcha pero sin tomar protagonismo, que en esta ocasión fue abordado por las jóvenes de la coordinación, quienes al llegar frente a la Torre Ejecutiva, sobre un pequeño y potente escenario, dieron inicio al acto central gritando y arengando, “¡No es una guerra, es un genocidio!”.
A continuación compartieron dos poemas: “Montaña, piedra” de Lena Khalaf Tuffaha y “Si he de morir”, de Refaat AlAr’eer.
“Si he de morir, tú debes vivir
para contar mi historia
para vender mis cosas
para comprar un trozo de tela
y unos trozos de cuerda
(que sea blanco y con una larga cola)
para que un niño,
en algún lugar de Gaza
mirando a los ojos del cielo
esperando a que su padre
que una explosión se llevó
sin despedirse de nadie
ni siquiera de su propia carne
ni siquiera de sí mismo
ve la cometa
mi cometa que tú hiciste,
volando sobre él
y piensa por un momento
que un ángel está allí
Para traer el amor.
Si he de morir
que eso traiga esperanza.
Que se convierta en un relato”.
Luego de los poemas las jóvenes instaron al gobierno uruguayo a “romper relaciones con Israel hasta que cumpla con el derecho humanitario”. También, antes de dar paso a la lectura de la proclama, recordaron a Efrain Olivera, fundador de Serpaj, “quien si no se hubiera ido estaría hoy caminando junto a nosotrxs, siempre solidario”.
El texto consensuado por los convocantes fue leído por Adriana Vaselli, de Serpaj, y Rubén Benítez de Fucvam.
“Para el pueblo palestino, mayo es también el mes de la Memoria de la Nakba, o ‘la catástrofe’: la destrucción de más de 500 localidades palestinas, el asesinato de 15.000 personas, y la expulsión forzada de 750.000 personas de sus hogares y tierras, a las que nunca más se les permitió́ regresar. En su campaña de limpieza étnica, las bandas terroristas sionistas que se convertirían en el ejército israelí́ cometieron masacres y actos terroristas, incluyendo fusilamientos, violaciones, saqueo de propiedades y muchos otros crímenes. Hasta el día de hoy, esos crímenes no solo continúan impunes, sino que tampoco han sido reconocidos por los perpetradores”.
Sobre la situación actual afirmaron: “El 80 por ciento de la población gazatí ha sido desplazada por la fuerza, y empujada hacia el sur. Los cientos de miles de carpas, donde se hacinan un millón y medio de personas en condiciones intolerables, son una horrible repetición de los cientos de miles de carpas de la Nakba de 1948. La resistencia palestina aceptó el acuerdo ofrecido por los mediadores, pero Netanyahu lo rechazó para continuar su guerra de exterminio: ordenó a la población gazatí volver a desplazarse, continua bombardeándola, y cerró con tanques el paso de frontera de Rafah para bloquear la entrada de alimentos, agua, insumos médicos y combustible, profundizando la catástrofe humanitaria. En Rafah, Israel está cruzando una nueva línea roja con el apoyo de Estados Unidos, y en oposición al clamor de la comunidad internacional y de la ONU que le exigen detener la agresión”.
Solidaridad con Our Voice
También alertaron sobre la persecución mediática y judicial impulsadas por el lobby sionista en Uruguay. “Denunciamos la ofensiva del sionismo –en Uruguay y en todo el mundo– para silenciar y criminalizar a quienes denuncian el genocidio. Nos solidarizamos con las compañeras de Our Voice y con quienes sufren criminalización y persecución por apoyar los derechos del pueblo palestino; en Uruguay y cualquier parte del mundo; en las universidades del norte y en la Universidad de la República. Defendemos la autonomía y el cogobierno de nuestra universidad. Y dejamos claro que ¡negar o justificar un genocidio no es libertad de expresión!”.
También se refirieron a las justificaciones “bélicas” esgrimidas por los proisraelíes, diciendo: “esto no empezó́ el 7 de octubre. La violencia de los oprimidos no es causa, sino respuesta a la violencia anterior, estructural y mucho mayor del opresor. Y no hay peor terrorismo que el que practica el Estado de Israel desde hace siete décadas contra todo el pueblo palestino. Reiteramos también: según el Derecho Internacional, ¡El derecho a defenderse es de los pueblos ocupados, no de las potencias ocupantes!”.
Para finalizar exigieron: ¡Basta de genocidio! ¡Basta de impunidad! ¡Alto al fuego inmediato y permanente! ¡Ingreso urgente de ayuda humanitaria! ¡No a la expulsión forzada de la población palestina! ¡Libertad para las y los presos políticos en las cárceles sionistas! ¡Retorno de toda la población palestina refugiada! ¡Basta de ocupación, colonialismo y apartheid! ¡Sanciones y ruptura de todo tipo de relaciones con Israel!”.
Acampe estudiantil en resistencia
Al terminar el evento frente a la Torre Ejecutiva, estudiantes y activistas sociales, se reunieron en las escalinatas del edificio de la Universidad de la República, para dar inicio a un acampe en solidaridad con el pueblo Palestino, y exigirle a las autoridades académicas romper relaciones con el Estado genocida y las instituciones que lo avalan. Esta dinámica se repite desde hace algunas semanas, en numerosas universidades en todo el mundo, donde los estudiantes enfrentan la presión sionista y la represión por parte de las policías locales.