Hace cuarenta y seis años Cosa Nostra asesinó al joven activista rebelde. Hubo una marcha desde Radio Aut hasta Casa Memoria, con la presencia del padre de Ilaria Salis
Peppino Impastato como vector de luchas sociales. La lucha contra la mafia, la actividad criminal, el empleo precario, el fascismo y la lucha por el medio ambiente, por la legalidad, por el trabajo y por la libertad de expresión. Cuarenta y seis años después de su asesinato, las batallas del joven periodista y activista de Cinisi asesinado por Cosa Nostra el 9 de mayo de 1978 siguen teniendo una relevancia sorprendente en Sicilia, como en toda Italia. Ayer, la pequeña ciudad de la provincia de Palermo donde nació y creció Impastato, lo recordó con la habitual marcha que va de Radio Aut en Terrasini -donde Peppino junto con sus compañeros denunciaron "Mafiopoli", el feudo mafioso del jefe Gaetano Badalamenti (del que se burlaba llamándolo "Don Tano") y las connivencias de la política local- y llega hasta su casa en Cinisi. En esa casa, a sólo cien pasos de la casa de Badalamenti -instigador del crimen- y en la que durante años el joven se rebeló contra su padre mafioso, Luigi Impastato. La asociación Compañeros de Peppino Impastato, Casa Memoria Felicia y Peppino Impastato de Cinisi y el centro Impastato de Palermo organizaron la marcha.
Con ellos, entre muchas organizaciones, marcharon la CGIL, las Cobas dell'Orsa y Libera. Estuvieron presentes representantes de numerosas escuelas. Entre ellos el Liceo Umberto I de Palermo, el Liceo Felicia e Peppino Impastato de Partinico, el instituto integral Cassarà-Guida de Partinico y el instituto integral Santa Maria Bambina de Brescia. Una vez pasada la fuerte lluvia que por la mañana impidió a los familiares inaugurar con los ciudadanos la renovación de la casa rural donde Impastato fue golpeado y asesinado, la procesión partió a primeras horas de la tarde. Cientos de participantes marcharon por el camino que Peppino recorría todos los días desde su casa hasta la radio. También estuvo presente Nino Morana Agostino, nieto de Vincenzo Agostino, quien falleció hace muy poco semanas sin obtener verdad ni justicia para su hijo y su nuera asesinados, el cual desfiló con un cartel que representaba el rostro icónico de su abuelo. "Sus luchas no terminan con la muerte", dijo, recordando a Vincenzo Agostino y Peppino Impastato. "Mi abuelo estuvo presente en cada 9 de mayo, en cada marcha antimafia".
Muchos coros y pancartas son exhibidos a lo largo de la gran serpiente. Y muchas, efectivamente, fueron las batallas reivindicadas en la marcha popular de dos kilómetros. "La batalla de Peppino es muy actual. Su mensaje no fue sólo ideológico, y de compromiso social, sino sobre todo educativo", reiteró ante nuestros micrófonos su hermano Giovanni Impastato. La procesión, llena de jóvenes de toda Sicilia y otros lugares, gritó contra la mafia y la colusión política. "Desarrollar una conciencia antimafia desde los más jóvenes significa deconstruir un modelo cultural erróneo que normaliza actitudes violentas, que se alimenta de resignación y adicción y también de corrupción", gritó Luisa Impastato desde el balcón de su tío Peppino después de que la comitiva llegara a la Casa Memoria Impastato.
A partir de aquí se fueron turnando las intervenciones de los familiares y algunos invitados. Todos prestaron gran atención a la actualidad, debido a las investigaciones antimafia que afectaron a la clase política de algunas ciudades italianas en las últimas semanas como Bari, Turín y Génova, en especial al presidente de la región, Giovanni Toti. Pero también a los de Sicilia que recientemente preocuparon al vicepresidente de la Región, Luca Sammartino, o al concejal del municipio de Palermo, Mimmo Russo. "La historia de Peppino nos enseña que podemos elegir romper con nuestro propio condicionamiento cultural y familiar asumiendo la responsabilidad del cambio", dijo Luisa Impastato.
También se fijó la atención en la masacre ocurrida hace unos días en Casteldaccia, en el Palermitano, con la trágica muerte de cinco trabajadores que fueron envenenados en una alcantarilla. "Si Peppino todavía estuviera vivo, lucharía por ellos", dijo la familia Impastato. "Lucharía por la seguridad de los trabajadores y contra aquellos que anteponen las ganancias a la vida y la dignidad de los trabajadores. Peppino siempre estuvo del lado de los últimos, de los oprimidos, de la justicia social y de quienes luchan por los derechos humanos". Y hablando de derechos humanos, cabe mencionar el sentido discurso de Paolo Arena, compañero de lucha de Peppino Impastato, que, después de denunciar las irregularidades en Italia -enumerando todos los puntos políticos- pasó a hablar de las crisis internacionales.
"Peppino fue un militante revolucionario internacionalista, su lucha y la de sus compañeros de Cinisi, que salieron de la generación del 68, sigue siendo actual", dijo desde el balcón de Casa Memoria. "En aquel entonces luchábamos contra la guerra de Vietnam y también contra la ocupación colonial de Palestina por parte de Israel, desafiando cualquier declaración de la ONU". Hoy, gritó, aplaudido por los manifestantes, "estamos en presencia de un genocidio y de limpieza étnica". Finalmente, entre los invitados también se encontraba Roberto Salis, padre de Ilaria Salis, arrestada en Hungría y recluido en condiciones inhumanas. "Tanto Ilaria como Peppino son considerados personas que los fueron a buscar, que eran molestos", afirmó. "Encuentro una gran similitud entre su historia". Un discurso sentido y emotivo el de Roberto Salis, aplaudido por la plaza que levantó coros de apoyo a la joven profesora encarcelada: "Ilaria libre, Ilaria libre".
*Foto de Portada y restantes © Jamil El Sadi
*Foto 2: Luisa Impastato
*Foto 4: Nino Morana Agostino