A los más de 300 pingüinos hallados muertos en Punta del Este, La Paloma y Piriápolis se suman ahora otros 140 encontrados sin vida en Cabo Polonio, confirmó ayer a El País Daniel Gilardoni, titular de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara).
Por el estado de los cadáveres hallados en una recorrida que realizó su equipo se concluyó que llevan "varios días" sin vida. Ante la magnitud del hecho, la Dinara pidió asesoramiento a un especialista argentino para investigar las causas de la abultada mortandad de pingüinos.
"Lo que queremos averiguar es si hubo algunos cambios en esta población. Porque es frecuente que haya mortandad de pingüinos en esta época del año, pero no es frecuente la magnitud. Eso es lo que llama la atención", enfatizó Gilardoni.
La hipótesis más fuerte que maneja para explicar las muertes está vinculada a factores climáticos y de corrientes marinas, al tiempo que se aleja de la teoría que vincula el hecho a los residuos tóxicos de fosfina encontrados sobre la playa de San Francisco.
Para dejar dudas de lado, la Dinara solicitó la colaboración del Centro de Toxicología del Hospital de Clínicas para que realice análisis de cadáveres. "Es muy difícil que el agroquímico sea el vínculo. Pero tenemos que hacerlo para estar seguros", determinó el principal de la Dinara.
En tanto, ayer a la mañana partió desde Montevideo a Piriápolis un equipo de Bomberos especializado en el tratamiento de material peligroso y protección ambiental, para tratar los "residuos tóxicos de las bolsas halladas días atrás en la costa de San Francisco con el agroquímico Fertox.
Son más de 2.000 bolsas (de 34 gramos cada una) las que se encontraron en la arena. Las mismas fueron llevadas a un depósito cerrado, perteneciente a la Intendencia de Maldonado.
La tarea, explicó Daniel Dacunha, jefe del equipo de Materiales Peligrosos de la Dirección de Bomberos, consiste en analizar bolsa por bolsa.
"Tenemos que comprobar una por una para detectar si todavía se mantiene activo el residuo tóxico, es decir si desprende una sustancia llamada fosfina", explica. En ese caso, indica, el paquete se aparta del resto y se le extrae el gas.
"Es mínimo el porcentaje de gas que se puede despren- der del producto, por lo que se disipa rápidamente en el aire sin causar trastornos en la vida humana y animal", afirmó Dacunha sobre el procedimiento.
La tarea comenzó en la mañana de ayer y se estimó que el trabajo les demandaría hasta la madrugada de hoy. El lugar donde trabaja la dotación de Bomberos, explican, está alejado de viviendas y sin población a 500 metros a la redonda. El personal usa trajes encapsulados para evitar afectaciones de piel y vías respiratorias.
. En caso de que la sustancia no se active (es decir que no se desprenda fosfina al ambiente) se procede a una segunda instancia, que consiste en transformar el producto en una pasta inerte para desecharlo. "Se coloca el producto en un tacho, se mezcla con agua y jabón (en proporciones ya establecidas) y eso se transforma en una pasta, que queda inerte y permite ser desechada como residuo común en cualquier lugar", resume Daniel Dacunha.
"Nuestro trabajo es eliminar a cero el riesgo de contaminación que pueda surgir de estos residuos tóxicos", resumió el jefe del departamento de Materiales Peligrosos.
Fuente: El País