MILITARES DE AYER Y DE HOY
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El presidente afirmó que en la historia de América Latina la profesión militar dejó golpes de Estado, pérdidas de libertades y "verdaderos genocidios". Pero aclaró que esa misma matriz académica "produjo militares hacia un lado y hacia el otro", en referencia al general Víctor Licandro (fallecido ayer a los 93 años), a quien calificó de "quijote militar que levantó "no solo definiciones políticas sino valores y compromisos éticos".
Mujica destacó el respeto a las instituciones y recordó que "quienes luchábamos en todas las vías, tuvimos que reaprender del tremendo valor humano y progresista que significa un Estado de derecho que, encuadrado y limitado por un paco constitucional, está lleno de defectos, pero tiene un valor incalculable. Tuvimos que retomar valores perdidos, padeciendo el dolor en un momento de su pérdida y gozando la alegría de la recuperación", reflexionó.
El presidente entendió que en la sociedad actual existen contradicciones marcadas "a hierro" respecto a lo que fue el papel de los militares (y también la sociedad) en el pasado y el presente. Entendió que no se puede "dar vuelta la página alegremente como algunos quieren, pero a su vez no se puede cometer el error estratégico de seguir considerando a los aparatos militares de hoy igual que los de ayer, porque sino cómo ganarlos para que sirvan y respalden a la democracia; para que apuntalen al Estado de derecho".
Mujica entendió que el "mejor homenaje a Licandro es entender la esencialidad de su mensaje, que tanto él como Seregni orgullosamente nunca dejaron de ser militares pero tuvieron fuerza para levantar el brazo del compromiso y poner su talento, sabiduría, oficio y su vida al servicio del cumplimiento de un mensaje de cambio progresista para la sociedad. Vaya paradojas las que nos presenta la vida", puntualizó.
Afirmó que "se necesita honda fidelidad al Estado de los brazos armados que se expresan en el Estado. Esta es una verdad evidente (...) la construcción ideológica de apego a las instituciones, no por mandato machacón, sino por íntimo convencimiento, es la garantía última del Estado de derecho, y esto debiera ser cometido esencial de la ciudadanía toda".
Fuente: El País