EN VIOLENCIA BONAERENSE HUBO INSTIGADORES
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el mensaje ideado por la Casa Rosada como reacción ante los desmanes del jueves en Constitución, después de una protesta gremial. Lo hizo casi sin eufemismos: acusó al ex presidente y candidato a las elecciones de 2011 Eduardo Duhalde, a los partidos de derecha y a medios de comunicación de haber orquestado un complot para desestabilizar al gobierno.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, reforzó la idea: mencionó también a Duhalde como supuesto instigador del estallido de furia y denunció "un proceso para generar zozobra en la sociedad".
La reacción oficial fue coordinada con la presidenta Cristina Fernández, que reveló entre funcionarios cercanos su gran preocupación por los hechos de violencia que empañan el fin de año y trastornan su gestión. "Hay estado de alerta", gráfico una fuente de la administración. Demoró un día su viaje a Río Gallegos por la Navidad y dio el aval para instalar la idea de la conspiración.
Es una estrategia calcada de la que usó el kirchnerismo ante otros sucesos violentos que lo complicaron. Los últimos casos: las recientes tomas de tierras en el sur porteño y la muerte de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero (PO) asesinado por una patota del gremio ferroviario hace dos meses.
Acusados. Aníbal Fernández publicó en su blog el mensaje que había grabado el 24 de diciembre. Dijo que los graves incidentes desatados en la estación Constitución el jueves "se apadrinaron" -El padrino es un apodo que le suele dar a Duhalde-, e incluyó en sus denuncias al PO, a la "derecha que quiere desestabilizar" y a las empresas periodísticas.
"Hay dirigentes irresponsables de baja estofa que están tratando de ver si, perjudicando al gobierno, tienen alguna posibilidad electoral", dijo el ministro, que atraviesa un momento de debilidad dentro del Gabinete, pero a quien la Presidenta le encomendó la misión de instalar la versión oficial ante los episodios que causaron decenas de heridos, detenidos y destrozos, además de miles de pasajeros de tren varados.
"Algunos, asumiendo roles mafiosos como en la película El padrino, han buscado punteros políticos y personajes nefastos que han ido a motivar determinadas acciones y que han significado dolores de cabeza para todos", acusó.
Con nombre y apellido. Fernández incluyó en sus palabras referencias elípticas a Duhalde. Pero Randazzo lo mencionó con nombre y apellido. "Duhalde es uno de los dirigentes que intentan imponer un discurso del orden a través de la violencia", acusó.
El ministro de Justicia, Julio Alak acusó al PO y "a la derecha, que se manejó en las sombras, mandando a sus activistas armados a destrozar la estación".
El discurso fue elaborado de apuro durante las horas previas a la Nochebuena. Implicó cierto giro respecto de la información que salía de adentro del gobierno durante los incidentes que conmocionaron al país. En aquel momento, se presentó una denuncia formal contra el PO por obstaculizar las vías de la línea Roca en Avellaneda como parte de una protesta gremial de trabajadores tercerizados. En ningún momento, el gobierno fue a la Justicia a denunciar instigación política en los desmanes. El canciller Héctor Timerman acusó en Twitter al PO, subido a la línea oficial, cuando la policía empezaba a recobrar el orden.
La Policía Federal también parece avanzar en otra dirección. Investiga los supuestos lazos entre los detenidos durante los disturbios y los militantes del PO que apoyaron la protesta sindical en Avellaneda. Sospecha que hubo instigación a la violencia para provocar destrozos y saqueos.
Ya sin el control de las fuerzas de seguridad, Aníbal Fernández, ex funcionario duhaldista, ahondó en el camino del complot: "Intentaron ensuciar el fin de la década, como lo hicieron al principio de la década. Intentaron ensuciar las Fiestas". Y le apuntó a la prensa: "Todo estuvo incentivado por muchos medios de comunicación que ustedes conocen de sobra: basta con mirar los canales de noticias o leer los diarios para ver el veneno que destilan".
Desde el PO, el dirigente Néstor Pitrola desmintió que estuvieran vinculados a los disturbios en Constitución. Y agregó: "identificamos en una foto de La Nación a uno de los violentos, y es un delegado del sindicato de camioneros". Dicha gremial es dirigida por Hugo Moyano, ferviente peronista cercano al kirchnerismo.
Randazzo: "Duhalde intenta imponer un discurso del orden a través de la violencia".
A. Fernández: "Todo estuvo incentivado por muchos medios de comunicación".
Fuente: La Nación/GDA
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, reforzó la idea: mencionó también a Duhalde como supuesto instigador del estallido de furia y denunció "un proceso para generar zozobra en la sociedad".
La reacción oficial fue coordinada con la presidenta Cristina Fernández, que reveló entre funcionarios cercanos su gran preocupación por los hechos de violencia que empañan el fin de año y trastornan su gestión. "Hay estado de alerta", gráfico una fuente de la administración. Demoró un día su viaje a Río Gallegos por la Navidad y dio el aval para instalar la idea de la conspiración.
Es una estrategia calcada de la que usó el kirchnerismo ante otros sucesos violentos que lo complicaron. Los últimos casos: las recientes tomas de tierras en el sur porteño y la muerte de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero (PO) asesinado por una patota del gremio ferroviario hace dos meses.
Acusados. Aníbal Fernández publicó en su blog el mensaje que había grabado el 24 de diciembre. Dijo que los graves incidentes desatados en la estación Constitución el jueves "se apadrinaron" -El padrino es un apodo que le suele dar a Duhalde-, e incluyó en sus denuncias al PO, a la "derecha que quiere desestabilizar" y a las empresas periodísticas.
"Hay dirigentes irresponsables de baja estofa que están tratando de ver si, perjudicando al gobierno, tienen alguna posibilidad electoral", dijo el ministro, que atraviesa un momento de debilidad dentro del Gabinete, pero a quien la Presidenta le encomendó la misión de instalar la versión oficial ante los episodios que causaron decenas de heridos, detenidos y destrozos, además de miles de pasajeros de tren varados.
"Algunos, asumiendo roles mafiosos como en la película El padrino, han buscado punteros políticos y personajes nefastos que han ido a motivar determinadas acciones y que han significado dolores de cabeza para todos", acusó.
Con nombre y apellido. Fernández incluyó en sus palabras referencias elípticas a Duhalde. Pero Randazzo lo mencionó con nombre y apellido. "Duhalde es uno de los dirigentes que intentan imponer un discurso del orden a través de la violencia", acusó.
El ministro de Justicia, Julio Alak acusó al PO y "a la derecha, que se manejó en las sombras, mandando a sus activistas armados a destrozar la estación".
El discurso fue elaborado de apuro durante las horas previas a la Nochebuena. Implicó cierto giro respecto de la información que salía de adentro del gobierno durante los incidentes que conmocionaron al país. En aquel momento, se presentó una denuncia formal contra el PO por obstaculizar las vías de la línea Roca en Avellaneda como parte de una protesta gremial de trabajadores tercerizados. En ningún momento, el gobierno fue a la Justicia a denunciar instigación política en los desmanes. El canciller Héctor Timerman acusó en Twitter al PO, subido a la línea oficial, cuando la policía empezaba a recobrar el orden.
La Policía Federal también parece avanzar en otra dirección. Investiga los supuestos lazos entre los detenidos durante los disturbios y los militantes del PO que apoyaron la protesta sindical en Avellaneda. Sospecha que hubo instigación a la violencia para provocar destrozos y saqueos.
Ya sin el control de las fuerzas de seguridad, Aníbal Fernández, ex funcionario duhaldista, ahondó en el camino del complot: "Intentaron ensuciar el fin de la década, como lo hicieron al principio de la década. Intentaron ensuciar las Fiestas". Y le apuntó a la prensa: "Todo estuvo incentivado por muchos medios de comunicación que ustedes conocen de sobra: basta con mirar los canales de noticias o leer los diarios para ver el veneno que destilan".
Desde el PO, el dirigente Néstor Pitrola desmintió que estuvieran vinculados a los disturbios en Constitución. Y agregó: "identificamos en una foto de La Nación a uno de los violentos, y es un delegado del sindicato de camioneros". Dicha gremial es dirigida por Hugo Moyano, ferviente peronista cercano al kirchnerismo.
Randazzo: "Duhalde intenta imponer un discurso del orden a través de la violencia".
A. Fernández: "Todo estuvo incentivado por muchos medios de comunicación".
Fuente: La Nación/GDA