Tened presente estos nombres Ellen Johnson Sirleaf , Leymah Gbowee , Tawakkul Karman . Son las ganadoras del Premio Nobel de la Paz 2011, recibido en nombre de su lucha no violenta y pacífica por la reafirmación de los derechos de las mujeres en países lejanos, aún de la obtención de la igualdad de género.

El premio otorgado hoy tiene un inestimable valor porque se aprecia el profundo sentido de la “revolucionaria” e inédita propuesta de la Campagna NoPPAW – www.noppaw.net – promovida por las asociaciones “Solidarietà e Cooperazione Cipsi” y “Chiama l’Africa” – que propuso la candidatura grupal para el Premio Nobel a las mujeres de África que luchan, incluso arriesgando la vida por los derechos humanos, por la libertad, por la supervivencia de sus hijos, por la igualdad de oportunidades, por el desarrollo del territorio local, en contra de la guerra, de la tortura, de los abusos sexuales, la droga y todas las cosas que niegan un futuro a la humanidad.

La Campaña, de alcance internacional, cuenta con el apoyo de muchas personalidades y artistas, y FUNIMA International fue promotora y difusora de la misma, sobre todo en la región del Fermano con el apoyo y el patrocinio de la Provincia de Le Marche, de la Provincia de Ancona, de la Provincia de Fermo y de la Municipalidad de Sant’Elpidio a Mare.

Di un salto de alegría cuando escuché la noticia por la radio acerca del plenario de Oslo, que me trae inmediatamente a la mente el rostro de estas tres mujeres “tres iconos” que representan a todas las mujeres que hoy festejan el reconocimiento de su camino y trabajo cotidiano por la paz! El África que camina. El África que lleva sobre sus hombros a su propio continente. El África de pie, que mira hacia el futuro.

Una señal muy fuerte que dará mucho que hablar y que permitirá destacar las historias de vida de muchas otras mujeres.

Ellen, Leymah y Tawakkul tomaron una decisión y sin titubear se pusieron del lado de la lucha no violenta y pacífica por la reafirmación de los derechos de las mujeres en naciones que aún están lejos de la obtención de la igualdad de género.

Es muy conmovedora la labor de la pacifista Leymah Gbowee , que desde que tenía 17 años (ahora tiene 39) lucha mediante técnicas no-violentas por la pacificación de Liberia. En el 2002 fundó el movimiento “Women of Liberia Mass Action for Peace”, que fue capaz de unir a las mujeres musulmanas con las cristianas. Vistiéndose de blanco y gracias a la ayuda de la oración, estas mujeres tratan de erradicar la plaga de los Señores de la Guerra.

Y es para remarcar el último reconocimiento a Tawakkul Karman , una de las representantes de la primavera árabe, la periodista yemení fundadora en 2005 del “Women Journalists Without Chains”, movimiento por los derechos humanos que promueve la libertad de prensa en Yemen. Durante las protestas realizadas en este 2011 Karman organizó reuniones estudiantiles en Sanaa, la capital. En dicha ocasión fue arrestada y posteriormente dejada en libertad bajo palabra el 24 de enero. El 17 de marzo fue arrestada nuevamente bajo la acusación de haber seguido fomentando revueltas. Ayer, ella, madre de tres hijos estaba allí, en la calle, se enteró de la noticia en plena manifestación. Sus declaraciones fueron: “Dedico este reconocimiento a todas las víctimas de la revolución cultural que está teniendo lugar”. No podía ser de otra manera.

Cuán insoportables se han vuelto los poderosos que siempre hacen combatir la guerra por los demás... me pregunto: ¿cuándo lograremos comprender que la tan vanagloriada igualdad entre hombres y mujeres lleva a la concreción de un concepto simple: ¡la igualdad de todos los seres humanos frente a la sociedad y a sus semejantes! Vivimos tiempos muy difíciles que registran el crecimiento exponencial de los números de muertos a causa del hambre y de la sed, noticias directas, se recortan los recursos que hasta el día de ayer eran destinados para la cooperación internacional, con recortes tan ingentes que ponen en riesgo la posibilidad de llevar a cabo los proyectos ya encaminados.

El reconocimiento de Oslo nos invita a todos a seguir insistiendo, a continuar, a jugarnos por todas esas oportunidades importantes capaces de transformar a los súbditos en ciudadanos, a la plebe en Pueblo capaz de gobernarse, de expresar sus propias individualidades, de reafirmar la propia dignidad.

El sagrado valor de la memoria nos obliga al recuerdo de hace 5 años, cuando el 7 de octubre de 2006, la periodista rusa Anna Politkovskaja fue asesinada con cuatro disparos, sacrificando su vida por la libertad de información. Anna, quien fue mucho más que una periodista, conquistó su libertad de prensa a costa de las amenazas, de las intimidaciones y de los infinitos interrogatorios, que se vio obligada a soportar cada vez que  un artículo suyo salía publicado en las páginas de  “Novaja Gazeta”. Su muerte, que  pasa a engrosar las listas de las víctimas eliminadas a causa del amor incorruptible por la justicia social y la libertad, es un duro golpe a la paz. A cada uno de nosotros nos toca honrar estos sacrificios y no menospreciar sus esfuerzos.Las ideas no pueden destruirse, porque seguirán caminando en los pies de otros que se levantan y caminan cada día. Todo mi respeto y profundo agradecimiento hacia todas las mujeres que siguen trabajando silenciosamente... para que seamos dueños del hoy y de nuestro mañana.