Benedicto XVI se refirió a los refugiados del Cuerno de África y las víctimas de las inundaciones en Tailandia, entre otros, y se pronunció a favor de un mayor diálogo político en Myanmar, así como por la estabilidad en Irak, Afganistán y la región de los Grandes Lagos en Africa.

"Que Dios traiga el fin de la violencia en Siria, donde ya se ha derramado mucha sangre", apuntó.
El Papa no mencionó los atentados explosivos que afectaron iglesias y dejaron numerosos muertos en Nigeria, pero el Vaticano condenó en un comunicado esos hechos de violencia y los describió como una señal de la "crueldad y el odio absurdo y ciego" que no muestra respeto por la vida humana.
Horas antes, una explosión destruyó una iglesia católica durante una misa de Navidad cerca de la capital de Nigeria, Abuya, y un socorrista dijo que 25 personas perdieron la vida en ese hecho.

El portavoz vaticano reverendo Federico Lombardi dijo que la Iglesia católica ora por que todos los nigerianos que confrontan "esta violencia terrorista en estas fechas sean colmados con paz y alegría".
La oficina de prensa del Vaticano destacó que el Papa preparó su mensaje antes de que ocurrieran los atentados en Nigeria.
Al término de su mensaje, Benedicto XVI envió saludos de Navidad en 65 lenguas, entre éstas mongol, maorí, arameo, albano, tamil y tailandés. Terminó la lista de saludos en guaraní y latín, mientras tañían las campanas de la Basílica de San Pedro.
En Cisjordania, cientos de creyentes cristianos, que desafiaron las lluvias y el viento, celebraron la misa de Navidad en el lugar donde según la tradición nació Jesús en Belén. Los creyentes exhibían gran ánimo a pesar del mal tiempo.
Fuente: El Pais digital/AP