Dos años. Es el tiempo que ha transcurrido desde que Letizia Battaglia, mujer, madre, abuela, artista revolucionaria, fotógrafa, política y disidente, falleció en su querida Palermo.
Su constante ser fuera de lo común, sus palabras, sus sonrisas, sus reflexiones llenas de las pasiones de quien ha saboreado alegrías y tristezas, como sus tomas fotográficas, quedan grabadas en nuestra memoria.
Tuvimos la suerte de conocerla. De ser compañeros de camino y de lucha. De ser amigos.
Este año, para honrarla y agradecerle cada momento que nos dedicó, queremos recordar una jornada muy especial del verano del 2007. Eran los días cercanos a las conmemoraciones en via d'Amelio y, como siempre, toda la redacción se trasladó a Palermo desde Le Marche, donde teníamos nuestra sede. Los tiempos entre actos, manifestaciones y nuestra conferencia, que en ese momento se celebraba en la Facultad de Derecho, fueron ajustados, pero no pudimos prescindir de la extraordinaria disponibilidad que nos brindó Letizia. Fue una gran oportunidad. Y recuerdo que tanto nuestro director, Giorgio Bongiovanni, como Lorenzo Baldo y Anna Petrozzi, presionaron para que nosotros, especialmente los más jóvenes, aprovecháramos ese regalo inesperado.
Era la oportunidad de conocer la ciudad a través de los ojos de Letizia. La reunión tuvo lugar en la Piazza San Domenico. Sin perder demasiado tiempo nos sumergimos inmediatamente en el característico mercado de Vucciria, todavía vivo en aquel momento y no un lugar de vida nocturna. Tengo en mente el consejo que nos dio, jóvenes aspirantes a reporteros y fotógrafos, de capturar cada matiz y detalle.
Intercambiamos algunas palabras con unos comerciantes. Otras con el vendedor de "pan y panelle". Dondequiera que se mirara se veía una vida sencilla. Luego bajamos, calle tras calle, hasta llegar a Piazza del Garraffello. Quizás estaba cansada o simplemente quería aprovechar un momento para fumar el inevitable cigarrillo. Así que nos sentamos unos minutos.
Había invertido mucho en estos lugares cuando era asesora de habitabilidad (en los años 80, con Los Verdes, en el mandato de Orlando, ndr).
"Para mí Palermo no son los edificios nuevos, es el centro histórico", nos dijo.
Entonces empezó a contarnos la historia de esos lugares y cuáles fueron sus batallas para oponerse a la degradación.
Letizia siempre buscó la belleza. La buscó en lugares, en rostros, en conversaciones.
Y en esos momentos logró transmitirnos todo el amor que sentía por Palermo.
Yendo más allá de las páginas dolorosas que había vivido a lo largo de los años.
"He soñado muchas veces con quemar mis negativos de las noticias de los años 70, 80 y un poco de los 90. Por asco, quizás por desesperación. Para borrar de mi vista el disgusto que experimentaba Palermo" -dijo hace unos años durante la presentación de la exposición Los Invencibles-. "Un día del 2004, mientras miraba con ira y tristeza una gran foto de una madre y tres niños pobres, siempre acostados en la cama debido al frío y al hambre, me impactó como un destello. Podía destruir estas fotos, las que viajan por el mundo. Es decir, podía hacer que se convirtieran en otra cosa: una vida, un cuerpo desnudo, una sonrisa mezclada con una foto de noticia. Así nacieron las 'reelaboraciones' en el 2004. Reelaborando mis fotos de noticias sobre crímenes de una manera diferente. Aún hoy las uso como telón de fondo para otras fotos, ya no como protagonistas".
Ésa también, evidentemente, era una forma de mirar hacia adelante.
Pero volvamos a ese día. Evidentemente, también hablamos de sus recuerdos de Giovanni Falcone, Paolo Borsellino, Rocco Chinnici, Ninni Cassarà y de los numerosos mártires que encontró en el camino. Pero fueron palabras fugaces. Porque en esos recuerdos también hubo heridas que se reabrieron. Todavía me impresiona su dolor insoportable cuando nos llevó a via Notarbartolo, no delante del Árbol de Falcone, donde de todos modos íbamos a ir, sino cerca de la placa que conmemora a Calogero Zucchetto, asesinado en 1982. Unas palabras con el vendedor de diarios y revistas, y la historia que se pone cada vez más seria al recordar la desesperación de los jóvenes policías que golpeaban los autos con los puños al ver el trágico final que había encontrado su joven colega.
Fue en ese momento cuando a Letizia se le quebró la voz. "Suficiente por hoy. Vamos a casa". El umbral del dolor había sido superado con creces.
Después tuvimos, obviamente, otras oportunidades de encontrarnos. El compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia ciertamente no terminó ahí. La suya era una presencia constante. En conferencias, pero también en apoyo a los magistrados que cada día se comprometían con su trabajo poniendo en riesgo sus vidas.
Y recuerdo perfectamente su gran fuerza, que luego se convirtió en alegría, el día de la sentencia de primera instancia del juicio por la Tratativa Estado-mafia. Esa fecha se había convertido, de algún modo, en el símbolo de un posible cambio. De una nueva primavera. Conocemos el resultado del juicio, así como el borrón y cuenta nueva que hizo la Corte de Casación, más allá de las absoluciones, borrando los hechos. Quién sabe cómo habría reaccionado Letizia ante esta última indecencia. Quién sabe qué diría hoy ante este mundo en guerra. Quizás hubiera repetido las mismas palabras que le dijo a Lorenzo, nuestro subdirector: "Sigamos adelante, sigamos luchando y veamos qué pasa, día a día...".
Foto de portada: © Franco Zecchin
Foto 2: Vucciria (Palermo), Piazza del Garraffello/Letizia Battaglia junto a algunos miembros del equipo editorial / De izq. a der.: Emanuele Di Stefano,
Foto 4: Letizia en las oficinas de la sede de ANTIMAFIADuemila en Le Marche junto al subdirector, Lorenzo Baldo © ACFB
Foto 5: de izquierda a derecha: Aaron Pettinari, María Loi, Silvia Cordella / Emanuele Di Stéfano y Letizia Battaglia
Foto 6: la redacción invitada a la casa de Letizia en una foto de Shobha, hija de la fotógrafa de Palermo
Foto 7: Letizia Battaglia en la sala búnker de la cárcel de Pagliarelli a la espera de la sentencia de primera instancia del proceso "Tratativa Estado-Mafia" © ACFB
Foto 8: Palermo, Escolta cívica en apoyo a los jueces de la fiscalía de Palermo / Entre otros, el director Giorgio Bongiovanni junto a Letizia