Despacho que por otro lado hace algunos meses estaba ocupado por el Fiscal Antonio Ingroia. En el mismo día de ayer las agencias publicaron la noticia de que la Primera Comisión del CSM, que tiene competencia en los traslados de despachos de los magistrados, abrió un sumario a Antonio Ingroia  “reo” de haber participado en un congreso del PDCI (Partido Comunista de los Italianos) durante el cual se definió como un “partisano de la Constitución”. Tanto Antonio Ingroia como Lia Sava tienen a su cargo desde hace años delicadas investigaciones judiciales, entre las cuales se encuentra la de la “negociación” entre mafia y Estado.
Varias veces  hemos escrito en defensa del juez “partisano” Antonio Ingroia y queremos expresar una vez más nuestra opinión después del enésimo ataque dirigido a su persona y después de lo ocurrido a la doctora Sava, hacia quien expresamos toda nuestra solidaridad.
Hay un programa de muerte  contra algunos magistrados de la Fiscalía de la República de Palermo y contra algunos magistrados de la Fiscalía de la República de Caltanissetta. Son guiones que ya hemos visto y que se repiten en esta desgraciada historia de la República italiana.
Ya no se puede seguir soportando la continuidad de este lúgubre espectáculo con el desangramiento de vidas humanas. de hombres justos.
¡Ahora basta! ¡Tenemos que denunciarlo antes de que sea demasiado tarde!
He dicho y repito: si llegara a ocurrir un nuevo atentado en contra de estos magistrados, a los ideólogos y a los ejecutores tendréis que buscarlos dentro de la organización criminal Cosa Nostra, en ambientes relacionados con ella, en el Estado-mafia, y en los Servicios Secretos. Todos ellos no trabajan para el verdadero Estado, es decir por la Constitución, sino que son parte integrante de esos sistemas criminales capaces de condicionar la vida y la muerte de millones de seres humanos a través de un poder económico-criminal.
Repito: hay un programa de muerte y estos últimos episodios son verdaderas señales contra estos magistrados que tienen como objetivo infundirles miedo hasta el punto de llevarlos a limitar sus investigaciones sobre la mafia y el poder.
No hay que menospreciar esta estúpida, ridícula e infantil iniciativa del Consejo Superior de la Magistratura que ha abierto una medida disciplinaria – basándose en nada - contra uno de sus magistrados más importantes. El CSM replica a Ingroia una frase obvia que hasta los niños deberían pronunciar en la escuela: Soy un partisano de la “Constitución”. ¿Pero para quién trabaja el CSM?

 Es necesario recordarles a quienes nacieron en 1992 y para todos los olvidadizos que fue precisamente el CSM lo que hizo morir lentamente a Giovanni Falcone en 1988. Y que el mismo Paolo Borsellino lo denunció públicamente en el evento realizado en la Biblioteca municipal de Palermo un mes después del atentado de Capaci. “He leído hace algunos días – decía Borsellino en aquella  noche de junio frente a un público consternado por el atentado de Capaci - una afirmación de Antonino Caponnetto según la cual Giovanni Falcone comenzó a morir en enero de 1988. (…) Yo comparto esta afirmación de Caponnetto. (...) Hoy cuando todos nos damos cuenta de cuán valioso era este hombre repasando estos hechos de su vida profesional, nos percatamos de cómo efectivamente el país, el Estado, la magistratura que quizás tenga más culpa que cualquier otro, comenzaron de verdad a dejarlo morir el 1º de enero de 1988, o quizás incluso un año antes, en esa fecha que ahora ha recordado Leoluca Orlando: es decir con aquel artículo de Leonardo Sciascia publicado en el periódico “Corriere della Sera”  en el cual me etiquetaba como un profesional de la antimafia, el amigo Orlando como profesional de la política, de la antimafia en la política. Pero en enero de 1988, cuando Falcone, por el simple hecho de continuar su labor, el Consejo Superior de la Magistratura con razones irrisorias prefirió elegir al consejero Antonino Meli. (...) Se abrió la carrera para la sucesión del despacho de instrucción en el tribunal de Palermo. Falcone se presentó a concurso, algún Judas se encargó de inmediato de tomarle el pelo, y en el día de mi cumpleaños el Consejo Superior de la Magistratura nos hizo este regalo: prefirió a Antonino Meli”.
Por lo tanto creo sin lugar a dudas que fue precisamente el CSM el que empezó a dejar morir a Falcone con sus elecciones reprochables todas las veces que truncaba su candidatura a cargos superiores. Elecciones que pesan como bloques de piedra sobre los consejeros de la época.”

“¿Y entonces porqué algunas dinámicas se tienen que seguir repitiendo? ¿Quiénes son estos consejeros del CSM que quieren boicotear una vez más a sus mejores magistrados, aislándolos y poniendo sus vidas en riesgo? ¿Qué es lo que hace Napolitano, el Presidente de la República que también es presidente del CSM? ¿Qué responde? Nuestra preocupación es muy grande. Y es en nombre de la amistad, de la hermandad, de la profesionalidad, de la ética que unía al prefecto Gianni De Gennaro con el juez Giovanni Falcone, que trato de hacer un llamado al doctor De Gennaro. Me apelo a su humanidad, no a su rol institucional que le impone el silencio como jefe de los Servicios Secretos. Me dirijo al hombre De Gennaro: ¡diga algo, háganos sentir su presencia! Háganos comprender. No me estoy refiriéndo al Gianni De Gennaro de 1984 cuando era director del Criminalpol al servicio de Giovanni Falcone. Frente a todo lo que está saliendo a la luz sobre los atentados de Falcone y Borsellino y a la luz de los episodios actuales ¿podría hacernos escuchar su voz? Queremos saber quién mandaba en 1992, cuando el encargado de desviar las investigaciones de parte del Estado, Arnaldo La Barbera, cometió un atentado dentro de otro. ¿Dónde estaba Gianni De Gennaro en ese momento? Queremos saberlo. Tenemos confianza de su ética, pero precisamente por este motivo queremos que hable, aunque esto pudiera costarle la carrera o la vida. No hay secretos de Estado frente a la amistad, al honor, a la solidaridad humana. No pueden haber.