Fibroso y austero, hasta ayer, la cruz que lleva colgada en el centro del pecho era la única protección con la que contaba el padre, a pesar de estar en el punto de mira de los carteles de la droga y de ser uno de los hombres más amenazados de México .


“Celebramos una Navidad muy feliz, pero realmente son días de mucha tensión. Nos han amenazado y han encañonado a varios migrantes para que entreguen a los que sobrevivieron al secuestro”, explica Solalinde a Clarín . “Ahora mismo que estamos hablando siguen produciéndose secuestros en la región y es un tema en el que están involucrados funcionarios, la policía local, autoridades. Se sabe quienes son”, denuncia Solalinde en una entrevista con este diario.
Desde hace años, Solalinde da de comer, cura heridas y pone voz a las denuncias de miles de migrantes hondureños, salvadoreños o guatemaltecos que pasan por aquí rumbo a Estados Unidos. “Aunque usted no lo crea, llevo tres días muy feliz. Soy muy conciente de mi papel y de lo que hago. Tengo una responsabilidad que no puedo rehuir y es la de defender a mis hermanos y a los migrantes que no tienen voz. Yo tengo la suerte de poder hablar y que me escuchen y tengo que aprovecharlo.
Sé que me va a tocar cualquier día, lo tengo claro. Pero seguimos activos y denunciando. ¡Y eso me hace feliz. El que no tenga fe no puede entenderme,” resume.

Desde hace años, el Cartel de los Zetas tiene en el secuestro de emigrantes una de sus fuentes de financiación más lucrativas . Los centroamericanos son concentrados en perdidos ranchos hasta que los familiares en EE.UU. envían un miserable rescate que puede ir de los 100 a los 3.000 dólares. Otras veces, el secuestro termina en una ejecución masiva como sucedió este verano en Tamaulipas, cuando aparecieron en una fosa común los cuerpos de 72 migrantes que hacían el mismo camino que los secuestrados el 20 de diciembre. Este último secuestro masivo ha indignado a los gobiernos centroamericanos ante la indiferencia con la que México trata a los emigrantes que no son suyos.

“A nivel local las autoridades intentan disimularlo, porque son parte de la delincuencia, son parte de la mafia. Y a niveles más alto (presidencial) quieren disimular y decir que el problema no existe

Con frases tan claras como tiernas, tanta sencillez ha hecho que se lo entienda en todos los sitios, desde la presidencia hasta los carteles de la droga que actúan en la zona. Por eso lo eligió Gael García Bernal como uno de los rostros que aparecen en la última campaña de Amnistía Internacional en defensa de los “emigrantes invisibles”. Por eso lo han elegido los carteles de la droga para que se siga sin saber que la región está en manos de los poderosos narcos.
Fuente; Clarín y Agencias