NAPOLITANO VS GRATTERI: LOS ÚLTIMOS COLETAZOS DE UN MONARCA
Por Lorenzo Baldo y Giorgio Bongiovanni - 22 de Febrero de 2014
“Si la alternativa a Nicola Gratteri es Andrea Orlando, me parece que
Matteo Renzi está algo confundido”.
El comentario del escritor Antonio Nicaso es absolutamente iluminador. En inciso: el nuevo Ministro de Justicia, Andrea Orlando, es conocido para la prensa por su posición a favor de la abolición de la cadena perpetua y del art. 41 bis (régimen de cárcel dura). Le juzgaremos por sus obras. Lo que es un hecho es que el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, lanzó uno de sus últimos coletazos: negarle el Ministerio de Justicia a Nicola Gratteri. “¿Porqué Napolitano vetó al Procurador adjunto de la Dirección de Distrito Antimafia de Reggio Calabria? – agregó Nicaso – Quizás nunca lo sabremos.
Lo que si sabemos es que Gratteri seguirá siendo magistrado. ¡Y esto es lo más importante!”. Más allá de las confirmaciones oficiales en relación a este cambio impuesto al nuevo Primer Ministro, hay que destacar de todas formas que Matteo Renzi de hecho ha acatado la voluntad del Jefe del Estado. Se podría decir que no hay límite para la barbarie cometida por este anciano Presidente en su mandato de siete años (y más): a partir de su consentimiento para la aprobación de la peores leyes, pasando por las injerencias del Quirinal en el proceso sobre la negociación, hasta llegar a las perversas estrategias del Gobierno del “largo entendimiento” que tanto le importan. Pero de todos modos sería algo simplista. Esta vez Napolitano ha impedido literalmente que un hombre justo como Nicola Gratteri realice lo que le adelantara hace algunos días al conductor del programa “Presa Diretta” Riccardo Iacona, explicando que en respuesta a la solicitud del ex Primer Ministro Enrico Letta había redactado un informe que contenía algunas medidas en materia de justicia absolutamente indispensables: “Aumentar las penas, hoy gracias al 416 bis son ridículas, no son proporcionales al delito, cuando no existen otros indicios de imputación hablamos de 5 a 10 años de cárcel”; además de “quitar los ritos abreviados en los casos de mafia”. En segundo lugar “pasar a un sistema informatizado para bajar los costos y los tiempos del proceso” mientras que actualmente “los oficiales judiciales se ven obligados a recorrer el país en lugar de realizar investigaciones”. “Bloquear la prescripción del juicio después del primer grado para evitar que los abogados apunten a la prescripción alargando el proceso judicial en forma anómala” de esta forma se liberarían tanto recursos como jueces, porque serían menos los imputados que recurrirían a la corte de apelaciones, sabiendo que no ganarían nada”.
Sobre el art. 41 bis Gratteri fue muy claro: “Es un slogan: son 750-780 los detenidos que se encuentran bajo el régimen del 41 bis en las diferentes cárceles italianas, pero se podrían acoger solo 500. Harían falta cuatro súper cárceles en las que concentrar a todos los boss, para llegar a una univocidad en la aplicación del régimen carcelario duro. Hoy todas las cárceles son diferentes, y un Totò Riina puede pasear en la cárcel de Opera mientras habla de los atentados con su compadre durante la hora del recreo”. Y sobre la emergencia de las cárceles: “nada de indulto o amnistía” sino primero que nada “acuerdos bilaterales con los demás países para los detenidos extranjeros”.
Además Gratteri preguntó ante las cámaras: “Después del 2006 – y de la institución del indulto - ¿qué fue lo que hizo la política para reducir el problema de las cárceles? ¿Por qué no se reabren las súper cárceles de Pianosa y de Asinara? ¿Porqué no se lleva a los detenidos por delitos de droga?” Finalmente se afrontó el tema del despilfarro: “No hay dinero para los camiones celulares para el transporte de detenidos y luego el D.A.P. (Departamento de Administración Penitenciaria) gasta dinero para coches de alta cilindrada? ¿A quién le sirven y porqué? En Reggio Calabria falta el 50 % de los Jueces, y eso mismo ocurre en otras Fiscalías de Italia. Si esta es la situación, es difícil realizar una verdadera lucha en contra de la mafia”. Sin embargo “si se hubiera querido aplicar las medidas contenidas en el informe” precisó el magistrado “habría hecho falta solo dos meses para preparar el decreto ley”.
Nada de eso. Con su diktat Napolitano ha ratificado la posición de su Presidencia. Que claramente no es la que tiene como finalidad reforzar la justicia y la lucha en contra de la mafia. Por no hablar de la verdad sobre los atentados, un tema demasiado espinoso para el Presidente de la República. El Gobierno de Matteo Renzi, como siguiendo un guión, comienza bajo una pésima luna para el pueblo italiano. Que en este momento, como nunca antes, tiene el deber de no bajar la guardia para evitar que por enésima vez el Ministerio de Justicia se convierta en la vanguardia de quienes tienen todo el interés de enterrar las investigaciones delicadas, así como también a los magistrados que se encuentran en primera línea.
Una última consideración: si Gratteri se hubiera convertido en Ministro de Justicia, la señal que habría dado su nombramiento habría sido detonante, tan fuerte como para minar los cimientos de un sistema de poder que desde hace años tiene en jaque a nuestra Democracia. Que evidentemente aún no tiene que ser liberada. Al menos hasta el próximo Gobierno.