Por Jean Georges Almendras-9 de setiembre de 2017
¡¡Horrendo y criminal!!
¡¡ Ya es algo que debemos parar de alguna forma. Y no necesariamente escribiendo artículos. Artículos sobre nuestros muertos: los muertos del periodismo!!

Los muertos de la libertad. Los muertos de las democracias de hoy. Los muertos de  las hipocresías y las corrupciones de hoy.

Fue el martes 5 de setiembre. Otra vez en México. ¿La víctima? Juan Carlos Hernández Ríos, de 29 años, colaborador del medio La Bandera Noticias, que fue acribillado a balazos cuando salía de su casa en la localidad de Yuriria , en Guanajuato. Fue como a las 9 y media de la noche y sus atacantes fueron dos hombres de ropas oscuras que lo aguardaban cerca de su hogar. Dos asesinos que cumplido su sucio y cobarde ataque se dieron a la fuga, como si tal cosa.

Juan Carlos Hernández Ríos quedó tendido sobre el empedrado. Agonizante. Moribundo. A la llegada de los socorros médicos lograron subirlo en la ambulancia. Pero su vida llegó  a su fin de camino al hospital más próximo.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tanta saña?

Fue porque seguramente el colega -que además era reportero gráfico, y taxista, para poder sustentarse – era un estorbo para quien dio la orden de ejecutarlo. Los sicarios solo cumplieron con la orden. Amparados en las sombras de la noche.

El periodismo local, regional y mundial alzó nuevamente su grito de dolor. Su desgarradora exclamación ante un ataque más. Ante un nuevo derramamiento de sangre. Ante un nuevo ataque a la libertad de expresión.

Voceros del portal para el que Hernández trabajaba dijeron que  oportunamente se habían denunciado amenazas en su contra. Pero además, según trascendió, en el correr de las últimas semanas La Bandera Noticias viralizó un video en el que se observa a dos policías de la ciudad de Salamanca cuando acusaban a sus jefes antes de ser asesinados. Sus cuerpos fueron hallados en un camino, con visibles signos de haber sido golpeados ferozmente.

No hay más palabras ante toda esta demostración de deterioro humano, que inexorablemente siempre desemboca en la tragedia. La tragedia que se ha adueñado, en los últimos años, de la familia periodística mexicana. Azotada despiadadamente por los elementos del crimen organizado y por los elementos desviados del Estado.

No hay más para decir sobre el cadáver de un hombre honesto caído por abrazar sanamente la tarea de informar. Una tarea que lo transformó en una mortaja. Una tarea que lo llevó a ser un mártir. Un mártir de una democracia patética y en decadencia.  Un mártir, cuando en México hay  un gobierno que no pone empeño en dar punto final a una desenfrenada  violencia, dirigida desde hace ya años, en contra de los trabajadores de la comunicación.

¿Será que empuñar un micrófono, una cámara fotográfica o una computadora o un celular, para informar, para ciertos personajes resulta ser más letal que una pistola 9 mm  ¿Será?. Es. Es, y con creces. Con dolor. Con el dolor de la muerte.

¿Hasta cuándo?
¿Hasta dentro de un par de días?
Juan Carlos Hernández Ríos, fue la víctima número once de este sangriento año 2017

Horrendo y criminal!!
Hagamos algo por favor!!
Y que  no sea solamente escribir de nuestros muertos.

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*Foto de portada: www.telesur.com