“Toda la justicia sabía que ‘Pepín’ era operador de Macri”.

Estas son las palabras del presidente argentino Alberto Fernández, quien en su momento se refirió a uno de los crípticos “gestores” de Mauricio Macri, ‘Pepín’ Rodríguez, quien hoy está prófugo de la justicia argentina, tramitando en el Uruguay su condición de “refugiado político”, situación en la que el Gobierno de Luis Lacalle Pou, se hace el distraído para evitar el roce, lo que quiere decir que el fallo judicial uruguayo al respecto, está literalmente en puntos suspensivos. Mientras tanto, del lado argentino, al expresidente Macri, tras rogar al juez federal que atiende la causa por el espionaje ilegal a los familiares del ARA San Juan, para que lo deje salir del país rumbo a Montevideo, obtuvo finalmente la autorización para viajar, confirmándosele además otra salida, esta vez a Estados Unidos (porque el juez, no teme por su fuga). Ahora bien, ¿estará en el cortejo de bienvenida al Uruguay su “mozo de cuadras” ‘Pepín’ Rodríguez?

Lobbista, cabildero, susurrador, especulador, operador. Tantos nombres para definir lo mismo, aquellos que deambulan por los pasillos de los edificios institucionales promoviendo una agenda, persiguiendo un interés, buscando conectar gente y realidades, y en algunos casos solo serpenteando. Operadores que quiebran las leyes para construir leyes. Operadores que quiebran jueces para construir sentencias.

Fabián Rodríguez Simón, más conocido como ‘Pepín’ Rodríguez, hoy de casi 64 años, es un abogado -corporativo dirían algunos-, que supo hacerse un lugar en el mundo de la política porteña durante la primera gestión de Mauricio Macri, al mando de la jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y después de cierto tiempo -manotazos mediante- logró ser diputado del Parlasur, desde el 2015, pero además fue directivo en YPF (la empresa petrolífera estatal/privada), asesor presidencial, e incluso fue el primer hombre del PRO en ingresar a la Casa Rosada, el 10 de diciembre de 2015, cuando inició el gobierno de Macri.

‘Pepín’, es un hombre que supo mover influencias, favores, amistades y de vez en cuando algún que otro garrote. Es una de esas personalidades que los votantes quizás nunca llegarán a comprender, pero que son funcionales a la parte estructural de los gobiernos.

´Pepín’, está prófugo de la justicia argentina desde marzo del 2021, cuando la jueza María Romilda Servini, le prohibió la salida del país, pero para ese momento el operador de Macri ya se había fugado hacia Uruguay, donde tiene amigos e historia. ‘Pepín’ comenzó a tramitar la residencia en el Uruguay, pero el trámite no era lo suficientemente rápido, y la urgencia comenzaba a apretar. Entonces, solicitó al Gobierno de Uruguay, ser alojado en condición de refugiado político. A mitad del año pasado, la Comisión de Refugiados del Uruguay, rechazó el pedido de asilo. Asimismo, quien debe resolverlo es la justicia, que se toma su tiempo, sin mayores preocupaciones.

Rodríguez Simón, quien además perdió su condición de diputado del Parlasur, está procesado por Servini en una causa que investiga una denuncia presentada por los empresarios filokirchneristas, Cristóbal López y Fabián De Sousa, quienes, estando detenidos en prisión preventiva, fueron sometidos, según la denuncia, a una serie de presiones y extorsiones por parte de funcionarios y allegados del Gobierno de Mauricio Macri, entre ellos ‘Pepín’ Rodríguez. Esto sucede en el marco de una batalla judicial mediática entre los dos extremos del espectro político argentino.

“Pepín”: el arquitecto para imponerse sobre la justicia y experto en cuentas offshore

Uno de los principales objetivos de la era Macri, fue y sigue siendo hoy desde la oposición, la sumisión de la justicia. Es de entender, considerando que el expresidente solo durante los cuatro años de su gobierno acumuló 144 causas por delitos penales. Y en este sentido es que su “abogado de cuadras”, juega un rol fundamental. Fue ‘Pepín’ Rodríguez el arquitecto de los escritos que le permitieron a Macri, imponer dos jueces de la Corte Suprema de Justicia por decreto, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. Con Rosenkrantz, que fue elegido presidente de la Corte, ‘Pepín’ tiene una relación, una amistad, de años, a tal punto que el hoy presidente de la Corte, tuvo que presentarse ante el tribunal de María Romilda Servini, para declarar por las 57 llamadas telefónicas que tiene con el principal imputado de la causa, el propio ‘Pepín’, en el marco de la investigación por la “Mesa Judicial”.

Durante la era menemista, el abogado formado desde joven en el elitista colegio Champagnat, supo amoldarse a la ola privatizadora y desde su buffet de abogados acompañó y asesoró a numerosas empresas dentro de la lógica del desguase. Especializado en cuentas offshore, cuando estas todavía eran una novedad, Rodríguez Simón supo mixturar su profesión de abogado con su especial gusto por la filosofía, la lectura y el reconocimiento de los espacios de autor. Desde allí, su cercana relación al filósofo Antonio Escohotado, quien fue uno de los grandes propulsores de las políticas libertarias respecto a la despenalización de las drogas, causa a la que ‘Pepín’ supo sumarse, siendo en algún momento asesor legal de Andrés Calamaro, en aquellos años 90, en los que el músico fue procesado por decir durante un concierto: “Es una linda noche para fumarse un porrito”.

Este gesto del abogado, fue quizás, un ejercicio más intelectual que ocioso. “Pero -como cita el propio Rodríguez Simón en la revista Seúl, en la que eventualmente publica sus reflexiones-, una antigua práctica de abogados enseña a aprovechar asuntos menores, sin peso específico propio, para analizar cuestiones conceptuales”. Y siguiendo esta lógica es que tomaremos su caso, para profundizar en un concepto, el de Estado paralelo.

A fines de los 90, cuando el menemato estaba en su máximo clima, y los hijos políticos y bastardos del menemismo ya eran más que “adolescentes”, el neoliberalismo se decidió a abandonar el discurso conservador, no así las practicas, y propagarse dentro de la contracultura que surgió del reclamo de hartazgo contra la casta política tradicional, bajo la consigna “que se vayan todos”. Para esto, el neoliberalismo vestido de camisa celeste y globitos amarillos, Macri a la cabeza, construyó una constelación de fundaciones y órganos de cabildeo y análisis político, abocados a infiltrarse por rubros al Estado institucional y al Estado paraestatal, los outsiders de la política, como se los conocía por aquellos días. Así surgieron numerosos think tanks, como el Grupo Sophia, la fundación Creer y Crecer, Fundación Pensar, Propuesta Republicana y el Grupo Pericles, entre otros tantos. En este último estaba, y está -según su cuenta de Twitter (@PericlesCABA)-, Fabián Rodríguez Simón, en la fundación donde compartía aventuras con otro de los intocables de Macri, José Torello, quien fue el jefe de asesores del expresidente durante su mandato.

El grupo Pericles tenía su sede en el barrio de San Telmo, en un espacio ambientado más para parecer un cabaret que una oficina, según cuentan los reporteros de LaPoliticaOnline: “Una barra con bebidas alcohólicas, una pista de baile con un caño en el medio, boxes reservados con cortinas y un pool. No se trata de un club nocturno como los que frecuentaban Alberto Olmedo y Jorge Porcel en sus películas de los ochenta, sino del extraño búnker que tiene el PRO en San Telmo”. Y agregan: “Cuando CPC (Compromiso Para el Cambio, una línea dentro del PRO, ndr) organizan un evento, los ingresantes deben decir el motivo de la reunión a una persona que custodia la entrada y luego repetir el santo y seña en al menos otra instancia a la que se llega atravesando un oscuro pasillo. Para bajar al subsuelo, donde está la pista de baile, se puede utilizar un ascensor secreto”. Cada uno con su gusto. Ahora, mientras escribo, me viene desde el recuerdo, una de las escenas de la película Goodfella’s, dirigida por Martin Scorsese, donde los “amigos” hacen sus negocios en medio de un clima ocioso y jocoso en un bar de encuentro, rodeados de tragos y de chicas.

“Pepín”: administrador de los espacios públicos de Buenos Aires

El primer desafió a nivel institucional para ‘Pepín’, fue en el 2008 cuando su benefactor, Mauricio, ocupó por primera vez la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). ‘Pepín’, fue nombrado administrador de la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), que vino a reemplazar a la menos estética, oficina de Recuperación del Espacio Público. Este organismo tenía –hoy sigue funcionando bajo otra estética- como objetivo, “mantener el espacio público libre de usurpadores por vía de la persuasión y la difusión de la normativa vigente y las sanciones correspondientes, colaborar operativamente en mantener el orden en el espacio público y colaborar operativamente en el decomiso y secuestro de elementos, materiales y mercaderías acopiadas ilegalmente en el espacio público o utilizados para realizar actividades ilegales en el espacio público”, lo que en la práctica se traducía en el desalojo de vendedores ambulantes, la persecución, el hostigamiento y la remoción de vagabundos y personas en situación de calle, entre otros factores que atentaran contra el orden estético establecido al gusto de las señoras y los señores de Puerto Madero. Esta oficina dependía orgánicamente del ministerio de Ambiente y Espacio Público. Quienes echaban mano al asunto eran ‘El Tano’ Luis Savoiardo y su patota, una veintena de obreros del garrote, que lisa y llanamente, en horarios nocturnos, se transformaron en una cuadrilla de razzia. De esta experiencia, donde intervenían también miembros de la Policía Federal, quedó un saldo de al menos 17 denuncias por violencia, que llegaron a rosarlo a Mauricio Macri. Estos son quizás uno de los tantos antecedentes del ADN del PRO, que la prensa llama “la Gestapo macrista”.

A priori, uno podría pensar que esta tarea de “barrer” vagabundos y manteros, le quedaría chica a tan importante abogado, pero aquellos que se ocupan del espacio público, son también los que interceden ante los piqueteros, los obreros y otros tantos grupos de presión que se agolpan en las calles, donde se entreveran manifestantes y cabilderos del megáfono. En aquellos tiempos, ‘Pepín’, aprendió a relacionarse con personajes como Juan Grabois –palabras más palabras menos, uno de los militantes de Bergoglio-, quien hoy en día representa una de las estructuras políticas de organización de base, más grandes de Buenos Aires.

Banco Medefín

Pero no era la primera vez que ‘Pepín’ y Mauricio Macri coincidían caminos. En el 2009, el pasado alcanzó a ‘Pepín’. En julio de aquel año, el juez Federal Sergio Torres, elevó a juicio la causa por la quiebra fraudulenta del banco Medefín, lo que implicó que sean procesados una veintena de banqueros y financistas -entre los investigados figuraba el entonces titular del Banco Central de la República Argentina, Pedro Pou, las excúpulas del Banco de la Nación y miembros directivos de Medefín, y de su controlante Socimer, de la cual Fabián Rodríguez Simón, era su representante-, todos involucrados en maniobras irregulares durante un periodo comprendido entre 1995 y 1996, donde realizaron una refinanciación de deuda irregular para favorecer a ciertos acreedores, por un volumen total de aproximadamente 60 millones de dólares. Uno de los principales beneficiarios de estas maniobras fraudulentas fue Mauricio Macri.

“El 1 de octubre de 1996, Medefin ‘rescató’ el 100% de las obligaciones negociables clase A y B de Socma Argentina S.A. (Grupo Macri) y las convirtió en cinco plazos fijos. Seis meses más tarde, el banco hizo lo mismo con 64 tenedores a los que se las convirtió un 50% en plazos fijos y otro 50% en aportes irrevocables. Esos plazos fijos resultaron ‘privilegiados’ al momento de la liquidación de la entidad bancaria, tal como lo prevé la ley, estatus que no ostentan las obligaciones negociables que se sacaron de encima con esta maniobra”, explica Gabriel Morini en el diario Ámbito Financiero.

La causa, que estaba impulsada por el fiscal Guillermo Montenegro, quien terminaría dentro de las filas del PRO, se fue diluyendo hasta quedar en nada. Los procesados fueron absueltos. Simple borrón y cuenta nueva.

En aquel presente, 2009, el contexto argentino era muy tenso. La quiebra de Lehman&Brothers y el crack financiero de 2008, más los cambios en el valor de los commodities, más el intento de aumentar las retenciones a las agroexportaciones, eran uno de los tantos desafíos a los que se afrontaba el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Pero aquel 2009, el kirchnerismo, intentó dar una de las peleas de poder más duras de las últimas décadas, la ley de Medios. Este conflicto traería a escena las actitudes más rancias y reaccionarias del poderoso Grupo Clarín, que se dispuso a desplegar toda su artillería, no solo mediática, para afrontar la pelea.

Entre estos “soldados” estaba ‘Pepín’, quien desde hacía tiempo recorría los pasillos de tribunales resolviendo “litigios complejos” como a él le gusta llamarlos. El abogado llegó a escribir un libro titulado “Clarín y la Ley de Medios. Claves para comprender cómo resolverá el caso la Corte Suprema de la Nación”.

Un libro que ya desde su título prevé una imposición. Ya desde su título Rodríguez Simón le marca la cancha al máximo tribunal de Justica. Lo anecdótico -más allá de que la Corte Suprema de Justicia declaró la constitucionalidad de la ley, en octubre del 2013, echando por tierra las cautelares de Clarín-, es que el libro salió a las librerías en noviembre, completamente fuera de tiempo.

Ojo por ojo, fue la lucha de poder en la Argentina, luego de que el kirchnerismo durante su mandato fuera contra el grupo de medios de la oposición, lo mismo hizo el macrismo al asumir su gestión. En julio del 2013, el juez Julian Ercolini, de tendencia macrista -su esposa María Julia Kenny, trabajaba como asesora de Germán Garavano, el ministro de Justicia de Macri-, dictó la inhibición general de bienes del empresario kirchnerista Cristóbal López, a raíz de una supuesta deuda con el fisco de 8 mil millones de pesos. López era dueño del Grupo Indalo, que estaba constituido por varias empresas de distintos rubros que van desde la comunicación al petróleo, pasando por la industria del juego y las actividades financieras. Este grupo es el titular del medio C5N, el cual, según su extitular, el periodista menemista Daniel Hadad, fue obligado a vender luego de ser “apretado” por sectores del kirchnerismo. Lobistas y operadores, hay de uno y del otro lado.

Este conflicto, más bien, causa judicial, aun en investigación, contra el Grupo Indalo, es el origen por el cual hoy, Fabián Rodríguez Simón, se encuentra prófugo de la justicia argentina.

Macri llegará al Uruguay en pocos días para hacer parte de un encuentro con empresarios entendidos en offshore, en un hotel de Carrasco. ¿Se reunirá (clandestinamente quizás), con uno de sus principales asesores en materia legal? ¿Dentro de la administración Luis Lacalle Pou, se accederá a cumplir -en algún momento de las dos jornadas en la que Macri estará en el Uruguay- el pedido de captura internacional de 'Pepín' emitido por Interpol?

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*Foto de portada: Minuto Uno

*Foto 2: La Voz