Pero finalmentep  lo logró. Con legítimo orgullo la nueva Presidenta quiso destacar la primacía de los parlamentarios sicilianos presentes en la Comisión, el primer vice Presidente Rosario Crocetta y Rita Borsellino, pero sin ninguna veta de patriotismo, sino mejor dicho como queriendo valorar a un pueblo al que demasiado frecuentemente se lo identifica únicamente con la mafia y que finalmente está mostrando su mejor rostro: el de la antimafia. Fruto no sólo del bagaje de sufrimiento y sangre pagado por la gran cantidad de víctimas y por la gran cantidad de mártires, pero también por la reacción del Estado, por la población, por la magistratura y por las fuerzas del orden, algo que hoy sirve de escuela para toda Europa. De hecho Italia dispone de la más avanzada legislación antimafia del mundo – recordó Ingroia - y se encuentra en una posición que le permite servir de guía en la lucha contra el crimen organizado internacional que no conoce límites. Efectivamente la señal es de una extremada importancia. Con la institución de esta Comisión Europa ha demostrado haber comprendido el grave peligro que hoy representan las mafias, comenzando por el control del territorio hasta llegar a la infiltración de enormes capitales mafiosos en la economía legal. Claramente ahora el camino se presenta cuesta arriba. Se tendrán que superar las barreras jurídicas, políticas y culturales para dar vida a un texto único de legislación antimafia, para hacer comprender cuán necesario es tomar medidas extremas como el 41 bis, que en la mentalidad europea  es temida como un instrumento de tortura.
“He estado en las cárceles y creo haber visitado a todos los mayores boss mafiosos – explicó la Presidenta - y pude constatar y ser testigo de que los detenidos en el 41 bis, a pesar de estar en reclusión, se encuentran en mejores condiciones que los presos ordinarios. En ninguno de estos mafiosos encontré la más mínima señal de arrepentimiento, una obstinación a la que el Estado no puede responder con otra cosa que no sea una obstinación aún mayor para lograr que quienes se han equivocado paguen.”
Pero la Comisión no se limitará a atacar a la mafia en un sentido restringido, “el objetivo es el de afectar de manera ejemplar a los "cuellos blancos", los partidarios y sus patrimonios” con penas severas por los delitos de corrupción y lavado de dinero. Con un especial agravante para aquellos políticos u hombres de las Instituciones que se llegaran a ensuciar con un delito pero también con la vergüenza de haber traicionado el mandato que los  ciudadanos le han otorgado.
Los tres magistrados están visiblemente satisfechos. Para Roberto Scarpinato estamos frente a  un verdadero desafío político-institucional, Europa tiene la oportunidad de tomar posición en una propia y verdadera cabina política de dirección, una especie de volante institucional capaz de introducir nuevos impulsos de lucha contra el crimen y nuevas figuras como un Fiscal europeo antimafia  con competencias sin restricciones de fronteras.
Antonio Ingroia en cambió habló de la gran oportunidad que se tiene de romper el mito de la impunidad también en Europa, así como ocurrió en Italia con el pool antimafia de Falcone y Borsellino. La Comisión es claramente un punto de llegada fundamental pero – insistió el magistrado -  no concluyente. Tendrá que ser utilizado como trampolín para presentar nuevamente la importancia del tema y plantearse objetivos aún más ambiciosos. Las mafias no se han circunscripto a Europa para ampliar sus propios intereses y ganancias sino que ya han conquistado el mundo. Crear una forma de colaboración conjunta a nivel mundial, con los estados en los que la criminalidad organizada es fuerte como en México o América Latina, pero la legislación extremadamente atrasada será la próxima etapa que habrá que superar.
Nino Di Matteo participó también en calidad de Presidente del ANM del distrito de Palermo y no ocultó la gran expectativa depositada en la oportunidad que representa la formación de esta Comisión. El deseo es que ésta pueda llegar a influir incluso en la legislación de los diferentes países miembros, Italia incluida, la cual aún en este momento sigue sin escuchar pedido de informes realizado por Europa a través de la convención de 1999 en materia de corrupción. Es decir, una intervención más incisiva por parte de la Comisión ayudaría probablemente a nuestro país a no permitir que las medidas que tanto le cuesta tomar queden solo en palabras, sobre todo aquellas que tienen que ver con los delitos de cuellos blancos, el corazón del poder económico mafioso.
Sobre los 120 mil millones de euros al año calculados como costo de la corrupción en Europa, la parte correspondiente a Italia es aproximadamente de la mitad, un dato suficiente como para presentar más de un pedido de informes. 
Por lo tanto a la Comisión le espera una tarea ardua y compleja, pero también será necesario el aporte de los otros componentes sociales, primero que nada de la información. Sólo ahora comienza a entrar en los medios de comunicación de los países miembros la consciencia de la centralidad del tema, las diversidades culturales son muy grandes, pero si hubiera una adecuada atención mediática, que en este momento es muy alta, se podría transmitir el mensaje incluso a la población y activar programas de educación a la legalidad en las escuelas y en las universidades de toda el área europea. Si para los ingleses hasta el ladrón de bicicletas es considerado criminal, no será difícil hacer que comprendan, con un soporte cultural adecuado, que el sistema político mafioso al que hay que enfrentar es aquel que se aprovecha de la  “city” para lavar y multiplicar macroscópicas cantidades de dinero sucio.
Al igual que los magistrados y todos los italianos honestos nosotros también deseamos que la Comisión no se convierta en una enésima caja vacía. Seguramente la presencia de Sonia Alfano, de quien conocemos su pasión y determinación, representa una garantía de compromiso y coherencia. En la medida de nuestras posibilidades estaremos disponibles a dar nuestro apoyo. No nos queda más que desear un buen trabajo a la Presidenta y a sus colegas.

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