Nuevamente el sentimiento de repudio al magnicidio ganó las calles de Palermo y nuevamente los capos mafiosos, autores materiales del atentado brindaron con champagne. Pero la onda expansiva de cada uno de estos ataques continúa retumbando en el aire de Palermo, de Sicilia y del mundo, hasta nuestros días, y se traduce en el dolor que significa asumir las pérdidas físicas de ambos jueces y se traduce también en la lucha –de italianos y no italianos- por cerrar filas al avance del crimen organizado, en concreto de Cosa Nostra, dentro y fuera de los límites de Sicilia, porque en definitiva en un mundo globalizado, el crimen organizado no podía no globalizarse.

Viernes 16 Marzo, en el Cinema-Teatro Careni de la ciudad de Pieve di Soligo (Treviso) tuvo lugar la presentación del libro “Gli ultimi giorni di Paolo Borsellino” (Los últimos días de Paolo Borsellino) de Giorgio Bongiovanni y Lorenzo Baldo, de editorial Aliberti. a la presencia de más de 350 personas.

Los oradores presentes en el escenario, además de los autores del libro Lorenzo Baldo (vice director de AntimafiaDuemila) y Giorgio Bongiovanni (director de AntimafiaDuemila), fueron Salvatore Borsellino (hermano del Juez Paolo Borsellino), el Fiscal Sustituto General de Venecia Francesco Saverio Pavone, y el Presidente del “Osservatorio veneto sul fenomeno mafioso” (Observatorio de la región del Veneto sobre el fenómeno mafioso) Vincenzo Guidotto, todos ellos moderados por la Jefa de redacción de AntimafiaDuemila Anna Petrozzi.
Enseñanzas preciosas, de hombres que han dado todo, incluso su propia vida, para llegar a la verdad  sobre los atentados.  Porque sin verdad no existe justicia. Un análisis que no deja salida. Hoy como en 1992 se respira el mismo aire denso. Investigaciones que continúan únicamente gracias al empeño de magistrados que son vejados diariamente por el poder, al igual que ocurriera con  Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Y, además, hombres de las instituciones que hoy como ayer cierran acuerdos con la criminalidad organizada y lo demuestran las investigaciones sobre muchos parlamentarios acusados de concurso externo en asociación mafiosa. Todo cambió después de los atentados del 92' y el 93' pero en realidad ha quedado todo como antes. A decir verdad, no todo. Y es la voz de Salvatore Borsellino, hermano del magistrado asesinado a manos de la mafia y de mentes refinadas, la que lleva casi de la mano al público entre los meandros de este hecho desagradable.
Paolo Borsellino fue asesinado, con los chicos de la escolta Agostino Catalano, Emanuela Loi, Vincenzo Li Muli, Walter Eddie Cosina y Claudio Traina, porque se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo a espaldas de todos, o bien de la “negociación” entre Estado y mafia.
Desde hace veinte años los magistrados están intentando esclarecer el terrible fin, entre desvíos de información, falsos testimonios, engaños y traiciones. Y ahora, con la colaboración de nuevos arrepentidos se ha llegado a la revisión del viejo proceso, con la esperanza de saber quién realmente ordenó y solicitó la muerte de Paolo Borsellino, quién la ejecutó y quién salió beneficiado; y sobre todo saber qué pasó con la “Agenda Roja” del magistrado.
Un puzzle de miles de piezas que se sacan y se ponen y que poco a poco va tomando forma. Pero lo que es extraordinario, a pesar de la gravedad del acontecimiento, es saber que hoy realmente las ideas de Falcone y Borsellino caminan en los pies de muchos. Uno de ellos es Salvatore Borsellino quien concluyó el evento marcando los corazones de los presentes con un fuerte, desesperado grito, pero cargado de rabia y también porqué no, de pasión y de amor profundo por la verdad: “¡Lucharé hasta que se haga justicia, hasta que la verdad salga a la luz!”