Si allí hubiera terminado su historia ni el juez letrado ni la Policía habrían tenido razón alguna para intervenir. Pero, según relató a El País el comisario Nelson Irigaray de la Jefatura de Policía de Artigas, quien condujo la investigación, comenzó a recibir denuncias de varios artiguenses preocupados por los constantes acercamientos del ciudadano francés hacia niños de corta edad.
Cuando la Policía finalmente lo detuvo el hombre retornaba de un terreno baldío en compañía de un niño de 9 años. En el curso de las investigaciones se logró establecer también que el francés invitaba a los niños que contactaba a visitar su casa, ofreciéndoles juegos electrónicos. La Policía comenzó a indagar al sospechoso y también a su compañero. Este último relató que había sido procesado en su país en 1999 y permaneció en prisión hasta 2010. El que resultó procesado, en tanto, había ingresado a la cárcel en 2004 y allí nació su vínculo sentimental. Cuando finalmente recuperaron la libertad abandonaron Francia, primero en dirección a España y más tarde viajaron a Argentina. Luego se dirigieron a Brasil, más concretamente a Río de Janeiro y allí, relataron, investigando por Internet decidieron que la ciudad de Artigas era el lugar ideal para quedarse.
Desde fines de julio pasado se habían establecido en la ciudad, el mayor de los franceses había comenzado a dictar clases de dibujo en un instituto privado de enseñanza. El que terminó procesado, en cambio, se dedicaba a pasear perros de familias de cierto poder adquisitivo de la ciudad. En el curso de la investigación la Policía requisó las computadoras personales de los indagados. En la de quien fue procesado se halló gran cantidad de fotos de niños de 8 a 9 años, que el detenido aseguró haber bajado de Internet. En la de su compañero hallaron imágenes pero de personas adultas.
Los investigadores no han logrado identificar a los niños de las fotografías. Sin embargo, se constató con cierto estupor que el extranjero había tomado fotos a niños de corta edad durante el desfile del pasado 25 de agosto. El hombre terminó por admitir que sentía inclinación por niños.
De todos modos la Justicia terminó procesándolo con prisión por el delito de violencia privada, no por un delito sexual ni por pedofilia. No obstante, fuentes del caso consultadas respecto de este extremo señalaron que, posiblemente, la carátula del expediente judicial podría cambiar en el curso del sumario que comenzó a instruirse en torno al ciudadano francés.
Fuente: El País/ Freddy Fernández/corresponsal en Artigas