Son los magistrados que llevaron adelante la acusación en el proceso de la "Tratativa" en Palermo. Con los años los hemos insultado, menospreciado y acusado de conspiración. Dijimos las idioteces y las maldades más grandes, porque al no poder desmantelar las tesis de su trabajo, tuvimos que destruir su imagen. Luego, ante la evidencia de todo lo hecho, las frases usuales: que "buscaban hacerse notar" o que lucraban con las amenazas de la mafia.

Después la sentencia les dio la razón. Pero no fue suficiente. "Hicieron todo mal", dijo un asesor regional siciliano.

Ayer se oyeron las palabras de un jefe, feroz, con un número indeterminado de asesinatos, masacres y vínculos "políticos" en su haber.

El jefe es Giuseppe Graviano, quien dijo haberse reunido con Silvio Berlusconi. "Al menos tres veces". Y que Berlusconi era consciente del hecho de que Graviano era un fugitivo. Y, sin embargo, se reunió con él.

Permítanme comenzar diciendo que tengo poca fe en las verdades fragmentadas de Graviano y me pregunto por qué habla ahora y, sobre todo, a quién le habla. Habiendo dicho esto, sin embargo, las palabras de Graviano nos hacen comprender con certeza que esos magistrados tan atacados, han hecho, a riesgo de sus propias vidas, una contribución excepcional a la verdad en este país. Comprendiendo, estudiando e investigando hechos inconfesables de nuestra República.

Entonces gracias. Gracias a los fiscales Antonino Di Matteo, Vittorio Teresi, Francesco Del Bene y Roberto Tartaglia.

Después de tantos años y de tantos insultos: gracias a sus familias por los innumerables sacrificios, gracias a ustedes por su trabajo y por cómo lo hicieron.

¡Estamos con ustedes! Y compartimos su imagen, porque son la parte más bella de este país.

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Extraído de: facebook.com