Martes 30 Abril 2024

"El infierno se ha revuelto y en su centro, en el corazón palpitante de Gaza, estamos nosotros, los condenados por un odio inhumano", dice Vittorio Arrigoni en su libro Gaza-Sigamos siendo humanos.

Trece años después de la muerte del reportero, escritor y activista italiano, asesinado en Gaza a los 36 años por un presunto grupo de extremistas salafistas, esas palabras resultaron proféticas. Y su advertencia "sigamos siendo humanos" parece un grito en el desierto que con demasiada frecuencia es ignorado. Sobre todo, después del genocidio en curso en Palestina que, sólo desde el 7 de octubre hasta hoy, ha causado más de 33.700 víctimas en la Franja de Gaza (de las cuales más de 13.800 son niños), mientras que en Cisjordania más de 460 (118 niños).

Nombres, historias, vidas destrozadas por el ejército israelí en nombre y por cuenta del proyecto de limpieza étnica que ha caracterizado al sionismo desde finales del siglo XIX.

"Vik", como lo llamaban sus amigos, siempre trabajó en organizaciones no gubernamentales y en el campo de la cooperación humanitaria. Antes de llegar a Palestina viajó por todo el mundo. A los 20 años estuvo en Europa del Este: Croacia, Rusia, Ucrania, Estonia, Polonia, República Checa, luego en Sudamérica, Perú y África: Ghana, Tanzania y Togo.

Vittorio ayudaba en la renovación de sanatorios y alojamientos para discapacitados o personas sin hogar, estaba comprometido contra la deforestación de los bosques en las laderas del Kilimanjaro y muchas actividades más.

En el 2002 llegó a Palestina y posteriormente nació su relación con el Movimiento de Solidaridad Internacional. En el 2005, su nombre fue incluido en la lista negra de personas no queridas por Israel como castigo por haber hablado en contra de la política autoritaria israelí. Por eso le impidieron pasar la frontera. Pero después de dos intentos de entrada en 2005, en los que fue golpeado y encarcelado, decidió entrar en Gaza por mar, el 23 de agosto del 2008, con los barcos Liberty y Free Gaza, que rompieron el bloqueo marítimo que Israel imponía a la Franja desde 1967. Y así fue.

Junto con el resto de la ayuda internacional, el ISM acompaña a los pescadores en el mar y a los agricultores en los campos para que su presencia sirva de disuasión a los buques de guerra y los francotiradores en las torretas. Luego, el 27 de diciembre de 2008, Israel inició la Operación Plomo Fundido: una de las más sangrientas de las realizadas hasta entonces. Vittorio es el único italiano presente en la Franja. Y está en todas partes: recogiendo a los heridos, en las ambulancias atacadas por francotiradores israelíes y en los hospitales. Vio morir a amigos y lamentó la muerte de cientos de niños masacrados. Y relata los días de la sangrienta ofensiva israelí en artículos publicados en Il Manifesto, escritos en condiciones casi imposibles, y posteriormente recogidos en un libro titulado Gaza-Sigamos siendo humanos.

Aquellas historias del enclave, bajo las bombas, con la muerte en los ojos, permitieron comprender lo que realmente sucedía en ese pequeño pedazo de tierra palestina. Vittorio regresó a la Franja en marzo del 2010. Con sus camaradas del ISM, continuó su misión como activista y testigo de derechos humanos, y continuó escribiendo sobre ello en su blog Guerrilla Radio y en PeaceReporter. Y allí permaneció hasta el último de sus días.

Los motivos de su asesinato aún no están claros. El juicio finalizó el 17 de septiembre de 2012 con dos cadenas perpetuas. La pena de muerte no se impuso tras la solicitud específica presentada al Tribunal por la familia de Vittorio.

Hoy es importante recordar a Vittorio para dar testimonio de su encomiable trabajo como reportero con el que informó de los horrores del asedio israelí, sin redes sociales y sin televisión. Armado con una pluma y un blog con el que gritó la voz de los últimos. Un testimonio recogido con honor y orgullo por los más de cien periodistas asesinados en Gaza durante esta enésima invasión del enclave.

Foto: Antimafia Duemila