CASTIGADO POR EL SANEDRIN DE LOS MAGISTRADOS
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Ha sido aprobada por el plenum del CSM la deliberación que “baquetea” al magistrado de Palermo Antonio Ingroia por su intervención hace tres meses en el congreso del PDCI (Partido de los comunistas italianos) que tuvo lugar el 30 de octubre, en el que dijo entre otras cosas de no poder ser imparcial frente a fuerzas que tratan “cotidianamente” de introducir “privilegios e inmunidad” en ventaja de pocos, despreciando el principio de igualdad y que se siente “partisano” de la Constitución. La propuesta, que preve además la transmisión de las actas a la cuarta 
Comisión para que sean agregadas al fascículo personal de Ingroia (con posibles repercusiones en su carrera), ha obtenido 16 votos, entre ellos el del vicepresidente Michele Vietti y de los altos cargos de la Corte de Casación, el primer presidente, Ernesto Lupo y el jefe de los fiscales, Vitaliano Esposito. Seis votos a la propuesta de la minoría, que fue presentada la semana pasada por el consejero togado Paolo Carfì (Movimiento por la justicia), más blanda, que pide la archivación pero sin el envío de las actas. Han votado a favor de esta propuesta, además del mismo Carfì los cuatro togados del área democrática Francesco Cassano, Vittorio Borraccetti, Francesco Vigorito y Roberto Rossi y el laico de centroizquierda Glauco Giostra. Dos los abstenidos, Paolo Auriemma de Unicost y Angelantonio Racanelli de Magistratura independiente.
La propuesta aprobada pide la archivación porque no existen los extremos para configurar una incompatibilidad ambiental, y por consiguiente un traslado de despacho. Inmediata fue la respuesta del magistrado. que ha dicho: “Respeto la decisión por mayoría del CSM, pero tomo acto con amargura de que una amplia mayoría del Consejo, incluído su vicepresidente, exprese palabras de aprecio negativas respecto a un magistrado 'culpable’ de haber declarado enfáticamente su propria fidelidad a la Constitución republicana. Preocupa el hecho de que llegue a ser minoritaria dentro del CSM la tutela de un derecho constitucionalmente garantizado”.
“Pero no me sorprende” -añade Ingroia-. Sé que el país ha retrocedido mucho en el campo de los derechos a la libertad de sus ciudadanos, magistrados incluidos. Reivindico en todo caso el derecho a expresar mi fidelidad a la Constitución en cualquier sede y espero que a partir de mañana el CSM sea igualmente diligente con quién no sólo no declara la misma fidelidad a la Constitución, sino que incluso tampoco la pone en práctica, demostrando bien otras formas de partisaneria”.
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