Miércoles 15 Mayo 2024

Trabajadores del colectivo público rosarino fueron apuntados con armas de fuego -que no funcionaron, de ahí que no sufrieron las consecuencias-, miedos y temores fueron desparramados por la ciudad en la nocturnidad, y horas antes, más de una decena de automóviles fueron incendiados -felizmente sin registrarse heridos o personas quemadas, aunque sí se lograron detener a varios sospechosos- tal el reciente y violento accionar de sicarios del narco crimen organizado en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, con el plus de que en toda esa seguidilla de hechos los autores dejaron mensajes escritos con bien definidas amenazas dirigidas contra el gobernador provincial Maximiliano Pullaro, el ministro de seguridad santafesino Pablo Cococcione y la ministra de seguridad de la Nación Patricia Bullrich. Se estima que estas inusitadas amedrentaciones, si se quiere atentados a la seguridad pública, de inconfundible tinte mafioso, se llevaron adelante como respuesta directa a la decisión del Juez Federal de Morón, Jorge Rodríguez, de extremar el aislamiento -en la prisión en la que se encuentra- del narco Ariel “Gille” Cantero y de su sobrino Uriel Cantero, alojado en otra cárcel. Sin duda, una embestida criminal, que además de dejar en shock a los rosarinos, visibiliza el nivel de penetración que tiene la mafia en ese punto del territorio argentino. Una situación de predominio criminal , denunciada ya en varias oportunidades por periodistas, la población y el legislador provincial Carlos Del Frade. Una situación en extremo desestabilizadora de la vida democrática local, al punto que las mafias se habrían atrevido -una vez más- a tomar a la ciudadanía como rehén apelando a la violencia, para luego plantear sus exigencias, con amenazas dirigidas a diferentes figuras del gobierno local y central.

La población de Rosario vivió por enésima vez, horas de terror, a merced de la criminalidad instalada allí desde hace algunos años .En el correr de dos días consecutivos fueron múltiples los hechos de violencia cometidos por elementos del hampa, que solo de milagro, no arrojaron víctimas personales.

Haciendo una ajustada cronología de los sucesos debemos consignar que en una primera etapa el accionar criminal se centró en la tarea de cometer atentados incendiarios contra al menos una decena de automóviles estacionados en la vía pública.

Según lo informado por medios locales, los atentados incendiarios contra vehículos se cometieron en horas de la madrugada del sábado 27 de abril y los responsables ocuparían un automóvil Renault Clio color gris desde donde se arrojaron elementos apropiados para provocar incendios. Los autos quemados se hallaban estacionados en la vía pública, en diferentes barrios de la planta urbana rosarina.

Las autoridades actuantes, después de estos hechos, habrían establecido que los autos fueron elegidos al azar, e informaron que en operativos policiales posteriores y en esa misma noche, fue interceptado un automóvil en el que viajaban una mujer y dos hombres, con aparentes evidencias en sus manos, de haber utilizado elementos incendiarios, razón por la cual quedaron a disposición de la justicia, continuándose las investigaciones.

Pero el dato más curioso de todo este múltiple atentado, es que en los automóviles humeantes se hallaron mensajes escritos de tinte amenazante para la Ministra de Seguridad de la República Argentina Patricia Bullrich y el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.

En horas posteriores, y cuando la población de Rosario todavía venia recomponiéndose de todo este periplo de fuego y de terror, sobrevinieron más hechos, de tinte mafioso, siendo las victimas trabajadores del transporte público, los cuales salvaron milagrosamente sus vidas.

Los sicarios de la narco criminalidad rosarina dirigieron sus pasos hacia barrios donde circulaban colectivos de la Línea 112, particularmente en la zona conocida como La Cariñosa. El primer hecho tuvo lugar cuando tres personas, empuñando armas de fuego automáticas, interceptaron un ómnibus en Avellaneda y Nuestra Señora del Rosario, y en esas circunstancias, uno de los desconocidos apuntando al chofer y a los pasajeros gatilló su arma pero ésta no funcionó. Hubo escenas de pánico y el miedo se apoderó de todos los pasajeros. Los delincuentes se retiraron rápidamente del lugar dejando amenazas escritas contra el gobernador Pullaro y el ministro de seguridad provincial Pablo Coccoione. Lapso después, en otro punto no muy distante, se cometió un hecho de similares características. La misma metodología y las mismas amenazas, tampoco hubo que lamentar personas heridas.

Pero el daño que se hizo fue y es indescriptible. Fue, y es terrible. Fue, y es inexorablemente una suerte de atentado a la sociedad rosarina, por más que las amenazas escritas que se dejaron hayan tenido nombre y apellido.

Fue el terror criminal, operando con impunidad increíble, en una ciudad en la que ya la población , hace años, debió asumir que no tiene otra que convivir con la violencia, porque la ausencia de las instituciones -para frenar todo ese desmadre- ya es un hecho recurrente. Ausencia que fue denunciada -inclusive desde estas páginas- por el legislador provincial Carlos del Frade. Denuncias orientadas a señalar públicamente un entramado turbio, entre personas del hampa y personas seguramente instaladas en los puestos de poder, y donde el narcotráfico y otros delitos conexos, como el lavado de activos y el tráfico de influencias, seguramente tienen mucho que ver. Denuncias que confrontan además, a las fuerzas de seguridad, cuya honestidad, decencia y lealtad, fueron duramente cuestionadas , no solo por el legislador sino por el periodismo, el que también fue amenazado en meses anteriores.

Entonces, en Rosario, están ocurriendo hechos extraños. En Rosario, la criminalidad domina y campea, seguramente como parte de un contexto degradante, a nivel nacional, porque se trata de violencias que no son de cuño ocasional, ni se trata de hechos aislados.Son violencias que se relacionan con el vinculo que el poder tiene con el crimen organizado. Ese crimen organizado que tiene la osadía de confrontar al Estado de Derecho, tomando como rehenes a los ciudadanos: la carne de cañón de siempre, en estas y en otras circunstancias.

Horror: la ciudad de Rosario cada día se asemeja más, a la ciudad siciliana de Palermo, de los años 80 y 90. Muerte, sangre, y dolor. Y el terror a la vuelta de la esquina, como carta de presentación de una ideología mafiosa, más presente que nunca, en esa región argentina

*Foto de Portada: You Tube

https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=5n4PwiAbiIM

*Foto 2: Rosario 3

Con una hora de diferencia, atacaron a dos colectivos urbanos en la zona suroeste de Rosario | Rosario3