Jueves 2 Mayo 2024

De persecuciones y luchas contra un periodismo cada vez más amenazado

Muchos se sorprendieron cuando a comienzos del mes de enero en una entrevista para ABC TV News Breakfast de Australia, el editor de Asuntos Globales, John Lyons, dijo que espera que Julian Assange sea “liberado incondicionalmente” en marzo. Es que la justicia británica parece ser que ha entrado en un letargo de definiciones en cuanto al caso del periodista de WikiLeaks, y aún no hay noticias en el horizonte sobre si Assange será finalmente extraditado. La apelación de la defensa sobre el fallo del 17 de junio del año pasado, prolongó aún más la espera.

“Mis fuentes me dicen que hay un movimiento considerable entre bastidores sobre el asunto de Julian Assange y que el primer ministro Anthony Albanese está firmemente a favor de que el asunto termine en los próximos dos meses, con la liberación del señor Assange. El sentimiento abrumador en el gabinete australiano es que el oficial militar estadounidense involucrado en todo el asunto ahora está libre, pero el editor australiano sigue en prisión”, dijo Lyons.

Mientras tanto se sigue multiplicando la presión internacional para su liberación. Así fue que el 28 de noviembre del año pasado, cinco de los principales medios que ayudaron a Assange y WikiLeaks a publicar los “Cablegate” -250.000 documentos del departamento de Estado- en 2010, juntaron fuerzas para pedir a Washington que retirara los cargos contra el periodista. En una carta al presidente estadounidense, Joe Biden, los editores de The New York Times (EEUU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania), Le Monde (Francia) y El País (España) expresaron que la persecución de Assange es un ataque directo a la libertad de prensa y sienta un precedente peligroso para el futuro del periodismo y la libertad de expresión. “Publicar no es un delito”, afirmaron contundentemente los medios.

Desde otro ring, el pasado 20 de enero se reunió en Washington el simbólico Tribunal de Belmarsh, que contó con la participación del exlíder del Partido Laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn, el reconocido periodista que expuso los Papeles del Pentágono, Daniel Ellsberg y el famoso catedrático Noam Chomsky, entre otras personalidades y denunciantes más destacados y progresistas del mundo. Todos hablaron en defensa de Julian Assange y WikiLeaks. “Estamos siendo testigos de una parodia de la justicia”, dijo Corbyn.

“El presidente Biden normalmente aboga por la libertad de prensa, pero al mismo tiempo continúa la persecución de Julian Assange”, expresó Srecko Horvat, también integrante del tribunal que tomó el nombre de la prisión británica de máxima seguridad, donde Assange permanece casi aislado y en pésimas condiciones luego de sobrevivir al Covid y a otras patologías, además de otros vejámenes sufridos desde abril de 2019.

En esa misma línea, apuntó que el presidente norteamericano exhortó en su campaña presidencial del 2020 a la liberación de los periodistas que están presos alrededor del mundo. “Nuestra libertad depende de la libertad de prensa y esta no puede limitarse sin perderse”, dijo Biden citando al expresidente Thomas Jefferson.

Vale la pena, dentro de este circo, recordar que nunca antes se había acusado a un editor en virtud de la Ley de Espionaje de EEUU. El presidente Biden, mientras tanto, se encuentra envuelto en su propio chiquero mediático de documentos clasificados; él está más que al tanto, en consecuencia, y haciéndose eco de la multiplicidad de voces que se están pronunciando por Assange, debería retirar de inmediato los cargos contra lo que sería el derrotero del editor australiano hacia una inminente inmortalidad.

Apoyo latinoamericano

Es pesada la consigna que transportó por toda Latinoamérica Kristinn Hrafnsson, el periodista y amigo personal del fundador de WikiLeaks que recientemente caminó el continente para juntar apoyo político, y así llevar a la justicia británica hacia un punto de quiebre contra la extradición de Assange. "Esto trasciende a Julián como persona. Trata sobre los principios básicos de las prácticas periodísticas que están bajo ataque", remarcó Hrafnsson.

En una charla con periodistas argentinos titulada “Assange, WikiLeaks y la criminalización del periodismo", el editor dio las gracias por "el apoyo y el compromiso" de Gustavo Petro, Lula Da Silva, Alberto Fernández y Cristina Fernández. "No podemos aceptar que el Departamento de Estado de Estados Unidos decida quién es o no es periodista", expresó.

Periodistas, activistas y abogados perseguidos

Una investigación publicada recientemente por el periódico alemán Der Spiegel afirma, que ya no solo pasa por “aleccionar” al periodista australiano, sino también a sus defensores: “En un momento, un abogado en Londres perdió su computadora portátil; en otro, a un periodista que investigaba el caso de Assange le robaron datos médicos. La oficina de los abogados defensores españoles de Assange fue asaltada de una manera extraña. En Ecuador, un desarrollador de software sueco ha estado detenido en el país durante casi cuatro años por motivos poco sólidos. En otros lugares, los partidarios de Assange que prefieren permanecer en el anonimato informaron incidentes espeluznantes similares”, afirmó el medio.

“El espionaje y los trucos sucios perpetrados contra los asociados de WikiLeaks, incluidos los abogados, subrayan el hecho de que la persecución de Assange es la punta de lanza de un asalto más amplio a los derechos democráticos, con implicaciones globales”, una reflexión sumamente inquietante del periódico alemán.

Por todo esto, y por lo que vendrá, es vital ocuparnos e intentar cambiar el lento e inexorable camino hacia una dictadura de la información, donde la voz cantante ya es dictada por la economía de los medios masivos y con un periodismo disidente y veraz, cada vez más cerca de los sótanos del silencio.

Foto: Imagoeconomica

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