Viernes 10 Mayo 2024

Pese a tener condena estaba en libertad por su “delicada” salud

Finalmente fue detenido el represor Gustavo De Marchi, a pedido del Tribunal Oral Federal de San Juan, luego de que el ex militar -que prestó servicio en el Regimiento de Infantería de Montaña 22 de San Juan durante la etapa militar de la dictadura cívica, empresarial y eclesiástica-, fuera captado en la celebración de las bodas de oro de su colega Jorge Olivera, quien también está condenado por crímenes de lesa humanidad.

De Marchi -pese a estar condenado- se encontraba en libertad luego de que el Tribunal Oral que atendía su causa, suspendiera el proceso tras considerar que el acusado no estaba en condiciones físicas y psíquicas para afrontar el caso. Algo que quedó completamente descartado en las imágenes que se filtraron a la prensa de las bodas de oro, donde se lo ve a De Marchi muy animado disfrutando de la impunidad fagocitada por el gobierno cada vez más fascista de Javier Milei. Así mismo, el pasado martes el Tribunal ordenó que el represor sea examinado nuevamente por un cuerpo médico para constatar no solo su estado de salud actual, sino también si fingió en el pasado.

Es importante recordar que De Marchi hipócritamente había iniciado una huelga de hambre a principios del 2020, mientras estaba detenido en el Hospital Penitenciario Federal de Ezeiza, exigiendo tener un trato similar al de los presos comunes. De Marchi pasaba sus días en compañía de genocidas de la talla de Miguel Etchecolatz y “el tigre” Acosta, entre otros.

“El Gauchito” -como lo apodan a De Marchi- nació en Córdoba, en el seno de una familia militar, su padre que llegó a general- fue el interventor de los Ferrocarriles Argentinos durante el gobierno de facto de Alejandro Lanusse. En tanto su hermano, el excapitán Juan Carlos De Marchi, también fue condenado por crímenes de lesa humanidad en el marco de la etapa militar de la dictadura cívica, empresarial y eclesiástica. El Gauchito -que formo parte del Operativo Independencia en Tucumán, en 1975- fue condenado en las megacausas I y II de San Juan, a 25 años de prisión en la primera, y a cadena perpetua en la segunda. Durante el terrorismo de Estado, la patota que conformaban De Marchi y Olivera secuestró, torturó, asesinó y desapareció a centenares de personas. Más de 700 testigos los reconocieron durante la primer megacausa.

Como tantos otros, cuando la etapa militar llegó a su fin y se dio inicio a la impunidad democrática, De Marchi blanqueó su imagen, pasó a retiro, hizo el curso de martillero público y se dedicó al mercado inmobiliario, como narra la periodista Ivy Cangaro en una nota excelente publicada en Data Clave. “El Gauchito", que acostumbraba hacer suculentos favores en el ámbito del mercado inmobiliario y según las sospechas, se habría dedicado a lavar las fortunas robadas por sus compañeros de armas. La dictadura fue por sobre todas las cosas un saqueo.

De Marchi fue capturado y condenado por primera vez en el 2013, en el marco del avance en materia de derechos humanos promovido por el gobierno de Kirchner. Pero él, cobró algunos favores y en menos de 15 días logró escaparse del Hospital Militar donde había sido trasladado durante su detención. Desde entonces permaneció prófugo y de bajo perfil. Pero cuando en el 2015 asumió Mauricio Macri, De Marchi se relajó y comenzó a realizar una vida normal, como cuenta él mismo: “Estuve dos años prófugo, fui a Brasil, Uruguay, mi mujer enfermó de cáncer y me volvieron a capturar en diciembre de 2015, después de que Mauricio Macri dijo que iba a terminar con el curro de los derechos humanos. Eso hizo que me relajara y empecé a ir al Patio Bullrich, al Alto Palermo”. Allí fue recapturado y vuelto a encarcelar. Luego sería condenado a cadena perpetua. Pero “las dolencias” le volverían y nuevamente sería trasladado al Hospital Militar donde inicio la farsa de la huelga de hambre.

El Tribunal, quizás en sintonía con la lista de favores, determinó el cese de los procesos por considerarlo incapaz, a tal punto que además la medida fue aplicada de manera retroactiva anulándole las condenas que ya tenía. Un disparate. La Corte de Casación anuló esta sentencia hace ya más de siete meses, y pese a esto De Marchi continuaba libre. Recién ahora, tras tomarse público conocimiento de la libertad libertaria de la que gozaba el represor De Marchi (y no solo), se lo volvió a detener.

Argentina retrocedió hasta la prehistoria, los dinosaurios caminan por las calles. Estemos atentos.

Foto: diarioelzondasj.com.ar