Viernes 3 Mayo 2024

Tenía 114 años

Fue un crimen de lesa humanidad cometido por el Estado

El pasado 4 de abril murió Rosa Grilo, la última sobreviviente de la matanza de 400 indígenas del Chaco ocurrida en 1924, hoy conocida como la masacre de Napalpí. Tenía 114 años. Su testimonio fue clave en la causa judicial que, casi un siglo después, culminó el año pasado con una condena al Estado nacional por “genocidio”.

Rosa declaro por primera vez con apenas siete años de edad, cuando formaba parte junto a su familia de la "Reducción de indios Napalpí", creada durante el gobierno de Roque Sáenz Peña para explotar laboralmente a los pueblos originarios de la región. En la masacre murió su papá y gran parte de la familia. "Me hace doler el corazón cuando preguntan por mi papá y esto a mí me duele porque yo no lo pude conocer", contó la mujer en una reunión llevada a cabo en 2019 con la ex presidenta Cristina Kirchner.

La muerte de la mujer fue confirmada por el gobernador Jorge Capitanich, quien declaró tres días de duelo provincial. "Rosa ha sido una mártir y testimonio personal de las heridas del pasado que se generaron en uno de los capítulos más crueles de nuestra provincia, pero también un gran ejemplo de reivindicaciones de los derechos de nuestras comunidades originarias, dejando un legado muy grande", escribió en Twitter.

Pero no olvidemos que más allá de un homenaje, los pueblos originarios del norte argentino necesitan ayuda aquí y ahora. Son muchos los casos de muerte infantil por desnutrición, las condiciones de higiene son pésimas y la asistencia sanitaria insuficiente.

Las reducciones y la mano de obra esclava

Los pueblos originarios sufrieron varios intentos de exterminio desde que en 1492 Colón llego a nuestro continente. Pero no sólo fueron los españoles quienes sometieron los indígenas.

A principios del siglo XX se comenzaron a crear en Argentina las “reducciones”, espacios delimitados por el gobierno nacional para enseñar distintas labores a los indígenas. Estas se encontraban próximas a las colonias y a pueblos que fueron consolidándose a medida que avanzaba el proceso de ocupación.

En el caso de Napalpí, la reducción creada en 1911 quedó bajo la supervisión del ministro de Agricultura. La reducción fue conocida como “proyecto civilizatorio”, donde se pretendía convertir a los indígenas en asalariados, siguiendo la lógica capitalista ya afianzada de la época. En ese entonces, el presidente era Marcelo T. de Alvear y el gobernador del territorio nacional de Chaco era el radical Fernando Centeno, un estanciero algodonero. Es importante destacar en este punto que Chaco era el principal exportador de algodón. Y los pueblos originarios eran mano de obra esclava, enmarcados bajo la bandera de “integración del indio a la civilización argentina”.

La masacre de Napalpí fue una matanza sobre los pueblos originarios de Chaco, acontecida el 19 de julio de 1924, cuando una formación de policías, gendarmes y grupos de paramilitares asesinaron a miembros de los pueblos Qom y Mocoi, que protestaban por mejores condiciones laborales en las reducciones. Durante 45 minutos las fuerzas de seguridad dispararon más de 5 mil balas de fusil sobre los indígenas que formaban una comunidad en el paraje. Fallecieron alrededor de 400 personas. Fue la mayor matanza de pueblos originarios del siglo XX, ocultada por el Estado y silenciada por los medios de comunicación.

El juicio

En 2014, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Resistencia (integrada por los fiscales Federico Carniel, Carlos Amad, Patricio Sabadini y Diego Vigay) inició una investigación preliminar. Para los fiscales, la Masacre de Napalpí constituye un crimen de lesa humanidad cometido por el Estado argentino. Finalmente, en mayo de 2022, la masacre de Napalpí fue declarada como crimen de lesa humanidad.

“Existió responsabilidad del Estado nacional en los delitos de homicidio agravado y reducción a la servidumbre como crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de un proceso de genocidio de los pueblos indígenas”, dictó el fallo firmado por el Juzgado Federal de Resistencia, en la provincia de Chaco, liderado por la jueza Zunilda Nirempreger.

Murió Rosa, ultima sobreviviente de la masacre de Napalpí. Pero las masacres siguen ocurriendo día tras día por abandono del Estado nacional y las políticas insuficientes. Las reducciones aún siguen existiendo. No como el siglo pasado, pero si con la misma impronta imperialista.

Foto: Portal Móvil

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