Armas automáticas de alto calibre en mano, efectivos de la Policía Federal brasileña hace pocos días irrumpieron en una vivienda de la ciudad de Foz de Iguazú -en el marco de un operativo prolijamente planificado- dándose captura a Diego Marset Alba, hermano del narco uruguayo mediático Sebastián Marset, oportunidad en que se incautó dinero y celulares. El abogado del detenido puntualizó que su nacionalidad brasileña lo distanciaría de la extradición al Paraguay, al tiempo de destacar que su patrocinado estaba en vías de concretar su entrega a las autoridades, hasta que sobrevino el procedimiento policial.
Tomándose las debidas prevenciones y en el marco de una operación en extremo estudiada, las autoridades brasileñas decidieron allanar una vivienda ubicada en Foz de Iguazú, ciudad del lado brasileño de la triple frontera con Paraguay y Argentina.
El procedimiento permitió además la incautación de dinero en efectivo, y numerosos celulares que ahora están siendo periciados. En cuanto al detenido, se trata del hermano de uno de los narcos más buscados en la región, su abogado informó a las autoridades que él “es brasileño, es nacido en Brasil y no es ciudadano uruguayo” y que “era su deseo entregarse en ese país en virtud de que en un principio está la imposibilidad para que se concrete su extradición, ya que Brasil no extradita a sus connacionales”, una situación que nos trae a la memoria el caso del asesinato de Pablo Medina (periodista nuestro que fue abatido, junto con su asistente Antonia Almada por sicarios paraguayos en el 2014, en la zona de Curuaguty, en Paraguay) cuando tanto los sicarios como el ideólogo, al momento de ser detenidos, argumentaron en similares términos, para evitar la extradición. El ideólogo “Neneco” Acosta no lo logró, pero los sicarios hicieron pesar su ciudadanía brasileña, y ahora están detenidos en el Brasil, aguardando el debido juicio en relación al crimen.
El abogado defensor de Diego Moratorio dijo a una radio paraguaya -Monumental AM 1080- que su defendido no tiene confianza en la justicia paraguaya “por muchísimas razones”, destacando que una de ellas es que es “totalmente falso” que se dedique al tráfico de drogas y que su hermano Sebastián le hubiera regalado un auto por el hecho de haber participado en una operación.
Otra de las afirmaciones de Moratorio apunta a dejar en claro que Diego Marset nunca estuvo implicado “en ninguna de los negocios de su hermano Sebastián”.
Cabe consignar que Diego Marset Alba tenía una orden de captura internacional en el marco de la causa denominada A Ultranza Py, y en ese marco, es que desde el Paraguay ya se viene gestionando su extradición a ese país.
Se informó que el hermano de Sebastián Marset, de 22 años de edad, tiene varias identidades, con documentación de Uruguay, Paraguay y Brasil.
Al tiempo que se vienen cumpliendo los trámites para que Diego Marset pueda ser extraditado al Paraguay, el paradero de su hermano Sebastián sigue siendo un enigma. No obstante, algunas fuentes policiales bolivianas, dejaron entrever públicamente, que a nivel de los mandos operativos no descartan que Sebastián Marset pueda estar escondido en algún apartado punto de la región donde se materializó el operativo para capturar a Diego, es decir en Foz de Iguazú o aledaños.
Uruguayo Federico Santoro
Dentro de este contexto, desde Paraguay, se ha consignado que la Jueza de Garantías Especializada en Crimen Organizado Lici Sánchez dictó la prisión preventiva del uruguayo Federico Ezequiel Santoro Vasallo -para materializarse su extradición a EEUU- por estar requerido por la justicia del país del Norte bajo el cargo de “conspiración para cometer lavado de dinero”.
En relación a Santoro se ha dado a conocer que fue detenido en territorio paraguayo en el mes de agosto, en el municipio Minga Guazú, y que tenía una fuerte relación de confianza con Sebastián Marset, haciendo parte de su organización criminal entre 2020 y 2022, siendo su tarea principal recibir y administrar el dinero fruto del tráfico internacional de cocaína, gestionar los pagos a los implicados, entre otras tareas.
Una vez más la familia Marset está bajo el ojo público y el narcotráfico sigue siendo una de sus actividades más relevantes, y que más la comprometen, si acaso, en las etapas de la investigación, por más que después jueces y fiscales tengan, en definitiva, la última palabra.
Porque hablando claro, solo resulta válido -para sumar o definir penas- lo que surja de la intervención judicial, no de las especulaciones previas, ni de las declaraciones que se hacen desde filas del narcotráfico, las que obviamente buscan siempre ponerse en mejor posición, ante la opinión pública.
Foto: Policía Federal brasileña