Lunes 29 Abril 2024

Tres sicarios lo sorprenden en el interior de su vehículo

Se llamaba Paulo Torres Pereira Silva, de 69 años, y fue asesinado a balazos en el municipio de Jaboatao Dos Guarapes. El atentado impactó a la sociedad brasileña y al ámbito judicial del estado brasileño de Pernambuco.

No hay aún informaciones precisas sobre el hecho de sangre, pero trascendió que el magistrado fue atacado cuando conducía su vehículo y que en determinado momento fue rodeado por tres hombres fuertemente armados que descendieron de otro rodado. En cuestión de pocos minutos, los sicarios -que se estima actuaron en cumplimiento de órdenes- accionaron sus armas y el juez fue alcanzado por los proyectiles causándole la muerte, prácticamente en forma inmediata.

Los médicos de una ambulancia local acudieron con celeridad, pero lamentablemente, las graves heridas que experimentó le ocasionaron su deceso a la vista de todas las personas que se hicieron presentes, con ánimo de asistirlo y de socorrerlo. No fue posible.

Se informó además que el magistrado no estaba con custodias y que no se tiene información de que haya sido amenazado, quedando aún sin respuestas los motivos del mortal ataque. Lo que sí ha quedado claro, de acuerdo a los testimonios recabados por las autoridades policiales, entre testigos, es que los sicarios actuaron decididamente y buscando no frustrar la violenta acción.

Las repercusiones en torno a este hecho se hicieron sentir en el Brasil, estando entre ellos el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luis Roberto Barroso, expresó públicamente su solidaridad, no solo con su familia sino con todos sus allegados.

De acuerdo a las informaciones procedentes del Brasil el magistrado asesinado hacía parte del Tribunal de Justicia de Pernambuco (TJPE) y desde el seno de ese organismo se puso énfasis en dar a conocer que Torres era un profesional sumamente querido por todo su entorno y que desde el punto de vista humano él era “muy querido por todos”, siendo que tenía 34 años como magistrado.

Mientras redactamos estas líneas estamos en conocimiento que tanto la fiscalía y la justicia del estado de Pernambuco trabaja intensamente en el caso y que la Policía ya habría dispuesto una serie de actuaciones.

Reina un clima de estupor en los ámbitos judiciales brasileños y los temores de que el hecho haga parte de una acción del narcotráfico no ha sido descartada. Se aguardan con expectativa las instancias de investigación que están en pleno desarrollo.

Foto: noticiadeldia.com