Domingo 28 Abril 2024

Un reclamo por “el futuro de todos”

Pasaron nueve años desde aquel 16 de octubre de 2014, en que la tragedia nos convocó a la tierra paraguaya. Aquel día la indignación, el dolor y la rabia nos inundaron ante el brutal asesinato de nuestro amigo y compañero de redacción Pablo Medina y su joven asistenta Antonia Almada. Con premura organizamos aquel primer viaje, que se coordinó en poco menos de un mes, y decenas de periodistas y activistas sociales y por los derechos humanos de varios países nos sumamos a sus familiares y amigos cercanos en este difícil y complejo peregrinaje para reclamar justicia.

Hoy la lucha nos convoca de la mano de los jóvenes del movimiento Our Voice que, con gran tesón, lograron aunar a numerosas organizaciones sociales y políticas como la Juventud Comunista Paraguaya, la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri, la Plataforma Social de Derechos Humanos, Memoria y Democracia, OPAMA, Alternativa Socialista, la Articulación de Ollas Populares Pykui y la Coordinadora Contra la Tercera Guerra Mundial. Además, contó con la participación de los artistas de Casa Fem Re-Existir, el cuadro folklórico Enlazarte al Paraguay, el performer Omar Mareco, el cuerpo de baile Poty Jera Crew y el rapero Mathias Trac. Todos unidos bajo la consigna “En marcha contra la desigualdad y la corrupción”.

Los años han pasado, y nos hemos vuelto a encontrar una y otra vez fortalecidos por la victoria moral de haber resistido. Los años han pasado, y en esta travesía por justicia, por la vida, hemos reído y hemos llorado. Nos tocó ver a la madre de Pablo apagarse por el dolor de tener que enterrar por tercera vez a un hijo de su vientre. Nos tocó ver a su padre soportar la injusticia hasta su ultimo día. Hemos visto a sus hermanos una y otra vez levantarse ante cada golpe de indiferencia y de hipocresía. Hemos visto a sus hijos, siendo tan solo niños enfrentarse con dignidad y determinación al titiritero que hasta hoy permanece anónimo. Hoy vemos a su nieta alzar la voz no solo por el reclamo de justicia por el crimen contra su abuelo, sino quizás más importante aún, por los valores democráticos y humanísticos que, en vida Pablo Medina, sostuvo.

Nueve años de un crimen de la narcopolítica

El evento inició en la Plaza Italia, cerca de las 17 horas, en medio de una muy calurosa tarde. Poco a poco los manifestantes se fueron agrupando. La moderación del evento estuvo en manos de la joven Nathalia Pereira de Our Voice, que durante la semana acompañó a nuestro director Georges Almendras por los medios de radio y televisión para anunciar la convocatoria.

La primera intervención estuvo en manos de Dyrsen Medina, la hija mayor de Pablo, que desde el primer día cargó sobre sus hombros el reclamo de justicia. “Doy las gracias a todos los presentes que pudieron decirle si a esta convocatoria. Se cumplen los nueve años del asesinato de mi padre, Pablo Medina. Este día estamos aquí presentes para honrar sobre todas las cosas la memoria de nuestro mártir paraguayo que dio la vida por la verdad y la justicia. Es una fecha muy simbólica”.

La antimafia popular sale a las calles en Paraguay 2

Es importante recordar que por el doble crimen fue condenado Wilmar ‘Neneco’ Acosta, quien además de ser el jefe del Clan Acosta, era al momento del crimen intendente de Ypejhú por el Partido Colorado. Uno de los tantos emblemas innegables de la narcopolítica en el Paraguay.

Sobre este punto comenzó su ponencia el abogado y exfiscal Jorge Figueredo, quien representa a Antimafia Dos Mil en Paraguay: “Este crimen nos mostró la vinculación de los políticos con la corrupción en nuestro país”. Figueredo, siempre preciso en sus definiciones, recorrió en pocas palabras la trayectoria del país luego del stronissmo, “no vivimos un proceso de democracia sino un proceso de transición a una dictadura mafiosa”, dijo. Y agregó, “no solamente han sido asesinados 21 periodistas, sino más de 100 campesinos. Eso significa que la dictadura que estamos viviendo es mucho peor. Porque antes sabíamos quién era el enemigo, pero ahora la mafia no muestra la cara”.

Figueredo alertó, “el crimen organizado se filtró en los tres poderes del Estado y en toda la sociedad paraguaya”. Y ante esta situación, convocó a accionar: “El gran desafío que tenemos es convertir a la lucha contra la mafia en una lucha social. Que sea parte del movimiento social. Todos los problemas que tenemos como sociedad, la falta de transporte, de acceso a la salud, a un trabajo digno, son parte de una causa sola. La criminalidad se ha apoderado de nuestro país y condiciona la política, el proceso electoral y toda nuestra vida. Si no combatimos, el sistema económico, el sistema social, va a continuar como está”.

El abogado tanteó en la oscuridad del silencio mafioso y esgrimió que “los mismos personajes que están detrás de la muerte de Pablo Medina estuvieron detrás de la muerte de Rodrigo Quintana, de Humberto Coronel, de Marcelo Pecci. No son asesinatos aislados”. Y esta forma es una manera de hacer tangibles “a los autores intelectuales, que tienen nombre y apellido, y están en el sistema de gobierno”.

“La mejor manera de recordar a Pablo Medina y Antonia Almada es seguir su huella, es seguir su legado. ¡¡Hasta la victoria!!”, fue el grito de cierre con el que Figueredo desbordó la plaza.

Una antimafia popular

Otra jornada de lucha volvió a encontrar al director de Antimafia Dos Mil, Georges Almendras micrófono en mano. Años acompañando insistentemente este reclamo la dignidad de su profesión, por el recuerdo de su compañero y por las juventudes y las infancias paraguayas que tanto dolor padecen en el anonimato y la desidia de un país corrupto.

Almendras recordó a Santiago Leguizamón, a Humberto Coronel y a Pablo Medina, tres de los 21 periodistas asesinados por la narcopolítica desde iniciado el proceso hacia la democracia. Una democracia que no llega a ser porque si lo fuera, “esta plaza debería estar repleta, este país debería estar en las calles”, reclamó nuestro director uruguayo. “En menos de una semana este país ha sido sacudido por una crisis carcelaria”, dijo refiriéndose a los incidentes vividos en el penal de Tacumbú, uno de los de mayor peligrosidad del continente, bajo dominio completo de las organizaciones narcocriminales, “que lo manejan y son cogobierno del gobierno institucional, como lo han sido del gobierno de Abdo Benítez y de Horacio Cartes".

“Todo el pueblo de Paraguay debería estar en las puertas de Tacumbú -continúo diciendo Almendras-, para exigir a las autoridades, que un establecimiento penitenciario no debe ser de martirio, de escuela del crimen. Los hombres no están allí para estar en connubio con el crimen”. En numerosas ocasiones durante sus 40 años de trayectoria periodística a Almendras le ha tocado cubrir motines, incluso llegó a intervenir en la toma del penal de menores de La Tablada, en Montevideo. Estas experiencias le dan herramientas para indagar en las características del motín de Tacumbú, que se disolvió rápidamente y sin haberse registrado heridos, más allá de una muerte que fue ajena al motín en sí mismo. “Si la cárcel explotó, es porque explotó una acusación internacional al expresidente Horacio Cartes”, afirmó refiriéndose a las motivaciones políticas tras las graves acusaciones que vinculan al expresidente con el crimen del fiscal Marcelo Pecci. Un crimen por el que “todos los días se debería estar reclamando para que no quede impune. Pero hay impunidades y turbiedades en la Fiscalía y en el Estado. El pueblo está siendo saqueado y vulnerado".

"El país se hizo fama de narcopolítica”, dice Almendras entristecido: “Porque desde la dictadura tenemos que homenajear a 21 periodistas asesinados. Este acto que debería ser multitudinario es la evidencia de la complicidad con la mafia atravesada en nuestra sociedad”. Y recalcó: “Hay gente honesta dentro del sistema fiscal y judicial, dentro del sistema político, pero también hay gente deshonesta. Esto está pasando en toda Latinoamérica”.

El director aprovechó para recordar las luchas entre opresores y oprimidos que toman distintas formas a lo largo y ancho del mundo. “Como lo que está pasando entre Palestina e Israel, o lo de Ucrania y la OTAN. Algo está pasando”, dice Almendras para resaltar el carácter global de lo que es ya una crisis humanitaria. Y fue enfático en insistir en la necesidad de que los pueblos se unan y luchen. En este sentido destacó el multitudinario Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, que este año se convocó en los territorios mapuches de la Patagonia argentina. “Son los jóvenes que tienen que marcar presencia urgentemente en estos espacios”.

Luego de las ponencias en Plaza Italia, los manifestantes marcharon rumbo al edificio del Ministerio Publico, donde funciona la fiscalía general del Estado. Custodiados por la policía, un centenar de personas increparon a los vecinos refugiados en sus casas al grito de “señor, señora, no sea indiferente, se mata periodistas en la cara de la gente”. También se oyó uno de los gritos que recorren el continente: “Alerta. Alerta. Alerta que camina, la lucha feminista por América Latina. Y tiemblan, y tiemblan los machistas, América Latina va a ser toda feminista”. También los reclamos se hicieron eco por Lichita Villalba, la niña que permanece desaparecida desde noviembre de 2020, en el marco de una feroz represión por parte de las Fuerzas de Tareas Conjuntos contra los pueblos campesinos y que días antes se había cobrado la vida de las hermanas Lilian y Carmen. Un crimen de Estado aún impune. Los gritos de los manifestantes también reclamaron un recambio institucional al grito de “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.

La antimafia popular sale a las calles en Paraguay 3

Al llegar a la Fiscalía, y como antesala a una parte artística que se hizo en la vía pública, se leyó el manifiesto firmado por los convocantes.

“Hoy alzamos la voz para exigir tierra y arraigo para las comunidades indígenas y campesinas, quienes han llevado una lucha histórica frente a un sistema extractivista que año a año genera un terricidio a través de la deforestación y el uso de agrotóxicos que nos envenena; defendemos el rescate, promoción y defensa de nuestras semillas nativas y criollas, promovemos políticas productivas que garanticen alimentos sanos, sin toxicidad para quienes producen y consumen. De la mano con ello, se deben proveer constantemente los insumos necesarios y de óptima calidad para los comedores populares, cumpliendo con la Ley de Comedores y Centros Comunitarios, porque la alimentación de calidad no debe ser el privilegio de pocos.

Marchamos contra la violencia estructural que constantemente oprime a las mujeres, disidencias y pueblos originarios (indígenas), privándonos del goce de una vida digna.

Exigimos que se hagan investigaciones independientes y profundas sobre todos los crímenes de la dictadura, y sobre la violación de derechos humanos en la transición a la “democracia”, así como también los cometidos en la actualidad, tal como: los asesinatos de periodistas mártires, las primas de Lichita, y por todas las víctimas del narcoestado. Exigimos juicio y castigo a los responsables militares y civiles de estas atrocidades, así como también la anulación de la ley Zavala-Riera, la cual criminaliza las protestas y las ocupaciones -legítimas- de nuestras tierras. Debe desmantelarse el actual aparato de fuerzas represivas del Estado, y construirlo en bases sólidas formadas intensivamente en derechos humanos y perspectiva de género para que el Paraguay sea una real garante de derechos.

Nos movilizamos en contra de una guerra nuclear de carácter mundial, porque no podemos permanecer en silencio y ser cómplices de una disputa por intereses económicos que agraven la situación de cada país en diferentes ámbitos, entre ellos el ambiental, porque por esos intereses nuestro planeta quedará absolutamente inhabitable”.

El futuro de todos

Una mención aparte nos merece la emotiva intervención artística de Our Voice, realizada lapso antes en plaza Italia, por Yamila, la nieta de Pablo Medina que dramatizó un texto en nombre de la Constitución. Lo reproducimos:

“Yo soy la Constitución. Se olvidaron de mí.

Yo soy la Constitución, ley de leyes, Carta Magna,

punto de apoyo para una nación libre y soberana.

A través de mí se llega al respeto, a la libertad,

a la justicia social y a la democracia.

Yo digo dónde comienzan

y dónde terminan los derechos de un ciudadano.

Yo no puedo ser suspendida, oigan bien, ni anulada.

Escúchenlo bien, por ningún poder ni autoridad.

Yo rijo las leyes de una nación y su soberanía,

y gobierno la nacionalidad, su justicia,

el territorio y los derechos ciudadanos.

En mi descansa el futuro de todos.

Me duele en lo más profundo del corazón cuando se viola la vida.

En mi descansa el futuro de todos,

por eso vengo a pedirles una vez más la libertad de pensamiento,

de opinión, de conciencia, de culto,

del trabajo y el derecho a la educación.

Yo soy su más grande esperanza.

En mi descansa el futuro de todos.

Por eso vengo a pedirles una vez más que me cuiden.

Que me protejan, que me defiendan,

que no dejen que nadie me humille y me maltrate,

y no permitan jamás que quieran interponerse sobre mí.

Óiganlo bien, escúchenlo bien, yo soy la Constitución”.

Foto de portada: RTV Paraguay

Fotos restantes: Antimafia Dos Mil