Presos insisten en negociación con el gobierno y que el ministro de Justicia renuncie tras los hechos
Luego de más de doce horas de tensión, la cárcel de Tacumbú de Paraguay, una de las más peligrosas de América Latina, retomó el funcionamiento normal. En la tarde de este martes 10 de octubre, la violencia se apropió del establecimiento penitenciario. Los reclusos, comandados por el clan Rotela, tomaron al menos diez guardiacárceles y más de 30 mujeres de rehenes.
El descontento entre la población carcelaria -que tiene cerca de 4.500 presos en condiciones de hacinamiento-, sin embargo, no provino de situaciones de vida, intramuros. El hecho se desató tras una comunicación pública del ministro de Justicia, Ángel Barchini, donde aseguraba que el ex policía Oliver Daniel Lezcano, quien cumplía pena por asesinar al militar Líder Javier Ríos, habría sido descuartizado dentro de la penitenciaría.
Esta situación generó una revuelta que terminó en la toma de la penitenciaría por parte de los reclusos, quienes a su vez dieron a conocer un video de Lezcano, donde aseguraba que estaba vivo y que había logrado fugarse.
En la mañana del miércoles 11 de octubre, luego de mucha tensión, de llantos descontrolados de familiares que rodeaban la cárcel temiendo un escenario de tragedia para sus seres queridos, de negociaciones, y de asedio del Ejército en el perímetro del lugar, finalmente lograron un acuerdo entre reclusos y autoridades, y gradualmente fue retornando la calma dentro añejo establecimiento.
Para llegar a ese punto, las autoridades aseguraron que cumplirían con las tres exigencias de los presos, que dieron a conocer a través de los funcionarios que mantenían como rehenes: que les garantizaran que no ingresarían funcionarios de seguridad del Estado (Ejército), que se estableciera una fecha concreta para volver a dar lugar a nuevos presos en Tacumbú, y que el vicedirector de Política Criminal, Rodrigo Nicora, se acercara a dialogar con ellos, cosa que sucedió el miércoles.
Mientras, el ministro del Interior, Enrique Riera, se mostró a favor de los pedidos de los reclusos. El ministro de Justicia Barchini, sigue guardando silencio, y dentro de ese marco trascendió que, desde las entrañas del establecimiento, se solicitó incluso su renuncia.
Fotos: Antimafia Dos Mil / Jorge Figueredo