En la mañana de ayer, 4 de noviembre, la Cámara de Senadores designo al senador liberal Dr. Víctor Ríos como nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia, luego de posturas encontradas y críticas, sobre todo, provenientes de los sectores más conservadores de la sociedad paraguaya, entre ellas el cartismo, que consideraba la probable elección de Ríos como miembro de la Corte Suprema de Justicia, como una calamidad y una aberración para la independencia del poder judicial, al ser un político activo. Sin embargo, los que apoyaban al senador, consideraban que los que se oponían a su nombramiento, eran los poderosos que sabían que Ríos es muy independiente, y que no se iba dejar condicionar por nadie, además de ser férreo defensor de la democracia y el estado de derecho.
En sesión extraordinaria, la Cámara de Senadores, de manera casi unánime, designo al Senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Dr. Víctor Ríos como novel ministro de la Corte Suprema de Justicia paraguaya, en reemplazo de la recientemente fallecida Dra. Gladys Bareiro de Módica. Su designación y posterior acuerdo constitucional de parte del presidente de la Republica Mario Abdo Benítez, para el acceso al cargo de Ríos, se dio dentro de un marco de polémicas, que enfrento a los sectores conversadores con los progresistas.
Pero llamó poderosamente la atención, que sectores de la iglesia católica, poderosos grupos empresariales y económicos, hubieran sostenido equivocadamente que les preocupaba la politización de la Corte Suprema de Justicia, con la probable designación del Senador del PLRA Víctor Ríos.
En nuestro país, conforme a lo que establece nuestra carta magna, tanto la selección y la conformación de las ternas de candidatos para integrar la Corte Suprema de Justicia, la hace un órgano que por su composición es eminentemente político, como lo es el Consejo de la Magistratura.
El Consejo de la Magistratura, está integrado, salvo algunas excepciones, por varios miembros que son esencialmente políticos, como un representante del Poder Ejecutivo, un Senador y un Diputado, ambos nominados por su Cámara respectiva, dos abogados de la matrícula, nombrados por sus pares en elección directa, que formalmente serían independientes a los partidos políticos; pero, sin embargo, en la praxis, responden a sectores o grupos políticos para ser nombrados.
Es decir, resulta lógico, siendo el órgano extra poder el que conforma la terna de candidatos para la Corte, de naturaleza política, como lo es el Consejo de la Magistratura y también la Cámara de Senadores, que lo designa con el acuerdo del Poder Ejecutivo, que el proceso final del candidato a ser designado sea político, que es legal y constitucional.
Ahora, lo que se debería garantizar dentro de este proceso de selección de ministro de Corte, es que el designado, además de reunir la capacidad intelectual y técnica, sobre todo sea reconocido por su ética, y garantice la autonomía e independencia del poder judicial.
Pues, a lo largo de nuestra historia de las últimas décadas, incluso después del 89 hasta la actualidad, han habido designaciones de ministros de Corte, muy cuestionados, no por ser políticos -que es natural- sino por responder a intereses particulares, de poderosos grupos políticos y económicos, que antes que fortalecer a nuestra justicia , han garantizado la dependencia del poder judicial, no solo hacia los demás poderes del Estado, sino sobre todo a poderosos grupos de presión económicos, con sospechas incluso de estar ligados al crimen organizado y la mafia.
Otros sectores que cuestionaron fuertemente la probable designación del Senador Ríos, como ministro de Corte, fueron los colorados cartistas, que responden a los intereses del ex presidente de la República Horacio Manuel Cartes. Lo que evidentemente molesta a estos sectores, no es la militancia política del candidato, sino su trayectoria de coraje, de defensor de la democracia, y del estado de derecho. Pero sobre todo, preocupó al cartismo, que el Dr. Víctor Ríos de hecho garantizaría una verdadera independencia y autonomía del poder judicial de los poderes facticos, situación que no se ha dado, con otros ministros de la corte, evidentemente sometidos, no solo, a los poderosos de la economía , sino sobre todo a personajes ligados al crimen organizado.
La designación del liberal Víctor Ríos puede ayudar a equilibrar las fuerzas políticas, dentro de una Corte Suprema, donde varios de sus miembros se han caracterizado por estar sometidos a los intereses del ex presidente Horacio Cartes y de los demás poderes facticos. Esta situación se daría con aproximadamente 50% de sus integrantes, en una Corte que está conformada por nueve magistrados.
Si bien el recientemente electo ministro, Dr. Víctor Ríos, pertenece al Partido Liberal Radical Auténtico, no es liberal ortodoxo, sino de tendencia centro izquierda, eso puede ayudar al pluralismo ideológico, y a la promoción del debate doctrinario e ideológico sobre variados temas dentro de la Corte, en un país, donde históricamente ha primado la visión de los sectores hegemónicos de nuestra sociedad, los grandes terratenientes, los ganaderos, los empresarios ligados al agro negocio, los medios de comunicación, desconociéndose e ignorando la mirada de los sectores excluidos y marginados de nuestro país.
A pesar de que enerve a los sectores conservadores de la Iglesia, a los poderosos de la economía, de los medios de comunicación e incluso, a los elementos en connubio con la mafia, la elección de Víctor Ríos como ministro de Corte, sería no solo legal, sino, íntegramente, constitucional.
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*Foto de portada: megacadena.com