Jueves 5 Diciembre 2024

Detienen a cuatro hombres que armados con fusiles irrumpieron en la vivienda de la dirigente

Por los hechos todo indica que su objetivo era asesinarla

Amparados en las sombras de la noche, cuatro hombres desconocidos -armas largas de alto calibre en mano- ingresaron en la vivienda de Mirian Miranda, líderesa de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH). Se trata de una mujer que es defensora incondicional del territorio garífuna en Colón, Atlántico de Honduras, tal lo denunciado en las últimas horas no solo por esa entidad sino además por otras organizaciones estando entre ellas el COPINH, cuya principal líder es Bertha Zúñiga (la hija de Bertha Cáceres, aquella valerosa defensora de la tierra lenca que fue asesinada años atrás al oponerse tenazmente a emprendimientos hidroeléctricos de voraces multinacionales) quien rotundamente dijo sobre este hecho: “Repudiable la violencia y persecución contra el pueblo garífuna. ¡Urgen medidas estructurales para la protección de la integridad de este pueblo que lucha por su territorio! ¡Basta ya!”.

¿Se repite la historia de avasallamiento y de prepotencia, en las entrañas mismas del hogar de una mujer que lucha por su territorio, tal como aconteció con Bertha, la que fue ultimada a balazos años atrás?

La guardia de su seguridad, de Miranda, logró neutralizar el accionar de cuatro hombres con fusiles automáticos, que de hecho no iban a conversar con ella, ya que su presencia fuertemente armados, indiscutiblemente, habla muy claro que su intención era atentar contra su vida.

El hecho tuvo lugar exactamente en la comunidad de Vallecito, Colón, en el Atlántico de Honduras. Se consignó que cuando el equipo de seguridad de Miranda exigió a los intrusos identificarse y al no hacerlo optaron por darles la voz de alto antes de que hicieran uso de los fusiles de asalto que portaban.

Esa inmediata y muy oportuna acción defensiva y de protección a la líder , de parte de su equipo de seguridad, evitó sin duda una tragedia, tomando en cuenta que Miranda viene siendo asediada hace tiempo por tener una posición muy definida, respecto a las injusticias que afectan directamente contra el pueblo garífuna, siendo sus agresores recurrentes los grupos de poder financiero y político de la región.

Constantes denuncias de Mirian Miranda sobre un plan genocida planificado contra su pueblo, con el apoyo del Estado hondureño de hecho se constituirían como la razón ideológica de ese episodio que hoy ha sido divulgado por el mundo.

Voceros de OFRANEH han dicho a los medios de prensa locales que este atentado frustrado hace parte de una escalada de amenazas, desapariciones forzadas de personas y de asesinatos cometido contra los líderes sociales y campesinos de la región.

En ese contexto, la misma Miranda, ha dicho públicamente en tono de denuncia que el propio gobierno de Xiomara Castro está bajo el control de “mafias” y que, en Honduras, si bien hay líderes políticos de una nueva generación, todo sigue igual en lo que atañe a la ausencia de protección de derechos de las comunidades ancestrales.

”Nadie puede decir nada porque hoy día los criminales, las mafias que controlan este país, están en el territorio garífuna. El hecho de que haya un gobierno nuevo no significa que hayan detenido esta mafia que tiene controlado a este país” fueron las apreciaciones más contundentes de Miranda.

Este hecho conmocionó a las comunidades de la zona y dentro de un amplio perímetro en la región. Las expresiones de repudio y de apoyo se multiplicaron con celeridad. Desde la cuenta de Guapinol Resiste, por ejemplo, denunciaron el atentado y reclamaron solidaridad, exigiendo justicia; voceros del Bufete Justicia para los Pueblos exigieron una investigación inmediata y una protección integral; la abogada y defensora de los derechos humanos Claudia Herrmannsdorfer fue drástica: “Hoy le tocó a Mirian Miranda ¡exigimos garantiza su seguridad y su vida!”.

La voracidad del poder agarrado de lo financiero hace un cóctel trágico, criminal. El toque mafioso no está ausente. La impunidad tampoco está ausente. El desdén hacia las organizaciones sociales y a las comunidades es moneda corriente. Una discriminación, y un racismo repulsivo, que día a día se torna un hecho doloso, especulativo, en desmedro de los sectores más vulnerables.

¡Todo un panorama patético y criminal, por excelencia, que desde donde estamos repudiamos y denunciamos!

Foto: Criterio HN