Domingo 28 Abril 2024

Fue la esposa y la leal compañera de lucha del artista chileno Víctor Jara

Son aquellas noticias que nos sacuden, hasta lo más profundo, porque uno quisiera que la vida fuese eterna, pero no es así. Recibí la mala nueva, del deceso en Londres, a los 96 años de edad, de la esposa del histórico artista chileno Víctor Jara, torturado y asesinado por la dictadura de ese país (en setiembre de 1973, en el Estadio Nacional) y me derrumbé en silla en mi silla de trabajo. Me derrumbé presa de la conmoción, y en fracción de segundos en mi mente se dibujó su rostro, y recordé los padecimientos de aquellos días de la represión y del momento en que ella fue avisada de que el cuerpo de su esposo estaba en un terreno baldío, junto a otros cadáveres, en esa ciudad que fue tumba de muchos chilenos y chilenas, solo por resistirse valerosamente a la bota militar de turno. Y desde ese mismo momento, Joan, la valiente compañera de militancia de Víctor fue quien siguió con su lucha y con su incondicional militancia, hasta hoy. Sin bajar los brazos. Y hasta pudo ver, con sus mismos ojos (aunque sea 50 años después) cómo los asesinos de su esposo fueron tomados prisioneros por orden judicial (para que sean condenados por el crimen del artista) allí en Chile, y hasta incluso, el que estaba en Estados Unidos, corrió igual suerte.

Joan, nacida en Londres, y de profesión bailarina, llegada a Chile con juventud y belleza rebosante, quedó encandilada al cruzarse con Víctor. Y de ahí en más, la vida les regaló una hija, y la compañía militante de miles y miles de chilenos. Y después del crimen, su nombre fue emblema; fue histórico, dentro de las filas del activismo por los derechos humanos. Y su familia, compuesta por ella y dos hijas (una de ellas de su primer matrimonio) creció, y ya fueron millones en el mundo los que le siguieron sus pasos, la protegieron, la mimaron y le tomaron de la mano para juntos trabajar muy duro, por el respeto de los derechos humanos y denunciando al dictador, y para pedir que se haga justicia, para que el crimen de Víctor y de miles de chilenos, no fuesen cubiertos por el manto de la impunidad.

Hoy nos toca enterarnos de su desaparición física. Hoy redoblamos su memoria. La aplaudimos en esta despedida. La homenajeamos. La vivamos. Y le decimos ¡Hasta siempre compañera! Estarás junto a Víctor, en la memoria de muchas generaciones. Y en nuestra piel, como lo está Víctor, en cada una de sus canciones, en su voz, en su poesía, y en el legado que dejó como militante, cuando tuvo las agallas de quedarse con los estudiantes para ser apresado por la represión, que más tarde lo reconoció en su lugar de detención, torturándolo ferozmente, para finalmente darle muerte a pura bala.

Compañera Joan, estarás, en la eternidad, con la frente en alto; con la valentía de siempre. Enseñándonos siempre.

Foto: tiempox.com