Sábado 27 Abril 2024

Hablar de la propia intimidad es difícil. Compartir con otros esas experiencias que nos marcaron, esos miedos, traumas, nos hace experimentar quizás con más fuerza todo eso que pasa adentro nuestro, dejándonos en estado de vulnerabilidad.

Sin embargo, todo eso que sentimos y “escondemos” internamente, a veces involucra a otras personas. A muchas, hasta muchísimas.

¿Qué tan entera tiene que estar una persona para contar sus sufrimientos y no quebrarse en el intento? ¿Y si los padecimientos vinculan a otras personas?

¿Qué tan difícil puede ser para una víctima, hablar sobre lo que sufrió?

Sandra Ferrinni es una activista y luchadora. Luego de pasar 37 años viviendo como esclava, sin un trato humano, sin poder decidir qué hacer con su tiempo, sin derecho a tener libertad sobre su cuerpo y siquiera sobre su vida, logró escapar. Como dice ella, gracias a un accidente que casi le arrebata la vida.

Sandra fue víctima de trata de personas. Desde los ocho años fue explotada sexualmente; primero por su madre, y luego por proxenetas. La destrataban. La exprimían. La vejaban. La lastimaban. Física, emocional, moral y psicológicamente.

Conoció secretos de corrupción. Vio cara a cara a cientos de hombres influyentes. Fue amenazada de muerte, e incluso logró sobrevivir a más de un intento de homicidio.

Cada conversación con ella es de un enorme contenido emocional. Tanto ha pasado, tanto ha sufrido, tanto ha llorado, tanto ha temido.

Pero es una mujer fuerte, y muy valiente.

“Yo nunca me voy a callar”, suele decir.

El pasado 9 de setiembre presentó por primera vez el libro autobiográfico, que realizó junto a la escritora española Consuelo García del Cid Guerra: “Sandra libre: memorias de una víctima de trata”, que presentó en el espacio cultural de Ciudad Vieja, organizado por el movimiento Our Voice. A auditorio lleno, la activista dialogó con el público, sobre algunas de las situaciones que quedaron plasmadas en el libro.

Anécdotas fuertes, cuál de ellas más fuerte que la otra…

Recibió aplausos, agradecimientos y palabras de contención y compañía. Imposible no solidarizarse con ella y la causa que lleva adelante.

Es que ella es una luchadora social. Su libro expone experiencias que atravesó a lo largo de esos 37 años en los que vivió como posesión de una red de tráfico humano. Y es con estos relatos que quiere movilizar conciencias, para que se tomen medidas reales y efectivas que persigan uno de los delitos más graves a nivel mundial, que destruye miles y miles de vidas.

“Sandra libre: memorias de una víctima de trata”, es un intento de visibilizar cómo este delito está atravesado por el tráfico de drogas, de armas, la corrupción política, el contrabando, entre otros.

Un libro fuerte, e imperdible.

Foto: Antimafia Dos Mil