Sábado 27 Abril 2024

Muerto en una represión policial junto al Obelisco de Buenos Aires

“Y le cayeron como buitres, y en cinco minutos Facundo perdió la vida y nos abandonó. Partió”

Con Eduardo Soarez, presidente de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina

A escasos días de las elecciones nacionales primarias en la Argentina (PASO) el periodista y militante revolucionario Facundo Molares, fue ultimado en una represión policial a plena tarde, a la vista de todos y en el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires. Casi en paralelo, y por muy poca diferencia cronológica, la causa Santiago Maldonado cobraba un giro, no menos estremecedor que la muerte de Molares, es decir, los gendarmes imputados fueron sobreseídos por el Juez Gustavo Lleral, ratificándose así la idea de que ese lugar, en el río Chubut, el día 1ero de agosto de 2016 -hace seis años- no había pasado más que el ahogamiento -por medios propios- del artista anarquista que hubo participado con otros mapuches de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, de un corte de ruta -en torno al reclamo de libertad de Facundo Jones Huala- sobre la ruta 40, distante más de 50 kilómetros de la ciudad de Esquel. En definitiva, con la muerte de Molares, y con el sobreseimiento de los gendarmes, el fascismo en la Argentina, ya decía presente como antesala de lo ocurrido este domingo 13 de agosto, en el que sus garras se dejaron ver nítidamente, con el triunfo por mayoría en todo el territorio, de Javier Milei. Una tendencia de derechización inequívoca de cara a las elecciones nacionales próximas, es decir en octubre. Una muy compleja coyuntura política en el vecino país, que ensombrece no pocas áreas de la vida nacional, en donde la crisis económica llega a extremos inimaginables, y dentro de un contexto de hambre, pobreza, injusticias sociales, corrupciones a todo nivel, etc. En ese entorno se registra en el Obelisco de la capital argentina, el deceso de Molares, como una trágica antesala del avance fascista en la vecina orilla.

Conmocionados nosotros todavía por la muerte del colega Molares, pedimos al presidente de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina, Eduardo Soarez “El Negro”, también militante, que nos perfilara, desde su ángulo, y desde su emocionalidad de activista y desde su ojo letrado, al compañero fallecido.

Su respuesta, que fue inmediata, la compartimos con los lectores de Antimafia Dos Mil, porque no son expresiones las de Suárez, ni banales, ni para dejar en el tintero. Son expresiones de reconocimiento a una lucha que llevó Molares, con estilo propio, con perseverancia y con coraje, en toda una extensa trayectoria de compromiso con las ideas revolucionarias de una Latinoamérica desangrándose. Una trayectoria que lo llevó por diferentes territorios, incursionando en diversidad de realidades, que fueron desde la suya propia hasta la que le tocó en suerte, como integrante de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas), pasando después por la hermana tierra boliviana, donde no hace mucho fue herido de bala y lacerado (cabe el término) en su profesión de periodista, y en su vida misma, por la represión y por ese fascismo que parecería que lo olfateaba. En ese marco, finalmente el fascismo le asestó el golpe final, en la trinchera de la lucha, pero en su país natal, rodeado de sus compañeros, y a la vista pública, transformándose en un ejemplo de entereza militante, en el centro de Buenos Aires, que fue escenario de un ultraje nada menor, porque significó también, un ultraje a la vida, a la libertad de expresión, y a la muy frágil democracia argentina, con la impunidad más alevosa, que podamos concebir.

"Estamos arrasados, consternados, muy dolidos por la muerte de nuestro querido compañero camarada Facundo Molares. Facundo, fue un joven comunista que a sus 20 años dejo en un cajón de su casa su carnet del partido comunista y se fue a pelear, a ese infierno de guerra que era Colombia, la guerra interna que llevaba más de 50 años. Estuvo casi 15 años luchando en Colombia hasta que fue parte del proceso de paz. Cuando se concretaron las primeras gestiones de ese proceso entregó los atributos de su militancia, sus armas, su uniforme, y se acogió a la paz. Una paz que finalmente no resulto verdadera. En realidad, nunca hubo paz. La guerra interna en Colombia continuó en términos muy duros.

Facundo se vino a la Argentina, ahí tomo nuevamente su carnet de reportero gráfico, y se fue a cubrir el golpe de Estado en Bolivia. Estuvo prácticamente cubriendo todo, cubriendo la resistencia, y fue herido gravemente. Estuvo como un año preso en situaciones terribles, ya con un cuerpo maltratado, dolorido, golpeado, y con un corazón que le rendía poco.

La solidaridad internacional, era el gran apoyo, y por su figura a nivel mundial, alcanzó la posibilidad de que se pueda ser liberado. Volvió a la Argentina, y en Argentina empezó a militar con sus viejos camaradas, con mucho de los jóvenes de aquellos años, y con otros sectores nuevos, en el movimiento Rebelión Popular, y ahí se incorporó nuevamente a todos nosotros. Lo empezamos a tratar nuevamente.

Facundo, para que entienda, fue uno de los mejores de los nuestros. Facundo tenía la solidaridad y el internacionalismo del Che. Un chico de clase media que pudo haber elegido otra vida, pero se dedicó a la lucha revolucionaria y a la solidaridad internacional. Recorrió de punta a punta la Argentina; de norte a sur, organizando, dando charlas, estableciendo líneas políticas y alianzas con otras fuerzas revolucionarias. Pero la larga mano de la derecha colombiana no tardó en reclamarlo a la Argentina. El proceso de paz de Colombia, admitía una jurisdicción especial para la paz, la GEP, y dentro de esa jurisdicción, recaerían todos los hechos e imputaciones delictivas de los 50 años de guerra. De manera que cualquier cosa que se le haya atribuido a Facundo entraba dentro de la jurisdicción especial para la paz. Pero los que boicotean la paz en Colombia y en toda Latinoamérica no se quedaban quietos. La justicia ordinaria, colombiana, que no tenía ningún tipo de jurisdicción ni facultades, llegó a la Argentina. Y este gobierno actual que a veces se dice nacional y popular, el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, permitió que esa documentación falsa, una documentación improcedente, emanada de una justicia improcedente, fuera admitida por la cancillería argentina. Nosotros fuimos a hablar con la cancillería, a explicarles, imagínense, a explicarle al canciller argentino, que en Colombia hacia como cuatro años que había un proceso de paz, que no sé si se enteraron, por los diarios, aunque sea, por los periódicos, y que como consecuencia de ese proceso de paz había amnistía y había una jurisdicción especial para la paz y que esa documentación  que venía de Colombia, venia de la derecha colombiana de los sectores pro gringos , de los norteamericanos que boicoteaban la paz. Pero bueno, este gobierno admitió esa documentación, le giró todo al ministro de seguridad Aníbal Fernández, un hombre muy ligado a las agencias extranjeras. Con todo eso, lo que hicieron fue ordenar la detención nuevamente de Facundo. El ministro del interior argentino, perdón, el actual ministro de seguridad argentino dijo que es un terrorista, que actuaba con el nombre de Camilo el argentino y tiene todos estos hechos delictivos, estos datos nosotros los tenemos por los servicios de inteligencia colombianos, es decir le abrieron las puertas a la derecha colombiana, lo detuvieron, y nuevamente fue sometido a un proceso de extradición y la gremial de abogados los defendió con uñas y dientes.

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En circunstancias que tuvimos el juicio adentro de un penal, en condiciones extremas, de inseguridad, encerrados en una celda. Bueno, pero les dimos una paliza. Les dimos una verdadera paliza, gracias sobre todo a los colegas abogados y abogadas colombianas que colaboraron muchísimo en la defensa, entonces logramos nuevamente que Facundo pueda ser puesto en libertad, con un cuerpo muy golpeado, ya ahora no solamente por su vida en Colombia, por sus padecimientos en Bolivia, sino también por los traslados en las cárceles argentinas en condiciones también muy inhumanas. Pero salió con la misma alegría con que vivió, con la misma alegría, con el mismo buen humor. Un chico dicharachero. La verdad que daba gusto estar 10 minutos o 10 horas con Facundo.

En una actividad pacifica, lo eligieron a él.

Y volvió a recorrer la Argentina, y tratar de engrandecer su proyecto político, volvió a establecer líneas de acuerdo con unos y con otros, pero no se la iban a dejar pasar, y entonces hace dos días, lo eligieron a él especialmente. La historia clínica de Facundo y el estado de salud de Facundo era conocido porque la gremial de abogados repartió su historia clínica al servicio penitenciario federal de Argentina, al ministerio de seguridad, a la cancillería, al ministerio de justicia. Todos sabían que era un hombre con un corazón muy delicado y justamente es lo que hicieron. En un acto de no más de 100 personas, en un acto donde no se estaba cortando rutas, en una actividad pacifica, lo eligieron a él.

Y le cayeron como buitres y en cinco minutos Facundo perdió la vida y nos abandonó. Partió.Pero no se las vamos a hacer fácil, la gremial de abogados ya está representando al padre de Facundo en una querella que tiene a una fiscal que defiende a la policía.

Claramente la fiscal ha demostrado estar del lado de la policía. Intentamos hacerle entender a la fiscal que en teoría estamos del mismo lado, pero no, no estamos del mismo lado, es como solemos decir, el capitalismo es un sistema cruel e injusto. Uno de los sistemas más crueles en la historia de la humanidad.

Consecuentemente, un sistema injusto no puede tener leyes justas ni constituciones justas, ni jueces, ni fiscales justos, y entonces la fiscal argentina, de la justicia nacional argentina de Bs As, se puso del lado de los policías que vilmente asesinaron a Facundo Molares. Nos ha negado hasta ahora absolutamente todo, hasta médicos nuestros para presenciar la pericia. Pero vamos a seguir peleando”.

Foto de portada: Argentina Indymedia
Foto 2:  Radio Cut / Abogado Eduardo “Negro” Soarez