En Manduria se presentó el libro Il Colpo di Spugna ante un gran número de estudiantes. "A los jóvenes les digo que se rebelen contra lo que no les gusta"
"Si queremos ganar la guerra contra la mafia, primero debemos entender que el fenómeno mafioso no es sólo una cuestión de gorras y escopetas, es algo que está a un nivel mucho más alto y más amplio. Si Cosa Nostra ha logrado lo que ha logrado, si ha podido influir en la política italiana a nivel nacional, es porque esta organización mafiosa tiene en su ADN la capacidad de crear, implementar y sostener la relación con el poder oficial". Quien así se expresa es el fiscal nacional adjunto antimafia, Nino Di Matteo, durante el evento educativo "Legalidad y justicia, entre escuela, ciudadanía y comunidad", organizado por la administración municipal de Manduria en presencia de numerosos estudiantes del pueblo de la provincia de Taranto. Una reunión muy concurrida en la que participaron el alcalde Gregorio Pecoraro y la concejal de Políticas Sociales Fabiana Rossetti, durante la cual el magistrado presentó su último libro Il Colpo di Spugna (El Golpe de Olvido, de Editorial Fuori Scena), escrito junto al periodista y el escritor Saverio Lodato, que relata los acontecimientos del juicio sobre la Tratativa Estado-mafia, tema del evento. La reunión comenzó con la presentación del magistrado por parte del moderador Francesco Mandoi, ex fiscal nacional adjunto antimafia. "Di Matteo era colega mío en la Dirección Nacional Antimafia. Es una de esas personas que todos deberíamos estar felices de conocer en nuestras vidas. Y es un honor para mí tenerlo como amigo", afirmó, subrayando su ética y su profesionalidad, recompensadas "por la aclamación popular" cuando fue elegido miembro del CSM (Consejo Superior de la Magistratura) en un momento difícil para el poder judicial debido al escándalo de Palamara. Luego, el encuentro llegó inmediatamente al meollo de la cuestión: Di Matteo habló, dirigiéndose a la sala llena de jóvenes.
"Me tomo la libertad de hacerles una invitación, sin ningún tipo de paternalismo. Deben exigir que los informen. Deben conocer, deben saber que el tema de la mafia no es sólo una cuestión de delincuencia común y corriente. Es una cuestión que asfixia la libertad, la democracia y la dignidad de los ciudadanos de nuestro país desde hace al menos 160 años. Es una cuestión de libertad, por favor, es preciso que se interesen. No cedan a la tentación a la que muchos quieren llevarlos: la de la indiferencia, la de la resignación. Conozcan y desarrollen sus ideas, rebélense contra lo que no les gusta". El magistrado hizo este llamamiento subrayando el difícil momento que atraviesa el país, en el cual las fuerzas del orden reprimen cualquier expresión de disidencia. En Italia "parece estar desarrollándose una especie de molestia cada vez más evidente hacia la disidencia. Hemos llegado al punto en que, lamentablemente, las manifestaciones pacíficas de disidencia han sido abordadas de tal manera que se golpea a los jóvenes". El ex consejero togado del CSM recordó las cargas policiales en Florencia, Pisa e incluso antes las del pasado 23 de mayo en Palermo. Estos episodios de violencia, comentó Di Matteo, "son derrotas para el Estado que, sin embargo, no deben llevar a los jóvenes a renunciar a la manifestación pacífica de sus ideas".
Las tres condiciones para derrotar a la mafia
Por ello, inspirándose en una reflexión de Mandoi sobre las palabras de Giovanni Falcone sobre la mafia como un fenómeno humano destinado a desaparecer, Di Matteo quiso aclarar que para que esto suceda se deben cumplir tres condiciones. "La primera es mantener el arsenal jurídico que tras las masacres de 1992 fue diseñado para combatir eficazmente el crimen mafioso y que hoy está siendo cuestionado". Según explicó el magistrado a los estudiantes, se trata de embargos de bienes, decomisos, escuchas telefónicas y medioambientales, la utilización de colaboradores de justicia y la cadena perpetua dura. La segunda condición es la posición política. "La mafia no puede ser derrotada únicamente con los esfuerzos de los magistrados y las fuerzas del orden. Para ganar la guerra se necesita un cambio de ritmo en la política. Se necesita el compromiso político de hombres competentes, pero, sobre todo, se necesita reconocimiento: la lucha contra la mafia debería estar en lo más alto de la agenda de todos los gobiernos, de cualquier color. Y hasta ahora no ha sido así". Luego, la tercera condición, es la de una "revolución cultural que debe pasar por los ciudadanos y sobre todo por los jóvenes. Y esa revolución cultural debe pasar por el repudio de la mentalidad mafiosa, de la mentalidad de favor, de la recomendación, del atajo, del privilegio, del lobby, del concepto de pertenencia a cualquier sector. Sólo mediante la convergencia de este tipo de reacciones judiciales, políticas y culturales podremos algún día convertirnos en un país libre y justo", afirmó Di Matteo.
La reacción del Tribunal Supremo
Luego, con las preguntas de Francesco Mandoi, la atención se centró en el corazón de la iniciativa organizada con las escuelas de Manduria: la Tratativa Estado-mafia. "Creo que este proceso de examen de los hechos históricos ocurridos no puede completarse sin examinar el resultado de las tres sentencias dictadas sobre la Tratativa Estado-mafia", afirmó Mandoi después de que Di Matteo resumiera para los jóvenes cuál fue la génesis de la estrategia de masacres de Cosa Nostra, y por tanto de la Tratativa Estado-mafia. Las tres sentencias son las tres decisiones de los jueces de mérito sobre la investigación de la tratativa en la que Di Matteo fue uno de los representantes de la fiscalía junto con sus colegas Francesco Del Bene, Roberto Tartaglia y Vittorio Teresi.
"En primera instancia, todos, mafiosos, hombres de las instituciones y el senador Dell'Utri fueron condenados a penas muy severas", recordó Di Matteo. "En segunda instancia se condenó a los mafiosos, por lo tanto, la amenaza había estado ahí y los representantes de las instituciones fueron absueltos, pero no porque los hechos no estuvieran probados sino porque según los jueces de apelación no hubo dolo". Por tanto, el magistrado quiso subrayar la importancia de esta sentencia que, aunque sea parcialmente absolutoria, "afirmó verdades y hechos que hicieron temblar a este país o deberían haberlo hecho temblar". Por ejemplo, el hecho de que una parte del Estado entre la masacre de Capaci y la de Via d'Amelio favoreciera la fuga de Bernardo Provenzano porque representaba el ala moderada de Cosa Nostra frente a aquellos jefes que querían continuar las masacres como Leoluca Bagarella, Giovanni Brusca y Matteo Messina Denaro. O incluso la cuestión de la falta de registro del escondite de Totò Riina, que los jueces consideraron que no era "el resultado de una equivocación o de un malentendido entre la policía y la fiscalía, sino un signo de distensión hacia la otra parte en la tratativa", recordó Di Matteo. "Estas son conclusiones que deberían alterar el pulso. La sentencia de Casación pone en duda la reconstrucción de los hechos. Incluso dice que la amenaza sólo fue un intento, que el Estado no percibió nada", resumió amargamente el fiscal adjunto.
A estas conclusiones se llegó porque, y Di Matteo dijo estar convencido, "el sistema tuvo que cancelar lo decidido en la sentencia de apelación. Y en apenas unas páginas los jueces del Tribunal Supremo anularon el valor probatorio de diez mil páginas de razonamientos entre las sentencias de primera y segunda instancia. Por eso, cuando pensé en resumir lo que había sucedido en el proceso escribiendo este libro y explicando mis convicciones, se me ocurrió naturalmente pensar en la idea de 'limpieza' para el título".
Fragmentación de los hechos
Y no solo eso. "La Casación -denunció Di Matteo- en pocas páginas formuló juicios de valor muy poco generosos hacia los jueces, tanto de primera como de segunda instancia. Todos jueces con treinta años de experiencia en temas de la mafia a sus espaldas. Y el fallo dice que estos jueces adoptaron un enfoque no jurídico sino historiográfico", recordó el autor del libro. Di Matteo luego señaló que "hay determinados delitos que, para ser comprendidos y demostrados, deben situarse en un contexto político y social más amplio en el cual maduran. Esto no significa que sea un enfoque historiográfico. Significa que es un enfoque sistemático y complejo", añadió. Una campaña de masacres como ésta "no se puede entender si se atomizan las circunstancias individuales, si no se mira más allá del perímetro de la mera ejecución material", comentó Di Matteo. "Ese juicio hacia los jueces por haber adoptado un enfoque historiográfico fue verdaderamente poco generoso. Es el antiguo vicio que, ante ciertos fenómenos complejos, se limita a aislar y analizar los hechos uno por uno". Una técnica, la de la fragmentación, que también está adoptando la Comisión Parlamentaria Antimafia. "Porque ante la necesidad de abordar, o al menos debería hacerse, toda la campaña de las masacres, esta Comisión ha optado por abordar la masacre de via d'Amelio, o más bien sólo una de las pistas, tal vez ni siquiera de las más creíbles de la masacre, sin considerar a las demás. Y no puede ser así. No podemos entender quién y por qué mató o dio la orden de matar a Borsellino si no sabemos quién y por qué mató o dio la orden a la mafia para matar a Falcone; y luego, quién organizó las masacres del '93. Y lamentablemente esto es lo que está pasando. Me temo que esta sentencia de la Corte de Casación representa un punto de inflexión entre la temporada de grandes procesos político-mafiosos (Andreotti, Dell'Utri, Mannino, Contrada, Carnevale) que sobre todo Palermo ha llevado adelante".
El sentido del deber, el peso de la toga
Según Di Matteo, la sentencia sobre la Tratativa Estado-mafia "corre el riesgo de cerrar una era". "Porque cuando se dice que el tipo de reconstrucción que se hizo en todos estos juicios tuvo un carácter historiográfico, esto representa una advertencia para los magistrados que podrían encontrarse en el futuro con situaciones igualmente complejas". El magistrado recordó que en "estos días también se discute la inclusión del resultado de los juicios en la evaluación de la carrera de los magistrados". Una medida que, según el fiscal, "inducirá al poder judicial a adoptar un perfil bajo".
"Esto significa nivelar el poder de la magistratura, significa aplicar una justicia penal de dos velocidades, una que sea eficaz y rigurosa hacia los sectores más bajos de la sociedad, y otra que tenga cuidado de no controlar la legalidad en el ejercicio del poder", analizó el magistrado. "Esto es contrario, incluso ante la ley, al espíritu constitucional, y por eso creo que los magistrados tenemos el derecho y el deber de hablar porque hemos jurado sobre la Constitución. No usámos la toga para ejercer el poder o quién sabe por qué motivo. Personalmente creo que debemos tener el coraje de decir nuestras ideas y la humildad para con los ciudadanos".
Di Matteo responde a los ataques de Visconti
Y hablando de confrontación con los ciudadanos, Nino Di Matteo dijo algunas palabras sobre el desafortunado comentario expresado meses atrás por Costantino Visconti, profesor de derecho penal en la Universidad de Palermo, quien, en un artículo periodístico, había intentado disuadir a escuelas y profesores de invitar al magistrado para hablar con los estudiantes. "Está claro que mientras se siga invitando a las escuelas a Saverio Lodato y Nino Di Matteo, que dicen que el Estado está podrido, se dará un mensaje diferente a las nuevas generaciones", fueron palabras del profesor. "Me duele escuchar a algunos profesores decir que no debería ir a la escuela porque les transmito a los jóvenes la idea de que el Estado está podrido -dijo Di Matteo sin hacer referencia directa a Visconti- porque yo soy un hombre del Estado. He conocido a cientos de personas del Estado, incluso las más humildes, que cumplen con su deber hasta el heroísmo. Vivo en contacto con hombres del Estado, llevo 32 años bajo custodia. Mis hijos nacieron con la escolta policial que los vio al mismo tiempo que los vi yo. Pero precisamente desde este punto de vista el Estado, que está formado por estos hombres maravillosos que cumplen cada día con su deber, debe tener una capacidad, la de no esconder el polvo debajo de la alfombra", afirmó, seguido de un estallido muy fuerte. de aplausos. "La de sostener que no se puede lavar la ropa sucia de la familia. El Estado -añadió- se muestra fuerte cuando salen a la luz ciertas cosas, cuando salen a la luz ciertas situaciones que implican también relaciones de alto nivel. Porque la historia de la relación entre el Estado y la mafia no ha sido siempre la historia de los buenos contra los malos. De vez en cuando, los buenos y los malos se han mezclado. Algunas cosas tienen que salir -concluyó- y cuando salen y se plasman en sentencias definitivas, nos las quieren ocultar".
Foto de portada: Antimafia Duemila
Foto 2: Nino Di Matteo, fiscal nacional adjunto antimafia