Lunes 29 Abril 2024

Para la fiscal general Sava sólo hay un lamento: "Si Aiello no hubiera muerto estaría también entre los acusados, había un vínculo entre la mafia y los servicios".

"Hoy estamos juzgando a Gaetano Scotto pero, si no hubiera muerto, aquí habría otro acusado, Giovanni Aiello. Vínculo de conexión, una vez más, entre el mundo de Cosa Nostra y ese sórdido entorno de los servicios secretos desviados que hemos puesto de relieve claramente en el contexto de este debate". Habla la fiscal general de Palermo, Lia Sava, que ayer por la mañana dio comienzo a la acusación del proceso Agostino ante el Tribunal de lo Penal de Palermo, presidido por Sergio Gulotta (juez a latere Mónica Sammartino), sobre la muerte del policía Nino Agostino y de su esposa, Ida Castelluccio, asesinados en una emboscada el 5 de agosto de 1989. Los imputados son el jefe de Acquasanta, Gaetano Scotto, acusado de doble homicidio agravado en conspiración, y Francesco Paolo Rizzuto, acusado de complicidad.

Un juicio largo, de muchos cuerpos, repleto de pruebas y testimonios sobre las relaciones que mantuvieron Cosa Nostra y los servicios secretos en los años 80 y 90. Un procedimiento que comenzó gracias al ingenio del ex fiscal general de Palermo, Roberto Scarpinato, y -sobre todo- a la tenacidad de Vincenzo Agostino, padre del policía asesinado hace 35 años en Villagrazia di Carini por la mafia y sus cómplices externos. Un gigante gentil, de larga barba blanca y pelo largo que, sobre los ataúdes de su hijo y de su nuera, prometió no detenerse hasta obtener verdad y justicia.

Ayer la Corte cerró la instrucción previa, dando inicio así al último capítulo de este juicio en primera instancia. Un paso más hacia el tan esperado día de "Zu' Vicè", como llaman a Vincenzo en la Comisaría de Palermo.

El tiempo es un caballero, devuelve todo a todos

"Estamos en presencia de una historia humana desgarradora, un asunto mafioso con enredos inquietantes y obvios, diría muy obvios, en el pantano fangoso de las convergencias de intereses con sectores desviados de las instituciones, sobre el cual hemos arrojado luz", dijo Lia Sava en su discurso. "Precisamente este segmento procesal en el que se acusa a Gaetano Scotto constituye el centro vital de esta convergencia inequívoca e inquietante. Y Vincenzo Agostino presente en todas las audiencias de este proceso, como en el caso del proceso Madonia (jefe del distrito de Resuttana condenado a cadena perpetua con la fórmula de rito abreviado por el asesinato de Agostino y Castelluccio, ndr), tiene la talla de un gigante tenaz al que un día de agosto de 1989, cuando se disponía a celebrar los 18 años de su hija (Flora, ndr), le arrancaron un pedazo de su alma cuando fueron asesinados Antonino, Ida y el niño que llevaba en su seno". "El héroe de una tragedia griega", lo definió la fiscal general en la sala búnker de Ucciardone. Una persona ante la cual Sava sentía "la obligación moral de pedir perdón". "Perdón por haber transcurrido tanto tiempo desde 1989 hasta hoy -dijo- porque 35 años es realmente mucho tiempo si transcurre sin una verdad procesal que, si no es suficiente para reparar el dolor que nunca desaparecerá, es necesaria para hacer justicia".

Juicio Agostino comienza la acusacion contra el jefe Scotto y Rizzuto 2

Un crimen mafioso madurado en ambientes externos a Cosa Nostra

Adentrándose en la reconstrucción de aquel trágico 5 de agosto de 1989, la fiscal general puso de relieve cómo, la fiscalía general de Palermo, para llegar a reconstruir la responsabilidad, y por lo tanto qué sucedió y por qué, ha debido "afrontar un recorrido complejo, no exento de obstáculos". A lo largo de más de treinta años, "muchas veces faltaron elementos esenciales de conocimiento que sólo el paciente análisis de investigación realizado por la fiscalía general de Palermo ha permitido finalmente encontrar", subrayó. Un trabajo que no fue fácil, sobre todo cuando la reconstrucción de los hechos se complica por desvíos, omisiones, silencios inquietantes y falsos testimonios.

"Los investigadores y colegas de Agostino hicieron de todo: eliminaron los documentos encontrados durante el registro; dijeron cosas falsas; y además, aún en el contexto inmediato de los hechos, se intentó dar importancia investigativa de manera absolutamente ilógica y sin fundamento alguno a un motivo pasional al orientar las primeras investigaciones hacia algo que iba contra la lógica", le dijo al Tribunal. No faltaron ni siquiera "el silencio y las reticencias" útiles para "ocultar verdades oscuras, probablemente relacionadas con otros acontecimientos sangrientos que han sacudido a nuestro país, provocados por Cosa Nostra y otros que los ayudaron". Para lograr estos objetivos, con el tiempo "se han difundido noticias falsas y contradictorias incluso dentro de la organización mafiosa", donde "inequívocamente se produce el asesinato de Agostino-Castelluccio".

Agostino-Castelluccio, un homicidio premeditado

Posteriormente fue el turno del fiscal general adjunto Umberto De Giglio, quien, en primer lugar, subrayó que "las actividades de Antonino Agostino son fundamentales para comprender el motivo del asesinato. Tanto su actividad oficial y como extraoficial". He aquí por qué, en primer lugar, De Giglio arroja luz sobre el contexto en el que sirvió Agostino, es decir, la Comisaría de San Lorenzo. Eso sí, sin olvidar la figura de Ida Castelluccio, que debe ser vista "no como un accidente", sino como "un objetivo premeditado de los asesinos". Independientemente de la misma dinámica, de hecho, el fiscal destacó la "lógica" con la que los ejecutores "eligieron el lugar y el momento en que mataron a Agostino. Es decir, cuando no estaba solo, sino en compañía de su esposa". De la reconstrucción, en efecto, resulta evidente la "voluntad criminal" con la que se cometió el doble asesinato, "eliminando a quien tenía alguna información (evidentemente relevante, ndr), algunos secretos, emociones y angustias del agente Agostino, o de su esposa Ida Giovanna Castelluccio. Por lo tanto, podemos decir que Ida representó el punto de referencia de Nino en ese período". Además, la joven, recién casada con el policía, tuvo que ser eliminada porque reconoció a los asesinos. "Los conozco, sé quiénes son", les dijo antes de recibir un disparo mortal. Palabras que contrastan, de hecho, con lo afirmado por el Tribunal Penal de Palermo el 5 de octubre en el proceso contra el jefe Madonia, según el cual, aunque declaró culpable al acusado del asesinato voluntario de ambas víctimas, lo consideró como "el asesinato no premeditado de Castelluccio Ida Giovanna".

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¿Quién era Nino Agostino?

Hijo de Vincenzo Agostino y Augusta Schiera, fallecida el 28 de febrero de 2019, Nino Agostino era un policía movido por un profundo sentido de la justicia. Un valor en el que creyó hasta el final. Para él "el bien y el mal representaban dos colores distintos: el blanco y el negro", afirmó De Giglio durante la acusación. Desgraciadamente, sin embargo, los tonos grises en la Palermo de los años 80 y 90, especialmente en los ambientes de investigación, eran muy frecuentes. Y la comisaría de San Lorenzo, al ser una "oficina particular y única", además de "terreno fértil para cultivar ambiciones e iniciativas incluso fuera de las tareas y deberes oficiales", fue ejemplo de ello.

De hecho, Nino también desempeñaba trabajos distintos a los habituales. Tuvo contactos con entornos ajenos a la comisaría y en los años 80 obtuvo información de primer nivel sobre algunos sujetos del SISDE que frecuentaban a los jefes mafiosos de Cosa Nostra en el escondite del Fondo Pipitone -o Vicolo-, una calle lateral de la zona de Acquasanta. Era un lugar clave para Cosa Nostra donde "todo empezó" según el arrepentido Galatolo. Ahí, afirmó el colaborador de justicia durante el proceso, "hemos cometido asesinatos, supresión de cadáveres en bidones de ácido, estrangulamientos, reuniones y cumbres de la mafia, reuniones con hombres ajenos a Cosa Nostra". En este sentido, Galatolo también dijo que vio a "hombres de los servicios secretos como Bruno Contrada y Giovanni Aiello (alias "Cara de Monstruo", ndr), pero también al comisario de policía de Palermo, Arnaldo La Barbera", así como a agentes de policía. Los agentes Agostino y Emanuele Piazza, frecuentaban el Fondo Pipitone para recopilar información sobre los fugitivos. Personas, reconstrucciones y hechos que De Giglio analizará en las próximas audiencias, asistido por el fiscal nacional adjunto antimafia, Domenico Gozzo.

La comisaría de San Lorenzo

Creada en el '87 tras el asesinato del pequeño Claudio Domino, la comisaría de San Lorenzo sirvió para demostrar la presencia del Estado en el territorio. Una salvaguarda de la legalidad en una de las zonas más delicadas de la ciudad, aunque -en realidad- su jurisdicción territorial era muy amplia e involucraba varios barrios y distritos. La comisaría tenía una peculiaridad: no se limitaba al trabajo tradicional. De hecho, en su interior se desarrolló una intensa actividad policial judicial. Fue el primer director de la oficina, Elio Antinoro, quien recordó en este proceso -aunque con un testimonio "críptico"- cómo la oficina se valió de agentes jóvenes a su disposición, a quienes "podía moldear como quisiera, estableciendo en la comisaría una especie de servicio secreto -subrayó De Giglio- Operó con infiltrados, agentes provocadores, confidentes y revolucionó las tareas asignadas a la comisaría. Ninguna comisaría de la época realizaba este tipo de actividad. Métodos sin escrúpulos que trajeron resultados y operaciones de investigación de diversa índole". En esa época Palermo era la ciudad donde se había un asesinato mafioso al día. Y San Lorenzo "se había convertido en una especie de laboratorio en el que se experimentaba la mezcla de métodos y la colaboración entre policía y servicios secretos", explicó el fiscal general adjunto al Tribunal. Y es precisamente en esa comisaría donde Nino Agostino adquirió su experiencia.

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El papel de los servicios secretos

La de los servicios secretos -a menudo calificados de "desviados"- era una sombra importante que ya afectaba en su momento a la comisaría de San Lorenzo. La colaboración entre la policía y los servicios se desprende también de algunos datos claros como, por ejemplo, la "lista de precios" indicada por algunos testigos que declararon durante el juicio. Listas reales donde se identificaban y cotizaban de forma diferenciada los principales fugitivos mafiosos buscados. Un elemento que propició la entrada al campo de verdaderos "cazarrecompensas" responsables de su captura, como recordó De Giglio en la sala del tribunal. Cuando se hablaba de los servicios secretos de Palermo, en particular del SISDE, la referencia era inequívoca: Bruno Contrada.

De Giglio destacó luego la peculiaridad operativa de la comisaría de San Lorenzo. Una especie de "rama de servicios de seguridad". De ello da testimonio el comisario Saverio Montalbano cuando habla de su llegada a la comisaría de San Lorenzo. Pero los datos también podrían deducirse de la relación de Antinoro con Contrada y con los servicios secretos. En el juicio, en la audiencia del capitán Grignani, se supo que en la comisaría se habían distribuido "listas con recompensas por la captura de fugitivos".

También en relación con los contactos que Agostino pudo haber establecido con los servicios secretos, parece "significativo" que "Bruno Contrada, que desde el 31 de mayo de 1987 había asumido la coordinación del grupo de búsqueda de fugitivos en el seno del SISDE, fuera destituido de su cargo tres días después del asesinato de Agostino: el 8 de agosto del 89". El ex 007 ya era un personaje "del que se hablaba" en ese momento, recordó De Giglio. Era considerado por muchos como una figura ambigua. "Entre ellos también el juez Giovanni Falcone que, en los días siguientes al atentado de Addaura, confió al periodista de 'L'Unità', Saverio Lodato, que pensaba en Bruno Contrada cuando hablaba de 'mentes refinadísimas' que habían organizado o en todo caso instrumentalizado esa acción criminal en su contra", agregó el fiscal.

Durante su testimonio en este proceso, Contrada dijo que su destitución fue ordenada esencialmente como medida de precaución luego de la publicación de un artículo de prensa despectivo en su contra en los días anteriores. "Sin embargo, persiste la particular coincidencia entre el asesinato de Agostino y su destitución de la oficina del SISDE que se encargaba de la búsqueda de los prófugos -comentó De Giglio- En cualquier caso, la conexión Agostino-servicios secretos es un hecho evidente y demostrado también por hallazgos específicos. Entre ellos estaba el del colega de Agostino, Domenico La Monica, que el 2 de enero de 1993 presentó un informe que reconstruía un diálogo entre él y Agostino en el que este último se refería a Alberto Volo". Volo era uno de los "confidentes" que Antinoro manejaba personalmente y un ex neofascista al que le gustaba definirse como un "agente al servicio del Estado". Además, en esa conversación, "Agostino se refirió a los servicios secretos y dijo que estaba 'a su servicio', que 'trabajaba' para ellos", afirmó De Giglio.

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Alberto Volo, el hombre que vincula a la mafia, los servicios y la extrema derecha

Definido en el tribunal como un "personaje particular", Alberto Volo era el vínculo entre los servicios secretos, la derecha subversiva y la mafia. En 1989 estuvo en el centro de la investigación de Giovanni Falcone sobre "crímenes políticos", en particular el del ex presidente de la región de Sicilia, Piersanti Mattarella, asesinado el 6 de enero de 1980 en la céntrica via Libertà de Palermo. Volo era también amigo de Francesco Mangiameli, conocido exponente de la Tercera Posición y persona en contacto con el Nar "Giusva" Fioravanti y Francesca Mambro, "con quienes se había reunido en Palermo para liberar al terrorista negro Pierluigi Concutelli de la cárcel de Ucciardone", explicó De Giglio. Además, Alberto Volo estaba entre las personas fronterizas que frecuentaban la comisaría de San Lorenzo. En aquellos años los extremistas negros representaban una fuente extremadamente importante y delicada. De las investigaciones realizadas en el marco del proceso se desprende que Volo había colaborado con Giovanni Falcone con la mediación del comisario de San Lorenzo, Antinoro, en el contexto de "homicidios políticos". "Durante estas actividades de colaboración de Falcone y Antinoro, Volo recibió un servicio de protección. Una escolta realizada por elementos de la comisaría de San Lorenzo de la que Agostino era integrante. Este último, por tanto, por cuenta del comisario realizó un servicio de protección de una fuente delicada e importante como Volo. También se supo que el extremista formaba parte de los servicios secretos", afirmó De Giglio. En los documentos adquiridos inmediatamente surgió la relación Agostino-Volo. De hecho, cuando declaró por primera vez, "Volo había admitido que conocía a Agostino porque acompañó a Antinoro al colegio Alfieri". Una escuela privada de su propiedad.

De Giglio se refirió luego a las reuniones confidenciales que tuvieron lugar en el cuartel de Lungaro entre Giovanni Falcone y Nino Agostino. Encuentros que ponen de relieve aún más la estrecha relación de colaboración entre ambos, pero también la delicadeza del trabajo que probablemente estaban realizando. "Agostino había entrado en el terreno 'minado' de Giovanni Falcone -afirmó De Giglio- A su manera, Agostino se encontró luchando contra los mafiosos y contra aquellos que iban de la mano con los mafiosos. Y esto explica la presencia en esta historia de un personaje como Giovanni Aiello (Cara de Monstruo, ndr). El miedo y la preocupación expresados por Agostino en las últimas semanas de su vida demuestran su plena conciencia del peligro extremo del mundo en el que, de alguna manera, había puesto un pie". Para el fiscal general adjunto, "la eliminación de Agostino representa un dramático preludio para Giovani Falcone", así como la precuela de las masacres que se llevarán a cabo en los próximos años. La conexión entre Agostino y el juez Falcone "no puede pasarse por alto. No es poca cosa". Se trata de un hecho "procesalmente comprobado". Un hecho verdadero, explicó De Giglio, "que luego será distorsionado de diversas maneras por todos los rumores que comenzarán a difundirse sobre las responsabilidades de Agostino y Piazza en la realización del atentado de Addaura".

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Foto de portada: Antimafia Duemila

Foto 2: de izquierda a derecha: Vincenzo Agostino, Ida Castelluccio, Antonino Agostino y Augusta Schiera

Foto 3: el fiscal general adjunto, Umberto De Giglio

Foto 4: de izquierda a derecha: Vincenzo, Nunzia y Flora Agostino

Foto 5: el fiscal nacional adjunto antimafia, Domenico Gozzo

*Foto 6: la Corte Penal Penal de Palermo, presidida por Sergio Gulotta (juez a latere Mónica Sammartino)