Lunes 29 Abril 2024

El hermano del juez declaró junto con el abogado Repici. "La mafia y los contratos públicos no son el punto de partida de via d'Amelio"

"Debo decir, por mi parte, que escuché con consternación las declaraciones formuladas aquí contra dos magistrados o, mejor dicho, un magistrado y un ex magistrado, ahora senador de la República. Me refiero a Nino Di Matteo y Roberto Scarpinato, a quienes, en cambio, siento que les debo mi estima y agradecimiento por haber, en estos largos años, buscado con todas sus fuerzas esa verdad y justicia por las que sigo luchando en nombre de esa agenda roja que he elegido como símbolo de mi lucha. Hay muchos otros magistrados a los que deberíamos señalar con el dedo: por ejemplo, Giovanni Tinebra, que debería haber sido llamado a responder por haber respaldado una evidente desviación durante dos procesos, y Pietro Giammanco, que obstaculizó en todos los sentidos a Paolo Borsellino -como antes había hecho con Giovanni Falcone- hasta el punto de concederle la facultad para investigar los acontecimientos mafiosos en Palermo sólo cuando el coche cargado de explosivos, que iba a ser utilizado para matarlo, ya estaba preparado frente a la puerta de via D'Amelio". Estas fueron las palabras de Salvatore Borsellino, hermano del magistrado Paolo Borsellino asesinado en via D'Amelio el 19 de julio de 1992, pronunciadas ayer en la Comisión Parlamentaria Antimafia al asistir junto con su abogado Fabio Repici.

Para Borsellino, las investigaciones sobre la muerte de su hermano deberían empezar de nuevo a partir de la desaparición de la agenda roja, "la caja negra de la masacre de via D'Amelio". Me refiero al robo de esa agenda, realizado, estoy seguro, por las mismas manos que querían la muerte de mi hermano. No hablo de la mafia, sino de partes desviadas del Estado. Porque estoy seguro que no fueron manos de mafiosos quienes llevaron a cabo ese robo. Es precisamente de ahí que deberíamos empezar de nuevo y no a partir de un expediente sobre 'mafia y contratos públicos' que, si bien puede considerarse una concausa, ciertamente no es la causa real de la aceleración repentina de una masacre que en ese momento ya no podía posponerse. Era necesario eliminar rápidamente a quienes representaban un obstáculo insuperable para el plan criminal, armado con la ayuda de la organización mafiosa y la subversión de derecha para cambiar el equilibrio de este nuestro desgraciado país, que siempre ha estado marcado por masacres que he llamado y siempre seguiré llamando masacres de Estado".

"No obstante -dijo Salvatore- la desaparición de esa agenda roja nunca fue realmente investigada. Nunca hubo un verdadero proceso, excepto aquel en el que, ya en la fase de audiencia preliminar, y por lo tanto sin debate alguno, fue absuelto del cargo de robo de la agenda roja el Capitán Arcangioli, quien fuera filmado y fotografiado mientras se alejaba del coche de Paolo, todavía en llamas, llevando en la mano el maletín de Paolo, en el que seguramente estaba la agenda".

Borsellino ataques desconcertantes contra Di Matteo y Scarpinato 2

Fabio Repici: los intentos de revisionismo histórico están en marcha

La masacre de via D'Amelio, afirmó el abogado, "no debe ser vista en sus detalles individuales, sino en un marco más amplio porque de lo contrario no se podrá encontrar la verdad". En este sentido, Repici subrayó que la fase de la masacre que comenzó con el asesinato de Lima "y luego continuó en Capaci y via D'Amelio se consolidó con la intervención de sujetos que tenían un origen completamente diferente".

Es el caso, por ejemplo, de Paolo Bellini, condenado en primera instancia por la Corte Penal de Bolonia por la masacre del 2 de agosto de 1980.

La ex prímula negra fue "un protagonista activo de las relaciones con figuras muy importantes de Cosa Nostra en aquella época, incluso implicadas en la preparación de la masacre de Capaci, me refiero a Giovanni Brusca, Gioacchino La Barbera y, sobre todo, a Nino Gioè".

Además, se ha demostrado que "Paolo Bellini tuvo una presencia casi permanente en Sicilia al menos desde diciembre de 1991 y hasta después de la masacre de via D'Amelio".

"Y sabemos con certeza que la sugerencia hecha a Cosa Nostra para atacar el patrimonio arquitectónico con masacres vino del propio Paolo Bellini".

Sin embargo, todos estos elementos corren el riesgo de quedar eclipsados.

"Desde hace algún tiempo -explicó- en torno a la masacre de via D'Amelio en particular, pero también en torno a otros crímenes en los que Cosa Nostra u otras organizaciones criminales participaron de manera poderosa, se evidencia la práctica de un fenómeno muy peligroso entre negacionismo y revisionismo. Es un intento de reescribir la historia desde una perspectiva mafiosa que llevaría a la conclusión de que ciertos crímenes y en particular la masacre de via d'Amelio son el resultado exclusivamente de acciones llevadas a cabo por hombres de honor de Cosa Nostra".

"Con la exclusión categórica de cualquier contribución externa a esa masacre".

"En el escenario en que nos movemos, creo que es importante evitar introducir en la investigación parlamentaria de este caso elementos que generen confusión, más que utilidad para determinar la verdad", afirmó Repici, recordando el último intento de desvío llevado a cabo por el colaborador. de justicia Maurizio Avola: sus declaraciones, que fueron objeto de atención por parte de la autoridad judicial de Caltanissetta, excluyeron, precisamente, la "responsabilid de exponentes externos a Cosa Nostra".

El caso Contrada

El abogado de Salvatore Borsellino reconstruyó el encuentro de Paolo Borsellino en el Viminale con el hombre de los servicios, Bruno Contrada. El 1º de julio de 1992, el magistrado asesinado en via D'Amelio estaba interrogando al nuevo colaborador de justicia Gaspare Mutolo cuando fue citado por teléfono al Ministerio del Interior, donde asumía su cargo el nuevo ministro del Interior, Nicola Mancino. Precisamente en esa ocasión Borsellino se reunió con Contrada, quien, sabiendo de la colaboración de Mutolo (aunque entonces era secreta), dijo estar "disponible" en caso de necesidad.

El hombre del SISDE era, según Gaspare Mutolo, "un hombre relacionado a Cosa Nostra".

Pero esto no impidió que el entonces fiscal de Caltanissetta, Giovanni Tinebra, le confiara "la tarea de apoyar las investigaciones sobre la masacre de via D'Amelio, un cortocircuito que no tiene precedentes en la historia", continuó diciendo Repici.

La gravedad del asunto, subrayó el abogado, queda demostrada por otros elementos: "A petición mía, la fiscalía general de Palermo, en el proceso por el doble asesinato Agostino-Castelluccio, adquirió las agendas del Dr. Bruno Contrada de 1976 a 1992. Son las que le fueron incautadas en el momento de su detención, el 24 de diciembre de 1992. En la página del 27 de julio de 1992, el Dr. Bruno Contrada escribe sobre una cena a la que asistió con el Dr. A. De Luca (el doctor Antonio De Luca) que como muchos saben en ese momento era policía al servicio del SISDE y el Doctor Angelo Sinesio (alto comisionado) y, entre paréntesis decía: 'se discute el tema Mutolo'".

"Así pues, ocho días después de la masacre de via D'Amelio, el Doctor Contrada ya estaba preparando su defensa contra las acusaciones de Gaspare Mutolo que aún no habían sido volcadas a las actas. De hecho, las declaraciones de Gaspare Mutolo no se hicieron constar en el acta hasta el 23 de octubre de 1992, es decir, más de tres meses después de la masacre".

Borsellino ataques desconcertantes contra Di Matteo y Scarpinato 3

"Pero hay una cosa que es aún más impresionante. Si se busca más adelante (en la agenda de Contrada) se llega al 31 de julio, cuatro días después, se encuentra 'visita al doctor Di Signorino'. Recordarán que el doctor Domenico Signorino fue el magistrado de la fiscalía general de Palermo que señaló a Gaspare Mutolo como una persona estaba en connivencia con Cosa Nostra. Y en la página del 31 de julio consta 'visita al domicilio del doctor Di Signorino', está la dirección del domicilio, y entre paréntesis se anotó 'cuestión Mutolo'".

Siempre hablando del exagente de los servicios, Repici citó un episodio aparentemente sin importancia: Diego Cavaliero, magistrado de la fiscalía de Marsala y amigo íntimo de Paolo Borsellino, una tarde se encontró almorzando con este último, la televisión estaba encendida y "estaba presente el hijo de Paolo, que en ese momento era menor de edad y que tenía la curiosidad de cualquier joven, más aún en relación al trabajo de su padre, y como en ese momento las noticias hablaban de la masacre de Addaura, del ataque fallido al Dr. Falcone en junio de 1989, Manfredi Borsellino preguntó quién era ese Contrada, y el doctor Cavaliero les dijo a los magistrados que la respuesta del Dr. Borsellino fue impresionante a sus ojos, porque reaccionó con una brutalidad que nunca le había visto, al decirle a su hijo que evitara siquiera pronunciar ese nombre, que eran cosas tan peligrosas que ni siquiera se debería hablar de ellas".

Y fue también en relación con la fallida masacre de Addaura que Giovanni Falcone, el 10 de junio de 1992, en una entrevista concedida al periodista y escritor Saverio Lodato del diario L'Unità habló de "mentes refinadísimas, capaces de dirigir las acciones de Cosa Nostra. En los últimos años -siguió diciendo el abogado Repici- el periodista que entrevistó a Giovanni Falcone testificó públicamente, y también lo hizo bajo juramento en el proceso por el doble asesinato de Agostino y Castelluccio, a petición expresa mía, que el Doctor Falcone en dicha ocasión "le dio el nombre del doctor Bruno Contrada y le pidió que evitara publicar ese nombre debido a lo delicado de las circunstancias".

Borsellino ataques desconcertantes contra Di Matteo y Scarpinato 4

La informativa de Rino Germanà

El abogado de Salvatore Borsellino recordó que "Diego Cavaliero en varias ocasiones, cuando se le preguntó quiénes eran los policías judiciales más cercanos a Paolo Borsellino, mencionó siempre y exclusivamente dos nombres. Para ser claros, ningún oficial del ROS de Carabineros. Pero hubo un carabinero que era entonces el comandante de la sección de policía judicial de la fiscalía de Marsala, el mariscal Carmelo Canale que acompañó al doctor Borsellino hasta los últimos días de su vida, el segundo era un policía, el doctor Rino Germanà. En junio de 1992 (un mes después del atentado que mató a Falcone) se le encargó investigar algunas presiones denunciadas por dos magistrados de Palermo en relación con el proceso por el asesinato del capitán de Carabineros, Emanuele Basile. Los dos magistrados denunciaron el intento de pilotear el veredicto del proceso, un intento -descubierto por el propio Germanà- llevado a cabo por el notario Pietro Ferraro en nombre de Vincenzo Inzerillo (nacido en Palermo el 24 de julio de 1947, senador de la Democracia Cristiana elegido por el distrito electoral de Brancaccio, Palermo, y luego condenado por concurso externo en asociación mafiosa)".

"Años más tarde descubrimos que Vincenzo Inzerillo, según la condena irrevocable por concurso externo en asociación mafiosa, era alguien al servicio de Giuseppe Graviano. Es decir, el mismo hombre que dirigió la fase ejecutiva de la masacre de via D'Amelio". Germanà, encargado de las investigaciones para identificar al instigador del notario Ferraro, dividió una informativa en la que también escribió el nombre de Luigi Savona".

Este último, como se desprende de los procesos denominados "Grande Oriente", había sido señalado por el infiltrado Luigi Ilardo "como la persona originaria de Sicilia, pero trasplantada a Turín que había supervisado la entrada de la masonería en Cosa Nostra". Además, según las confidencias de Luigi Ilardo, habría sido "la persona que habría dirigido a Cosa Nostra hacia una estrategia de masacre en contacto con exponentes del aparato institucional y del mundo masónico".

Como resultado, Germanà fue trasladado de nuevo a Mazara del Vallo para dirigir la comisaría como lo había hecho ocho años antes. En la práctica un descenso.

Borsellino ataques desconcertantes contra Di Matteo y Scarpinato 5

La audiencia de Borsellino confirma la necesidad de un comité de masacres

"La presencia de Salvatore Borsellino y del abogado Fabio Repici en la Comisión Parlamentaria Antimafia expuso claramente el trabajo que la Comisión deberá realizar: investigar de manera integral y unitaria la temporada de masacres de 1992 y 1993. Los dramáticos acontecimientos de ese bienio tienen una única matriz terrorista y subversiva, Cosa Nostra no actuó sola". Así lo afirman en una nota los miembros del Movimiento 5 Estrellas que son miembros de la Comisión, a saber: Stefania Ascari, Federico Cafiero de Raho, Francesco Castiello, Michele Gubitosa, Luigi Nave y Roberto Scarpinato: "Necesitamos comprender de una vez por todas -añaden- quién manipuló los archivos del ordenador de Falcone en el Ministerio de Justicia, quién tomó la agenda roja de Borsellino, por qué se impidió a la magistratura tomar posesión de los documentos conservados en la casa de Riina. Necesitamos arrojar luz sobre la presencia de terroristas neofascistas en Sicilia durante el período de las masacres y sobre aquellos sectores del Estado y del establishment que primero deslegitimaron a Falcone y Borsellino y luego, en colaboración con los corleoneses, desempeñaron un papel destacado en la realización de los atentados del 92-94 y en el desvío de las investigaciones. La propia DIA escribió que detrás de los mafiosos había mentes que conocían la dinámica del terrorismo y los mecanismos de comunicación de masas". "Para realizar este enorme trabajo sólo hay un camino a seguir: crear dentro de la Comisión un Comité especial sobre la temporada de masacres. Lo reiteramos porque, como destacó hoy el abogado Repici, hay en marcha un proceso de negacionismo y revisionismo, en un intento de escribir una reconstrucción reduccionista y conveniente de esa temporada", concluyó.

Foto de portada: Imagoeconomica

Foto 2: Imagoeconomica

Foto 3: a la izquierda, Bruno Contrada / Archivo Letizia Battaglia

Foto 4: Giovanni Falcone / Archivo Letizia Battaglia

Foto 5: Salvatore Borsellino / Imagoeconomica