Sábado 4 Mayo 2024

El acusado absuelto en forma definitiva tiene derecho a decir lo que quiera. Tiene derecho a una nueva imagen que considere que las acusaciones en su contra, a la luz de los procesos que se han llevado a cabo a lo largo de los años (muchos, demasiados), respetando normas y garantías, han demostrado ser infundadas. En resumen, el acusado ya no es un acusado. Sinónimo de buena conducta, podría decirse. Pero solo hasta cierto punto.

El imputado en cuestión, que repetimos ya no es un imputado, responde en realidad al nombre de Mario Mori, general del Arma de Carabineros, excomandante del ROS (Reparto Operativo Especial), ex director del SISDE (Servicio de Inteligencia y Seguridad Democrática), que fue llamado al estrado -repetidamente- por no allanar y registrar el escondite de Totò Riina al momento de su captura, por haber apoyado la evasión de Bernardo Provenzano, por haber tratado con Cosa Nostra en la época de las masacres, sin el conocimiento de sus superiores y de los expertos institucionales en la materia que, en esa eventualidad, debían ser informados.

Escribimos sobre ello porque una entrevista reciente con Mori está haciendo ruido.

El escenario fue un acontecimiento literario, que tuvo lugar en Umbría, pero las del general Mori parecen más declaraciones espontáneas, un arrebato de resentimiento, que una entrevista acordada de preguntas y respuestas o una intervención literaria.

El enfado de Mario Mori dara sus frutos 2

El inicio suena áspero: "Ahora atacaré y empezaré a divertirme. Me estoy cuidando, camino de 4 a 5 kilómetros todos los días, trato de no engordar porque tengo que verlos morir a todos. Lo digo con pasión, con odio. ¿Quiere los nombres?".

Y a quien se los pide, Mori le responde secamente: "no".

¿Existe en Italia una ley que impida a un acusado, absuelto en forma definitiva, pronunciar palabras feroces y apocalípticas contra quienes considera sus "enemigos jurados"? Por supuesto que no.

Por otro lado, Mori, que fue un hombre de las instituciones, conoce bien las reglas del juego y no menciona los nombres de aquellos a quienes desea la muerte. En resumen, la sangre del general está envenenada. Y es entendible.

El resto de sus declaraciones reconstruyen esa versión de los hechos que es la de Mori, y que la Corte de Casación hizo suya, absolviéndolo por no haber cometido el delito. Al respecto sólo decimos que entenderemos más cuando el Tribunal de Casación estime oportuno exponer sus motivaciones.

Pero las últimas palabras del general Mori, pronunciadas en el mismo contexto, son asombrosas.

Son éstas: "Mafia y licitaciones es la historia de mi carrera profesional. Mientras me quede un día de vida, la presentaré por toda Italia, me quitaré muchas piedras de los zapatos y pediré cuentas de todos los hechos ocurridos entre las muertes de Falcone y Borsellino. Son escalofriantes".

¿Escalofriantes? ¿Pero de qué habla el general? ¿A qué se refiere? ¿Qué implica o qué quiere dar a entender? En resumen ¿qué pasó entre Capaci y Via d'Amelio que los simples mortales no sabemos?

La pregunta no es sólo nuestra.

Nos precedió en Facebook el abogado Luigi Li Gotti, defensor histórico de los grandes traidores de Cosa Nostra, de Buscetta a Brusca, y que conoce el asunto: "El general Mori no puede limitarse a decir que fueron actos escalofriantes -afirmó- debe decir cuáles y quién los cometió. De lo contrario, deberíamos pensar que se trata de un mensaje para alguien sobre algo...".

Ahora que el general Mori ha sido nombrado consultor de la nueva Comisión Parlamentaria de investigación sobre el fenómeno mafioso, va a tener muchas opciones para elegir al futuro depositario de estas "verdades escalofriantes".

De hecho, podrá denunciar las masacres ante la autoridad judicial competente, así como ante la propia Comisión Antimafia. Y esta también sería una bonita "piedra" que podrá quitar de sus zapatos.

Foto de portada: Imagoeconomica

Foto 2: el abogado Luigi Li Gotti