El fiscal nacional adjunto antimafia fue entrevistado en el programa 'In Onda' del canal 'La 7'
La mordaza a fiscales y periodistas, el ataque de la política a la independencia del poder judicial, la "reformulación" del delito de concurso externo en asociación mafiosa y la abolición del abuso de poder. Estos fueron los temas tratados anoche en el programa 'In Onda' de 'La7' -conducido por Marianna Aprile y Luca Telese- por el fiscal nacional adjunto antimafia y exmiembro del CSM, Nino Di Matteo.
En los últimos tiempos, dijo el magistrado, hemos asistido a "una ofensiva unilateral muy bien organizada, muy bien apoyada por los medios de comunicación y por una parte sustancial de la política contra una parte del poder judicial, ese parte del poder judicial que ha pretendido y sigue pretendiendo ejercer el control de legalidad también sobre las formas de ejercicio del poder oficial. Hemos sido testigos de ello y no creo que, salvo contadas excepciones, se pueda decir que el poder judicial haya invadido el campo de la política con su actividad, no somos nosotros los que dimos pasos indebidos hacia adelante, fue la política la que varias veces dio pasos sensacionalistas e indebidos hacia atrás. Permítanme sólo un ejemplo: la relación entre la mafia y la política. Hay hechos que se constataron, relaciones de contigüidad, de trato cercano, pero frente a los hechos establecidos asistimos siempre a las mismas reacciones de la política: una parte habla de conspiración y la otra parte dice 'esperamos las sentencias definitivas de la justicia', y me enoja mucho más esta segunda reacción. Somos un país en el que, si no se establece la responsabilidad penal por determinadas conductas, nunca se activa un mecanismo que haga valer la responsabilidad política. Ese es el drama de este país. Ha habido momentos en que la política ejerció plenamente sus prerrogativas y fue un baluarte en la lucha contra la mafia. Estaba en primera fila: estoy pensando en la política, por ejemplo, de Pio La Torre, estoy pensando en el informe minoritario de la comisión parlamentaria antimafia de 1976. Hoy, sin embargo, decir que hay que esperar las sentencias definitivas del poder judicial constituye una coartada para no ocuparse de un problema secular como es la relación entre la mafia y la política".
Durante la emisión se volvió a hablar de la credibilidad de la magistratura tras el 'escándalo' de Palamara.
"No hay duda de que el poder judicial vive un momento de dificultad, de pérdida de credibilidad", dijo Di Matteo. "El caso Palamara no es el único: fue la punta de un iceberg, el punto de llegada de un proceso de degeneración que tiene metástasis por todo el organismo judicial. La degeneración de las corrientes internas, el arribismo desesperado, el colateralismo con la política, el hecho de inspirarse a veces en criterios de conveniencia política y no en el deber jurídico de actuar, es decir, sin evaluar las consecuencias políticas de lo que se hace. de ese fondo necesariamente se debe renacer y no debemos sorprendernos por lo que pasó. Los magistrados debemos comprometernos y reaccionar, pero quiero recordar una algo que no debemos minimizar, no debemos barrer el polvo debajo de la alfombra, pero creo que siempre conviene recordar que en la historia de la Italia republicana el poder judicial ha representado no sólo el baluarte más expuesto contra los fenómenos criminales mafiosos, terroristas y de cuello blanco, sino que ha sido la institución que, mejor que cualquier otra, luchó por aplicar los principios de la Constitución, por defender a las minorías y por aplicar el principio del segundo párrafo del artículo tercero que nos compromete a eliminar las diferencias de clase, raza, sexo, idioma y religión. Es una magistratura que debe reaccionar visiblemente en este momento, porque tengo la sensación clara, de hecho tengo la convicción de que hay una parte importante del poder en Italia que quiere aprovechar este momento de debilidad de la magistratura, hay un deseo generalizado de venganza, hay un deseo generalizado de hacer reformas que tengan un contenido por un lado vengativo pero sobre todo preventivo, para evitar que, en el futuro, se hagan investigaciones y juicios que preocupan a la clase dirigente de este país. Pienso en todos los juicios que se han hecho sobre la relación entre mafia y política y en todos los juicios que han involucrado sistemas criminales generalizados".
La 'revisión' del concurso externo y la mordaza para magistrados y periodistas
"Hablar del concurso externo como un crimen evanescente en mi opinión es inaceptable. Mientras tanto, olvidamos que la jurisprudencia sobre concurso externo en asociación mafiosa se formó en aplicación de los principios generales del derecho penal que también atañen a otros delitos además del de asociación mafiosa. Olvidamos o pretendemos olvidar que fue precisamente recurriendo a la fórmula, al instrumento del concurso externo, que por primera vez Giovanni Falcone, a mediados de la década de 1980, logró elevar el nivel de sus investigaciones sobre Vito Ciancimino, el ex alcalde de Palermo", dijo el fiscal nacional antimafia.
"Nos olvidamos -reiteró- que con el uso de esta herramienta hemos logrado a lo largo del tiempo pegarle a la zona gris, pegarle a la burguesía mafiosa, pegarle a los que, siendo políticos, administradores, empresarios y hasta magistrados y representantes de las fuerzas de orden, constituían la verdadera fuerza de Cosa Nostra, el punto de conexión y de unión entre la mafia militar y el poder. No se quiere recordar que a través del concurso externo llegaron a buen término mucho juicio contra importantes políticos, desde Dell 'Utri a D'Ali a Cosentino, con sentencias definitivas condenatorias".
"Creo que hablar del concurso externo como de un delito evanescente ya es una mala señal. En este momento en el cual el accionar de las mafias se ha vuelto cada vez más fluido, en el sentido de que prescinden de uno de sus rasgos distintivos como la afiliación formal, por la cual el mafioso tenía que pertenecer a una familia, a un barrio, a un grupo mafioso y entrar con un ritual de iniciación. Hoy esto ya no existe, y con más razón en este momento, tratar de limitar la posibilidad de utilizar el concurso externo, constituiría un riesgo al dejar áreas impunes en la conducta de quienes a sabiendas ayudan a la mafia".
Nino Di Matteo, manteniéndose siempre en la línea de las recientes medidas legislativas, dijo que estaba en contra de la abolición del abuso del cargo porque "la abolición del abuso del cargo deja a los ciudadanos aún más indefensos frente a la intimidación, el comportamiento arbitrario del administrador público. Muchas veces detrás de investigaciones que inicialmente se referían a hipótesis de abuso de poder, y esta es la experiencia común de muchos magistrados, aparecieron casos de corrupción, extorsión, contratos amañados, relaciones entre la mafia y la administración pública o entre la mafia y las autoridades locales. Derogar el abuso de poder significa cortar de raíz esta posibilidad. Sin decir que, al derogar el abuso de poder, Italia iría en contra de las convenciones y acuerdos que ha estipulado tanto a nivel de la organización de las Naciones Unidas como del Consejo de Europa. Y constituiría una anomalía en comparación con todos los demás países europeos, pero si tengo la oportunidad y el tiempo, quiero decir que esta reforma, como todas las demás reformas, no puede, en mi opinión, verse de manera atomizada".
"Creo que la reforma Nordio debe verse en conjunto con la reforma Cartabia, y probablemente también en conjunto con lo que fueron los proyectos de reforma de la justicia del primer gobierno de Berlusconi, el de 1994. Hay una especie de continuidad, una continuidad que va en una dirección equivocada, a mi juicio, porque nada se hace para tratar de atender el verdadero problema de la justicia penal, que es la duración de la investigación penal, nada se hace para acortar los tiempos de los juicios".
"De esta forma, con la inadmisibilidad de Cartabia, más el hecho de que para una simple medida cautelar la reforma de Nordio dispone que un tribunal debe pronunciarse, y de esta manera se crearía una especie de parálisis sobre todo en los tribunales medianos y pequeños, los tiempos se alargan y se hace más difícil la determinación de los hechos. Y luego están las reformas que en todo caso tienden a transformar sobre todo al ministerio público y a los fiscales. Ya no más magistrados autónomos e independientes sino magistrados destinados a una forma de accionar colateral con respecto al poder político y al poder ejecutivo en general. Y esta es una tendencia a la que hay que oponerse, pero no para proteger a un privilegio de casta, sino para proteger el derecho de todo ciudadano a que los magistrados, incluidos los del ministerio público, sean completamente independientes del poder político y estén impregnados de la cultura de la jurisdicción, tanto de jueces como de fiscales".
Hay políticos que dicen que, si un magistrado habla públicamente de asuntos de la justicia, estaría cometiendo un acto de interferencia.
"Esto me parece paradójico", respondió Di Matteo. "Es como si un ingeniero no pudiera discutir disposiciones legislativas relativas a la edificación y la construcción o un médico no pudiera opinar sobre lo que concierne a la organización de la salud pública. La mordaza para los magistrados, la mordaza para los periodistas que en parte encontramos en algunas disposiciones de la reforma de Cartabia y en algunos anuncios de reforma del proyecto de Nordio, me gusta recordar, sin querer atribuir malicia a nadie en este sentido, que constituyen puntos firmes e importantes del plan de renacimiento democrático de Licio Gelli, y por lo tanto cuidado con pensar que el magistrado no puede hablar. El magistrado no puede hablar de las investigaciones en curso, no debe revelar lo que está bajo secreto del sumario, pero pensar que no debe opinar en materia de justicia es aspirar al tipo de justicia que se esbozaba en el proyecto de reforma de Licio Gelli. Incluso se preveía que ni siquiera se podían mencionar los nombres y apellidos de los magistrados que realizaron las investigaciones o celebraron los juicios".
"¿Qué opinas de la cancelación de la transmisión de Saviano?" preguntó Marianna Aprile para cerrar.
"Solo quiero recordar lo que dijo Paolo Borsellino en varias ocasiones públicas. Incluso hablando con los jóvenes que conoció en las escuelas, Borsellino exhortaba a los jóvenes de esta manera: hablen de la mafia, hablen de ella en todas partes. Se debe hablar de ello en la familia, en las escuelas, en los periódicos, en la televisión y en la radio, hablarlo en cualquier caso porque las mafias siempre y hoy quizás más que nunca, necesitan del silencio para llevar a cabo sus negocios, para consolidar su poder necesitan del silencio, hay que contrastar ese silencio con la palabra, el conocimiento, el análisis a fondo, por eso pienso que cualquier análisis a fondo o investigación periodística seria y concreta, como me imagino son, obviamente, las del periodista Saviano, deben ser divulgadas y cuando no se divulga hay una posibilidad de menoscabo al derecho al conocimiento, a la conciencia y a la memoria que todo ciudadano debe tener sobre temas tan importantes que condicionan nuestra democracia como es el tema de las mafias", concluyó Di Matteo.
Fotos: Antimafia Duemila