En Il Fatto Quotidiano La carta de los estudiantes al profesor Visconti que quiere "silenciar" a Di Matteo y Lodato "Estimado profesor Visconti (...), quedamos muy desconcertados con las declaraciones que le hizo al diario Il Foglio, hablando de antimafia "de las tonterías" y (de hecho) sugiriendo a las nuevas generaciones a que no inviten más al magistrado Nino Di Matteo y al periodista Saverio Lodato a las escuelas y universidades". Con estas palabras, más de setenta jóvenes le dirigieron una carta abierta a Costantino Visconti, profesor titular de Derecho Penal en la Universidad de Palermo y alumno de Giovanni Fiandaca, jurista conocido por sus posiciones críticas hacia el concurso externo en asociación mafiosa y el proceso de la Tratativa Estado-mafia. Una postura clara y contundente luego de que el pasado 20 de julio Visconti, en una entrevista, lanzara un ataque contra Di Matteo y Lodato, a su juicio "culpables" de tener una actitud poco generosa hacia el Estado. "Hay que enseñar bien la historia -dijo-. Hay que decir que históricamente las mafias han tenido un papel intrusivo en la vida de nuestras comunidades, sobre todo en el sur, pero que a partir de 1982 (utilizamos como punto de partida la ley Rognoni-La Torre), gracias al sacrificio de tanta gente hemos llegado a un punto en el que las mafias están bajo una presión permanente. De este modo se ve que el ente fuerte es el Estado, que no tiene nada que ver con la mafia, y en el cual es preciso confiar". Luego, al hablar de una antimafia "nihilista" que "nunca da satisfacción a quienes trabajan en el campo y, ocupando desmesuradamente y a veces con rara camaradería los espacios mediáticos generosamente puestos a su disposición, apunta inexorablemente a celebrar la invencibilidad de la mafia y a sus conductores ocultos", aumentó aún más la dosis: "Está claro que mientras sigan invitando a las escuelas a Saverio Lodato y Nino Di Matteo, que dicen que el Estado está podrido, se va a dar un mensaje diferente a las nuevas generaciones". Lo cierto es que decenas de investigaciones y documentos demuestran que las mafias, hoy en día, no son meras "organizaciones criminales", como él afirma, sino organizaciones perfectamente insertadas dentro de un sistema criminal más amplio que tiene que ver con la política, la economía, las finanzas, la masonería y los aparatos desviados. Por eso, los jóvenes de Palermo y otros (muchas firmas vienen de otras partes de Italia) quisieron tomar una posición firme: "Como jóvenes, no confiamos en un Estado cuyos funcionario, como los Carabineros del ROS Mario Mori, Giuseppe De Donno y Antonio Subranni, mientras se hacía saltar por los aires a magistrados, fuerzas del orden y civiles inocentes, fueron a buscar a los jefes de Cosa Nostra y negociaron con ellos por "indecibles razones de interés nacional" (como dice la sentencia de segunda instancia)". "Esta carta -siguen diciendo- es para hacerle saber, profesor, que los jóvenes y estudiantes conocen la historia, pero la real, incómoda y fastidiosa: no la historia que se relata con conceptos retóricos y abstractos de 'legalidad', o con pasarelas institucionales dentro de nuestras escuelas y universidades. Por eso queremos escuchar y discutir con magistrados como Nino Di Matteo y periodistas como Saverio Lodato. Sin opiniones personales, Di Matteo y Lodato representan dos voces de gran autoridad en la historia de las masacres, de la vida de nuestros mártires, de las investigaciones y juicios antimafia, así como por su experiencia profesional y humana. Su deseo de descalificarlos a los ojos de los estudiantes nos parece un intento de gran bajeza moral". Esta carta fue retomada por la agencia AdnKronos, y los diarios Il Fatto Quotidiano y La Repubblica. Magistrados como el fiscal adjunto, Sebastiano Ardita, apoyaron la iniciativa de estos jóvenes y lo mismo hizo el testigo de justicia, Ignazio Cutrò. Lo cierto es que los jóvenes no comparten la continua "normalización" mafiosa que sigue llevando a cabo cierta parte de la política y del mundo intelectual. Lo reiteraron en las marchas que los tuvieron como protagonistas el 23 de mayo (donde se les impidió llegar al árbol de Falcone a golpes de cachiporra) y el 19 de julio (donde fueron recibidos en via D'Amelio con los brazos abiertos por Salvatore Borsellino y las Agendas Rojas). "Estamos cansados de las censuras que a menudo se hace a los estudiantes, acerca de lo que podemos o no hacer, a quién podemos o no invitar, y qué historia se nos debe enseñar", dijo Marta Capaccioni entrevistada por el medio fatto.it, estudiante de derecho en Palermo, además de una de las primeras firmantes de la carta. "Es una actitud que supone que los jóvenes son incompetentes: hemos leído sentencias, hemos seguido los juicios y queremos saber la complicidad política que condujo a las matanzas de Portella della Ginestra, o las del bienio '92-'93. La reconstrucción histórica que habitualmente se nos proporciona, la que afirma que el Estado nunca estuvo en connivencia con las mafias, no sólo es humillante para quienes lo hacen, sino que nos deja claro que somos considerados como jóvenes carentes de sentido crítico, pensamiento y habilidad. Estamos clamando por saber las verdades detrás de esas masacres y este mensaje es para decir que, si los profesores nos apoyan en esto, estaremos felices porque es su deber, dentro de las universidades que sostenemos económicamente y que por lo tanto deben girar en torno a nuestras necesidades. Pero si eso no sucede, lo haremos solos: creemos que hay que hablar de mafia en términos de un sistema criminal muy amplio, que se ha expandido desde la dimensión local para traspasar las fronteras nacionales, un fenómeno en constante crecimiento y desarrollo. Creemos que este sistema no podrá ser derrotado hasta que se rompan los lazos con el poder político e institucional. Y tenemos continuos ejemplos de estos lazos: para no ir muy lejos, recordemos que el alcalde de Palermo, Roberto Lagalla, aceptó el apoyo político de Totò Cuffaro y Marcello Dell'Utri, el primero condenado por concurso externo en asociación mafiosa y el segundo por favorecer a la mafia". Las palabras de Andrea La Torre, representante del liceo Mario Rutelli, entrevistada por La Repubblica, son del mismo tenor: "La antimafia de las 'tonterías' es la de las pasarelas de políticos que vienen a Palermo para los aniversarios de las masacres y así tratar de limpiarse la cara. Queríamos de todo corazón a Di Matteo en nuestra escuela en febrero pasado. Y nadie me va a convencer de que nos equivocamos. Hay un muro de silencio que acompaña hechos muy graves que han ocurrido en nuestro país. Los estudiantes queríamos derribar ese muro invitando a un magistrado que no tiene miedo de alzar la voz y que lleva décadas en las trincheras para conseguir verdad y justicia. El debate cultural antimafia es sacrosanto". Y luego agregó: "La antimafia está en las marchas de los jóvenes, en la sociedad civil que decide no ceder y en esa parte del Estado que busca la verdad". En síntesis, el Estado no es del todo bueno y tal como lo retrata Visconti. Hay una serie de interrogantes que siguen abiertos: ¿dónde está la agenda roja de Paolo Borsellino? ¿Cuál ha sido el papel de los servicios secretos en las masacres? Y sobre todo ¿quiere el Estado derrotar realmente a la mafia? "No viví los años de las masacres -dijo finalmente la joven estudiante-. Pero el hecho de que no se sigan cometiendo asesinatos en la calle no legitima a bajar la guardia y no significa que ya no existan altas relaciones entre las organizaciones mafiosas y el mundo exterior a las mismas". "Si se hace una comparación con los años de las masacres, la mafia ha sabido cambiar de cara y hoy factura decenas de miles de millones gracias al narcotráfico y al tráfico internacional de armas, sirviéndose también de la corrupción de figuras de la administración pública". Foto: Universidad de Derecho de Palermo / Paolo Bassani
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