Jueves 2 Mayo 2024

Se presentó en Palermo el libro del hijo del juez asesinado por la mafia:

"He extrañado mucho el poco tiempo que pasamos juntos"

Han pasado casi 40 años desde aquel 29 de julio de 1983. Los primeros rayos de sol ya habían comenzado a calentar los edificios de Palermo cuando a las 8.05, en vía Pipitone, frente al número 59, voló por los aires un auto cargado con 75 kg de TNT. La explosión golpeó y mató al juez Rocco Chinnici que se subía a su automóvil para dirigirse al tribunal. Con él murieron los agentes de su custodia, el mariscal Mario Trapassi, el agente Salvatore Bartolotta y el portero del edificio Stefano Li Sacchi. El control remoto que activó el explosivo fue presionado por Nino Madonia, quien llevó a cabo la orden de muerte dada por ocho jefes de la Cúpula de Cosa Nostra. La orden, sin embargo, provino de los poderosos primos Salvo, los cobradores de deudas de Salemi, a quienes Chinnici estaba investigando. Fueron ellos quienes exigieron la sentencia, como afirmaron los jueces de Caltanissetta en el año 2000 quienes, adhiriendo a las conclusiones de los fiscales Nino Di Matteo y Anna Maria Palma, que calificaron a Ignazio y Nino Salvo como autores intelectuales o instigadores de la masacre. Pero por encima de los dos primos (contra los que en su momento no se pudo proceder porque ya habían fallecido), había alguien más. En la sentencia se habla de "referentes romanos", de la posibilidad, según los arrepentidos y la acusación, de que la idea de eliminar a Chinnici hubiera madurado en círculos de la Democracia Cristiana. Un crimen con trasfondo político, por tanto, en el que la mafia se había convertido en el brazo armado de poderes y voluntades poco claras. Giovanni Chinnici, hijo del juez, compartió esta idea al presentar ayer, en el Palazzo Branciforte de Palermo, su nuevo libro "300 días de sol" (publicado por Mondadori), dedicado a la memoria de su padre asesinado.

Giovanni Chinnici mi padre Rocco hablaba del cuarto nivel de poder 2

"En ese proceso, como prácticamente todos los procesos sobre las grandes masacres, se empieza por conocer los niveles ejecutivos. Luego se llega a la cúpula, el grupo de gobierno de la mafia. Y las investigaciones se detienen en los niveles de la mafia, que finalmente es el área en la que se decidieron estos asesinatos", dijo a nuestros micrófonos. "Pero definitivamente hay un nivel más alto que los inspiró", agregó. "Y ciertamente es complicado y difícil identificar estos niveles, tanto por el tiempo transcurrido y porque las responsabilidades están algo diluidas, por lo que procesalmente es más difícil determinar cuáles son los niveles superiores", comentó. Según Chinnici podría haber "una posible inspiración política de estos gravísimos hechos. Puedo recordar que hoy tenemos los procesos de la Tratativa Estado-mafia", reiteró. "Pero Rocco Chinnici a finales de los 70 y muy al principio de los 80 ya hablaba del cuarto nivel, que no era más que el nivel de las instituciones y de la alta política".

Los 7147 días de Giovanni

Al comentar las investigaciones realizadas en sede judicial sobre el ataque, Giovanni Chinnici habló de su libro, relatando también como fue la vida privada vivida bajo los brazos firmes del juez Rocco Chinnici. "Era un hombre al que describir como fuerte es quedarse corto", comentó. Giovanni tenía 19 años y toda una vida por delante cuando mataron a su padre. "Muy pocos", dijo amargamente a nuestros micrófonos, repitiendo lo que había dicho poco antes ante una sala repleta. "El aspecto más importante de este libro está escrito en sus primeras palabras, 'Siete mil ciento cuarenta y siete', que es el número de días que pasé junto a él desde mi nacimiento hasta su asesinato". "Muy pocos", reiteró. A diferencia de su hermana Caterina, la primera hija del juez, Giovanni pudo disfrutar mucho menos de su padre.

"A diferencia de mis hermanos, tuve la oportunidad de tener a papá más tiempo conmigo y pude darle la satisfacción que un padre espera de una hija", dijo la europarlamentaria al hablar durante la presentación, acompañada del periodista Felice Cavallaro, el magistrado Antonio Balsamo y la escritora Stefania Auci. Caterina Chinnici, ese día, uno de los trescientos días de sol que disfruta Sicilia cada año (de ahí el título del libro), estaba en las afueras de Palermo. "Estaba en Caltanissetta donde me desempeñaba como pretor", recordó. "Esa mañana la luz se había convertido en el resplandor de una explosión y Giovanni lo cuenta de una manera muy directa", dijo la exmagistrada. De hecho, Giovanni y su hermana Elvira estaban en casa ese 23 de julio. Y fueron los primeros en acudir al lugar de la masacre.

"No pude estar cerca de Elvira y Giovanni. Para mí ese fue el dolor más grande porque yo no estaba", recordó Caterina Chinnici. "Sin embargo, ese dolor se convirtió en valentía y ganas de seguir adelante en la memoria para conocer y tener conciencia, para decidir llevar adelante el mismo compromiso. Giovanni supo expresar este dolor mío en las últimas páginas de este libro".

Esta fue la parte más dolorosa. "Fue un flujo completo desde mi memoria al teclado de la computadora", dijo Giovanni Chinnici. "Decidí no censurar el último capítulo y fue una elección muy difícil. Lo escribí exactamente como lo recordaba, con la característica de una enorme expansión temporal que me sorprende incluso a mí. Las cosas que sucedieron en fracciones de segundo las recuerdo como de una duración infinita", dijo. "Lo extrañé mucho porque era un hombre realmente fuerte y yo a esa edad estaba buscando mi personalidad por lo cual chocábamos permanentemente. Así que me perdí la parte serena. Ahora soy un hombre adulto, tengo la edad que tenía mi padre cuando lo mataron y hoy me doy cuenta de que quizás me perdí la parte más importante, la de una relación de hombre a hombre", reiteró Giovanni Chinnici. "Así que decidí contar esos 7147 días en los que, después de su asesinato, también tuve que encontrar la dimensión de una relación madura que hoy es mi herencia y un faro para mi vida".

Foto: ACFB