Los magistrados Di Matteo y Ardita marcan riesgos y anomalías

¿Cuáles son los riesgos detrás del caso de Alfredo Cospito, el anarquista que durante más de 160 días se declaró en huelga de hambre para protestar contra el régimen del 41 bis al que fue sometido? ¿Era realmente ese el régimen penitenciario que se debía aplicar? ¿Hasta qué punto estos hechos pueden influir en el futuro del 41 bis y de la cadena perpetua obstativa para los mafiosos? ¿Pueden realmente los jefes confiar en que podrán salir de la cárcel?

Estas son algunas de las preguntas que ayer Report, el programa de la RAI conducido por Sigfrido Ranucci, trató de responder con la investigación "Ombre Nere" (Sombra Negra), creada por Giorgio Mottola (con el asesoramiento de Andrea Palladino y la colaboración de Norma Ferrara).

La condena de Cospito

Report reconstruyó las diversas fases de la "batalla" anarquista que comenzó con el atentado, en el 2012, de Roberto Adinolfi, director de Ansaldo Nucleare, perteneciente al grupo Ansaldo Energia (Finmeccanica). Un hecho que le costó una condena de 10 años y 8 meses de prisión. En los años siguientes fue acusado de haber colocado dos paquetes bomba en Fossano, en la zona de Cuneo, frente a la escuela de alumnos de Carabineros, donde no hubo muertos ni heridos. Por este asunto se acusa a Cospito de masacre política y se aplica el artículo 285 del código penal (atentado a la seguridad del Estado), que prevé la cadena perpetua y es uno de los delitos "obstructivos", aquellos por los que el condenado no puede obtener beneficios o penas alternativas.

Report mostró en exclusiva imágenes grabadas al día siguiente de la explosión de la bomba en las que se ve el cubo de basura donde se depositaron 500 gramos de cargas de pólvora totalmente destruido, junto con canicas y esferas de metal, mientras que los demás contenedores se encuentran intactos.

Sin embargo, no es por la masacre que el anarquista se encuentra en el 41 bis. El régimen penitenciario se aplicó a raíz de la publicación de unos escritos firmados por él en los que, de hecho, se exaltaba la lucha armada.

Pero ¿realmente el 41 bis era la única forma de evitar que ciertos mensajes salieran al exterior?

"La anarquía, como la palabra indica, es un movimiento ideal que evita las estructuras organizadas –subrayó Gustavo Zagrebelsky, expresidente de la Corte Constitucional–. Esto no quiere decir que no sean peligrosos, pero tengo la impresión de que en este caso el choque no es tanto la racionalidad guiada por principios constitucionales, sino el hecho de que hay que mostrar una cara sombría del Estado".

Según Zagrebelsky, por tanto, en este momento existe el riesgo de que Cospito se convierta en un símbolo, y no sólo para los anarquistas.

El golpe al 41 bis

El crimen organizado también observa lo que sucede. Un dato, resaltado por el informe de Mottola, es que después de solo 65 días de huelga de hambre Cospito fue trasladado a otro grupo social carcelario y es en este ámbito donde se desarrollaron los diálogos con sujetos de la 'Ndrangheta y la Camorra que lo instaron a continuar la protesta contra el régimen penitenciario.

Palabras que estaban incluidas en los informes de los agentes penitenciarios que fueron enviados confidencialmente al DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) y al Ministerio.

Así se volvió a trazar la historia del diputado de Fratelli d'Italia, Giovanni Donzelli, vicepresidente de Copasir, sobre el que investiga la Fiscalía de Roma, y el posible descubrimiento de actos secretos. Donzelli siempre dijo que no lo eran. Es cierto que otros diputados han solicitado el acceso a determinados documentos, pero el propio Ministerio ha negado la posibilidad de transmisión, por tratarse de documentos confidenciales.

Lo que espera la mafia

Todo el asunto Cospito, sin duda, también podría tener un impacto en el futuro del régimen penitenciario aplicado a los miembros de la mafia. La eliminación de la cadena perpetua y del 41 bis desde que fueron previstas (después de las masacres de los años noventa) ha sido siempre una obsesión de las organizaciones criminales, nostálgicas de la época del "Grande Hotel Ucciardone".

El 41 bis, como recordó el fiscal nacional adjunto antimafia, Nino Di Matteo, "fue una herramienta importante y sigue siendo importante y decisiva sobre todo porque, al prohibir la conexión con el mundo exterior, socava definitivamente el prestigio criminal y el poder criminal del detenido dentro de la organización". De hecho, por tanto, "ya no nos hace considerar a la cárcel como un pasaje normal en la vida delictiva del mafioso, sino que nos hace considerarla como un momento en el que lo ponemos en condiciones de dejar de ser mafioso".

Desafortunadamente, sin embargo, los jefes mafiosos han encontrado maneras de aprovechar las fallas que se han desarrollado con el tiempo, y siguen dando directivas incluso para llevar a cabo atentados.

Los videos de Riina y Graviano

Ataques como el que el jefe de jefes, Totò Riina, ordenó contra el magistrado Nino Di Matteo en el 2013. Se mostró un video inédito en el que Riina, mientras juega a las cartas, le pregunta a su compañero social Alberto Lorusso: "¿Qué combina Berlusconi?". "Ayer salió la noticia -responde Lorusso- Riina amenaza al fiscal Di Matteo". "¿Escuchan nuestras palabras?" pregunta el jefe de la mafia corleonesa. Y la dama de compañía responde diciendo que se estaba preparando una protección seria. A lo que Riina, con una sonrisa burlona, responde: "Pero ¿cómo lo amenazo? ¿Cómo lo amenazo? ¿Acaso no estoy en el 41?".

Pero habría habido fallas y vacíos detrás del 41 bis desde el primer momento, desde que los jefes fueron trasladados a Pianosa y Asinara. En este punto intervino el magistrado Sebastiano Ardita, quien entre 2002 y 2011 fue director de la oficina de detenidos del DAP: "Los jefes más conocidos de Cosa Nostra, Riina, Santapaola, Bagarella y Madonia, han estado en esos lugares, en promedio, seis meses de los cuatro años. El resto del tiempo pasado en las cárceles transcurría donde se celebraban los juicios que les concernían".

Fue en uno de estos movimientos que, según se dice, en 1997 los jefes de las masacres Giuseppe y Filippo Graviano lograron concebir a sus propios hijos a pesar de su detención. Una historia conocida por los noticieros que también fue contada por boca del jefe mafioso de Brancaccio cuando fue interceptado en el 2016 como parte de la investigación sobre la Tratativa Estado-mafia.

"El hecho en sí mismo es verdaderamente demostrativo del fracaso en ese momento del 41 bis -recordó Di Matteo-. Solo podemos pensar que hubo tapaderas hasta este asunto por el cual alguien del Estado quería que el deseo de tener hijos de Giuseppe y Filippo Graviano se cumpliera. Esto de la concepción de los hijos de los Graviano es un capítulo aún abierto y por explorar que podría abrir la puerta a un conocimiento aún más importante del equilibrio entre la Mafia y el Estado en ese período".

La evolución del régimen penitenciario de los mafiosos

En 1998, tras el cierre de los departamentos 41 bis en las islas de Pianosa y Asinara, los jefes mafiosos fueron repartidos en varias prisiones. En ese momento los jefes, para frenar el aislamiento, habría puesto en marcha otros expedientes. "Uno de ellos -dijo Ardita– son los problemas de salud. Muchos presos, debido a su edad, tienen patologías crónicas y, de vez en cuando, han pedido cambiar de circuito, de prisión y han declarado incompatibilidad con el sistema penitenciario". Otro elemento es el tema del estudio. "En un momento dado –prosiguió Ardita– los presos pidieron ser trasladados para rendir exámenes a una universidad que estaba ubicada a dos mil kilómetros de distancia".

Escuela y honores

Este es otro de los temas que exploró el informe de Report. De hecho, trascendió que, entre los 41 bis, en comparación con la población penitenciaria, existe la mayor concentración de internos matriculados en la universidad. Con excelentes resultados como los obtenidos por líderes como Pietro Aglieri, Giuseppe y Filippo Graviano.

Ardita destacó que, luego de algunos controles, resultó que sustancialmente los jefes nunca fueron desaprobados en una materia. Un hecho objetivamente anómalo.

Volviendo a los intentos de los jefes de dialogar con el mundo exterior, los dos magistrados subrayaron el fenómeno por el cual, tanto en el pasado como en la actualidad, existe una concentración de clientes en el 41 bis en cabeza de algunos abogados.

"Si un detenido bajo el régimen del 41 bis se entera de que su defensor puede hablar con otras personas, lo pone en aprietos –dijo Ardita–, puede pedirle que le dirija información o tener información del defensor. Lo normal es que el defensor natural y éticamente se niegue, pero lo pone en riesgo, lo avergüenza. Este es otro tema no definido".

Sobre el tema, la Comisión Parlamentaria Antimafia, en 2016, encargó un estudio confidencial al DAP y trascendió que había abogados que asistían a entre diez y treinta jefes mafiosos al mismo tiempo. Dos en concreto, Amicarella Barbara y Piera Farina, incluso superan el centenar.

Precisamente la abogada Farina fue interrogada por las cámaras de Report, pero aseguró que, aunque es consciente de estos riesgos, a lo sumo pudo haber pasado que alguien le pidiera saludar a otro sujeto, pero nunca se prestó a esa transmisión.

La sentencia Viola y la CEDH

Continuando con la investigación, Mottola se enfrentó entonces al llamado "casus belli" contra el 41 bis, es decir, la conocida sentencia de la CEDH (Corte Europea de Derechos Humanos) en el caso del recurso de apelación del hombre de la 'Ndrangheta, Marcello Viola. Un sujeto que nunca ha colaboró con la justicia y nunca se disoció de la organización. Un recurso con el que se alimentaron las esperanzas de muchos jefes, incluido Giuseppe Graviano.

Y fue en las escuchas obtenidas de sus conversaciones con el camorrista Umberto Adinolfi que el jefe de Brancaccio comentó libremente sobre la inminente intervención de la CEDH.

"Cuando los dos hablaron de la posibilidad de que Graviano comenzara a colaborar y contara toda la verdad sobre las masacres –recordó Di Matteo–, Graviano dijo: 'Quiero esperar a ver que sucede con la cadena perpetua, porque me dicen que van a llegar positivas noticias de Europa'". Como diciendo: "¿Para qué voy a colaborar si yo, que he cumplido tantos años en prisión, puedo salir de la cárcel sin arrepentirme?".

Son conocidas las consecuencias de la sentencia de la CEDH, que acusó a Italia de realizar un "chantaje moral" contra Viola, ya que los beneficios solo podían otorgarse colaborando con el Poder Judicial.

Luego de esa sentencia Viola obtuvo la concesión de permisos premio, aunque varias sentencias definitivas lo han señalado como el inspirador de la Faida di Taurianova, la guerra que se saldó con 32 muertos. Y no solo eso. El exfiscal adjunto de Reggio Calabria, Gaetano Paci, destacó que las sentencias del 2020 reiteraron que el clan Viola sigue activo y que no hay evidencia de la ruptura de relaciones con el mismo, tanto así que su esposa Italia Zagari fue detenida por ser de la 'Ndrangheta en 2017, mientras que su cuñado, Ernesto Fazzalari, fue arrestado como prófugo solo un año antes.

"No fuimos consultados por el Tribunal Europeo", dijo Paci, confirmando que los documentos fueron enviados de todos modos al gobierno italiano para contestar el recurso.

No se sabe qué uso se hizo de esos documentos.

Lo que se sabe es que después de la sentencia de la CEDH y de la Corte Constitucional, el gobierno de Draghi, primero, y el gobierno de Meloni, después, se vieron obligados a intervenir y hoy, aunque se han fijado unos límites muy altos, incluso los reclusos de alta seguridad que nunca han cooperado con la justicia tienen acceso a los permisos premio. Un golpe, de hecho, a la legislación antimafia, como dijo Di Matteo: "Si aceptamos la hipótesis de que un irreducible, un asesino que no ha colaborado con la justicia, salga de la cárcel corremos el riesgo de crear una situación en la que se desincentive la colaboración con la justicia".

Cooperativas de la derecha

Finalmente, el último tema del programa, fue el que refiere al papel de las asociaciones y cooperativas del sector penitenciario para lograr el acceso a los beneficios y la pronta liberación de los jefes. Así trascendió que en importantes penitenciarías italianas algunas de estas asociaciones están vinculadas al mundo de la extrema derecha, encabezadas por los protagonistas de las páginas más sangrientas de la historia italiana.

En el análisis en profundidad de Mottola, se ahondó en las actividades de Luigi Ciavardini y Francesca Mambro (los dos exterroristas del NAR –Núcleos Armados Revolucionarios–, condenados junto con Valerio Fioravanti, entre otras cosas, como autores materiales de la masacre de Bolonia) dentro del sector penitenciario. Cooperativas que mueven diferentes tipos de dinero.

Uno de ellos, el Gruppo Idee, creado en prisión por el propio Ciavardini para promover actividades deportivas y generar trabajo presentado como una oportunidad para rehabilitar a los presos, en realidad también se utilizó para sacar a los presos "amigos" de las rejas. Report documentó cómo entre las personas que se beneficiaron de la red, entre otros, también habría estado Gilberto Cavallini, ex NAR, condenado por la masacre de Bolonia, quien obtuvo la semilibertad en 2017.

Además, Report también destaca que Ciavardini, Mambro y Fioravanti deben indemnizar a las familias de las 85 víctimas con aproximadamente mil millones de euros. Sin embargo, hasta la fecha siempre se han declarado insolventes. Una cifra que estaría fuera de lugar, en razón de la cantidad de dinero que mueven las empresas de Ciavardini (más de 3 millones de euros).

El programa de RAI 3 también descubrió que, en el 2002, Mambro y Fioravanti hicieron que su hija, que en ese momento tenía solo un año, comprara la casa donde viven.

El último elemento ofrecido a los espectadores fue el caso de Totò Cuffaro, también miembro del Gruppo Idee, cuando estuvo preso en Rebibbia. El exgobernador siciliano –según la reconstrucción de Report– habría aprovechado algunos eventos deportivos organizados en prisión por la asociación (presidida por Germana De Angelis, esposa de Ciavardini y hermana de los exmilitantes de Terza Posizione, Nanni y Marcello De Angelis) para reunirse informalmente algunos de sus antiguos colaboradores.

Fotos: Antimafia Duemila

Foto 2: Alfredo Cospito y las masacres de Capaci, Bolonia y Piazza Fontana

Foto 4: Giovanni Donzelli, diputado de Fratelli d'Italia