Lunes 29 Abril 2024

Recientemente mis colegas Aaron Pettinari en Italia y Erika Pais en Uruguay enfatizaron en sendos artículos, la verdad sobre el caso Alfredo Cospito, desde ángulos que se hacen visibles, en definitiva, como una suerte de telón de fondo -para echar aguas claras- sobre una jugada que ha hecho la mafia, apelando a la figura de un anarquista italiano, que además de despertar las sonrisas de los jefes mafiosos, ha sido -y es- punta de lanza de una campaña internacional, que erróneamente se precia de revolucionaria, siendo que en realidad -así enmascarada- no hace otra cosa que ser funcional y servil a la mafia.

Esa campaña internacional denominada “No dejemos morir a Alfredo Cospito”, “contra el régimen de aislamiento del 41 bis” se fundamenta en el mal entendido criterio de que el régimen penitenciario que le concierne a Cospito, y que les concierne también a los mafiosos presos -en todo el territorio italiano- debe sugerir a la comunidad mundial que es un régimen inhumano y que violenta los derechos humanos. No se trata de ajustarnos a este aspecto, se trata de ajustarnos a los hechos de fondo, y los hechos de fondo tienen una historia de lucha antimafia de vieja data; y además, los hechos de fondo se deben encarar con discernimiento, el discernimiento que no tuvo Alfredo Cospito, quien antes de dar ese paso por su lucha, contra el Estado italiano, no calibró que ella, abrazado al lema de No al Régimen del 41 bis, en realidad resultaba ser funcional a la mafia, al mafioso, al sistema criminal integrado, al poder mafioso.

¿Quizás la mafia manipuló a Cospito? Quizás. Quizás, hasta el punto de llevarlo a su redil criminal, para desde allí convertirlo en mascarón de proa, para hacer una jugada internacional, que, en concreto, no hace más que favorecer -con ropas de una causa revolucionaria- a los nuevos vientos del gobierno fascista de Meloni y a la reforma Cartabia, cuyo principal postulado es debilitar la lucha antimafiosa en Italia, regodeándose con la idea de que la mafia se ha terminado, con la buena nueva de la captura de Matteo Messina Denaro.

¿Qué ha hecho Cospito, de sus postulados revolucionarios, que de hecho son loables, cuando se tiene claridad de ideas? ¿Qué suerte de infiltración ha hecho la lógica mafiosa italiana en su tierra, con una mano de obra revolucionaria, que ahora lleva su lucha entre comillas, por el mundo, como si su causa fuera la causa justa de una criminalidad instalada casi 200 años en la bota italiana? ¿Por qué Cospito, antes de iniciar su huelga de hambre y abrir su juego de lucha, en Italia y ahora en el mundo, no tuvo la sabiduría revolucionaria de separar las aguas? ¿Será que las sonrisas de los jefes mafiosos dieron sus frutos y ahora Cospito es parte suya? ¿Será? Y creo que él lo sabe, mejor que nadie. Y no hay duda que las evidencias sobran y están a la vista pública, porque ahora, movilizarse por Cospito (en contra del régimen del 41 bis) es movilizarse por los mafiosos; es movilizarse para que ese régimen se haga añicos, haciéndose añicos la verdadera antimafia, ignorando de un plumazo a los miles de mártires que la mafia causó en años y años de su existencia, hasta nuestros días.

Osadamente, se han previsto, desde organizaciones anarquistas mundiales -Uruguay, incluido- para este próximo lunes, movilizaciones a las puertas de las embajadas italianas. En esa línea de defender a Cospito, obviamente, la convocatoria ha llegado a Montevideo, para una movilización frente a la embajada de Italia de la calle Benito Llamas, tal como se aprecia en la foto de portada, del afiche, que a propósito visibilizamos roto, sin valides. Porque esa movida, no es válida para nosotros; que no es lo mismo a decir que la lucha de los anarquistas no ha sido ni es justa. Esa ya es otra historia.

Antimafia Dos Mil no estará presente. No se habrá de adherir ni por asomo. Porque la verdadera cara de esta lucha, es otra.

Los largos tentáculos de la mafia, se palpan; se visibilizan de diferentes formas y apelando, para ello, a todas las formas posibles de infiltración; a veces descarada, a veces sutil.

Releyendo atentamente y a conciencia, y con ojo atento, los artículos (*) que hago referencia en el comienzo, tendrá el lector material suficiente para comprender, entender, y asumir, que la lucha antimafiosa tiene varias aristas, porque la mafia cuando se expresa, o da un paso adelante en su obra criminal, lo hace a sus anchas, también atravesando terrenos en los cuales contaminar revoluciones o revolucionarios, es una actividad habitual y esencialmente muy útil para sus cometidos.

A las pruebas me remito: Alfredo Cospito es ahora su estandarte mundial, para que el régimen 41 bis sea retirado. Y lo que es peor: quienes participen de esas movilizaciones -sin saberlo- no harán otra cosa que ponerse en la vereda opuesta, siendo funcional, a un poder financiero criminal, hoy por hoy, sistémico, fascista y desde las entrañas antipopular.

Pero bueno, así están planteadas las cosas; así se confunden a los revolucionarios y así se fagocitan a las multitudes, desde las tiendas de la mafia. Hoy, febrero del 2023.

Imagen de portada: Antimafia Dos Mil

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