"La solución es desde nosotras, no hay otra forma".
Fátima Amaral, directora en Latinoamérica del Movimiento Cultural Our Voice, así habló ayer por la noche en la Plaza Libertad de Montevideo, en nombre de la comisión feminista del movimiento, en el punto donde culminó la marcha por el “Ni una menos” que se realizó tanto en Uruguay como en distintos puntos de la región. Con un discurso de fuerte y clara denuncia, también habló en nombre de todas las mujeres y de todas las disidencias que siguen siendo material de descarte para un sistema que persistentemente desvaloriza el dolor y el abuso. Porque es el mismo espacio de reclamo, de denuncia pública, compartido con quienes viven experiencias tan traumáticas. Porque siempre es la misma alma colectiva que se sacude el llanto y la frustración, y fortalecida, se pone en pie y lucha. Y se enfrenta a otro monstruo colectivo, con tantos rostros como perpetuadores del machismo. Y son tantos, y tan intolerantes, que se empecinan en aferrarse a los sillones de las oficinas judiciales, de los recintos parlamentarios, y de las instituciones. Y andan en las calles, en los hogares, en los trabajos. En una esquina oscura en la noche, disfrazados de empresarios, de periodistas, de parejas, exparejas, de policías y militares, de padres. No importa el disfraz que utilicen.
Este 3 de junio se repitió una vez más la convocatoria a mujeres y disidencias, para insistir en que no aceptaremos que haya Ni una menos de nosotras. Grandes movilizaciones unieron a organizaciones feministas y a disidencias, en un solo grito. En Montevideo, Uruguay, el equipo de Antimafia Dos Mil acompañó la numerosa concentración convocada por la Coordinadora de Feminismos, que se llevó adelante en el centro de la ciudad, en la Explanada de la Intendencia. Un encuentro de arte y denuncia, acompañado además por familiares de algunas mujeres dadas como desaparecidas y de otras que lamentablemente aparecieron sin vida.
En la concentración, llamó la atención la participación de Adriana Belmonte, la mamá de Lola Chomnalez (la joven que años atrás fuera asesinada en una playa de Rocha) junto a Diego Chomnalez, el padre. Visiblemente conmovida y emocionada, se hizo presente junto a otras mujeres, quizás para sentirse acompañada por quienes viven su sentimiento, pero sobre todo "para visibilizar lo que es la violencia de género", según señaló a Antimafia Dos Mil. Ocho años pasaron para esa familia, antes de que el presunto homicida pudiera ser identificado. Ocho años, para que la justicia le diera una respuesta a la familia de Lola. Ocho años de ser un caso mediático que alimentó el morbo de tanta gente, pero que no fue suficiente para que la justicia resolviera el caso. Y tras ocho años de insistir, con persistencia, la justicia finalmente dio sus respuestas.
Adriana, vive estos momentos "intensos, conmocionantes, con euforia, con mucha emoción".
Antes del arranque de la marcha, un colectivo presentó una intervención artística que remitió a la violencia que sufren las mujeres, a la opresión y al sometimiento. El momento se llenó de una energía particular, que recorrió a las y los presentes, y dio paso a la movilización, que se desplazó hacia la Plaza Libertad con cantos, carteles y pancartas.
Our Voice
En la Plaza, el Movimiento Our Voice esperaba preparado para presentar una intervención artística donde se denunciaría, a través de una performance más algunos audios (del presidente Luis Lacalle Pou -donde desconoce que los hombres son los máximos exponentes de la violencia machista- , del fiscal de Delitos Sexuales, Raúl Iglesias -que en los últimos días archivó 300 casos de violencia sexual-, y del periodista Ignacio Álvarez -que interfiriendo en un caso abierto de violación sexual, publicó audios donde se reconocía a la víctima denunciante y la acusó de mentir) el apoyo expreso de estos agentes sociales del patriarcado a la perpetuación de estas conductas nocivas para mujeres y disidencias. Una intervención de denuncia llena de emociones, y que terminó en un abrazo con cierta inocencia, con cierta vulnerabilidad, con la sorpresa de quienes escucharon y vieron, una denuncia en forma de arte.
Fátima Amaral, apenas terminó de actuar, tomó el micrófono y expresó la denuncia del Movimiento: "Estamos juntas, y esto es por ellas, por las que no están, por las que siguen revictimizadas, por las que siguen oprimidas, por nosotras es que seguimos juntas, contra las redes de un sistema opresor, de un sistema patriarcal, que lamentablemente en Uruguay lejos de erradicarse se sigue profundizando, porque hoy cuenta con un Poder Judicial que es cómplice. Como pudimos ver los últimos días, hace prensa y hace un circo mediático sobre los archivos, olvidándose que en esos archivos se va la vida de nosotras, que en esos archivos se va la vida de miles de niñes abusades. Y ahí siguen, con su circo mediático, constantemente. Una justicia que nos revictimiza, que nos culpa, que nos acusa, que nos señala, que nos sigue exponiendo a los medios hegemónicos que no hacen más que seguir como un juego, un juego de señalarnos, de condenarnos. Quieren seguir dominando nuestros cuerpos, nuestras disidencias, entonces juntas contra un sistema que es patriarcal, que nos exprime, que nos explota, así es como tenemos que seguir. Porque no hay otra forma, porque la solución es desde nosotras, no hay otra forma".
"Es un sistema que nos mercantiliza, que los sexualiza, desde que somos pequeñas. Hoy a las infancias, las siguen sexualizando, las siguen mercantilizando. Y este gobierno es cómplice, porque sigue apostando a un modelo económico que no hace más que traer inversiones extractivistas, que no hace más que entregar áreas portuarias, cuando sabemos que eso alimenta la trata y la explotación sexual".
"Si, seguimos, hasta que aparezcan todas. Tocan a una y tocan a todas".
Una proclama general
La movilización culminó con la lectura de una proclama general, donde recordaron a mujeres desaparecidas y asesinadas, por las cuales todavía no hay respuestas. Además, resaltaron que se encontraban marchando para replicar el grito de todas estas gurisas, para hacer colectivo su dolor, dolor que es nuestro también y de tantas otras cuyas vidas están marcadas por la violencia machista de todos los días. Y recordaron que solo en este año, hubo 13 feminicidios y tres infanticidios.
"El Estado es responsable y exigimos respuestas para todas", fue el cierre de la proclama, y señalaron que "vivimos en una sociedad indiferente a todas estas situaciones".
María Sinos, del colectivo '¿Dónde están nuestras gurisas?', conversó con Antimafia Dos Mil al finalizar la marcha, y nos contó que en este momento están "acompañando el caso de 22 gurisas que están desaparecidas, adultas y menores de edad. Sabemos que no son las únicas. En lo que va del año van desapareciendo seis mujeres que continúan desaparecidas, estamos hablando de que había dos mujeres que estaban desaparecidas y aparecieron sus cuerpos, asesinadas, que son Tamara Borges y Ahielén Casavieja. Después también hay muchas gurisas que están desaparecidas y que nadie las busca, como fue el caso de Karina Saracho".
Respecto a la denuncia colectiva presentada por familiares de siete mujeres el 1° de abril de este año, que se investigan en la Fiscalía de Delitos Sexuales, manifestó que "las actuaciones de la justicia siguen siendo escasos y sobre todo las familias siguen estando muy solas en la búsqueda".
También opinó sobre las declaraciones del fiscal Raúl Iglesias: "Nos parece una forma que se repite de violencia hacia todas las mujeres, no solamente en los casos puntuales sobre los que está pronunciando, porque de alguna manera es como una lección que se intenta dar hacia todas las mujeres y la importancia o el lugar que tienen las víctimas en esta sociedad".
La violencia se perpetúa, se mantiene, se sostiene, por las personas que desestiman la importancia de la vida de la mujer, que la desvalorizan, que desconfían, que no le creen, que están dispuestos a dañarla, a revictimizarla, y que reproducen esos comportamientos hegemónicos, capitalistas, en los distintos ámbitos de decisión e influencia: en los grandes medios de comunicación, en los organismos del Estado, y también en las decisiones judiciales, en la voluntad de investigar o dejar morir una causa, siendo partícipes de una impunidad similar a la que viven los desaparecidos por el Estado, sin el brazo ejecutor del aparato estatal, pero con la misma falta de voluntad para hallar a esas desaparecidas y dar una respuesta a las familias, que aún hoy, les siguen llorando.
Por eso, insistiremos hasta que no exista ni una menos.
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*Foto de portada y restantes: Antimafia Dos Mil / Romina Torres