Por Malena Sánchez-5 de junio de 2022
Un hilo rojo, dice la leyenda, conecta a aquellos que están destinados.
Qué certera proclama para pensar a la sociedad. La sociedad, la organización social, como una gran red de conexiones infinitas, de hilos entrelazados, de relaciones humanas que en su intercambio crean cultura, valores, ideologías, crean estructuras e instituciones, crean formas de organización política, económica, moral, insertando a cada individuo en esa sociedad constituida desde su preexistencia, sociedad sostenida por sus construcciones históricas que hoy son hilos interdependientes.
Dentro de toda esa construcción histórica, aparecemos las mujeres. ¿Qué lugar ocupamos en esta gran sociedad? ¿Cómo nos definen sus instituciones? ¿Qué rol nos otorga la Iglesia, la educación, las industrias, el Estado, las costumbres?
Al día de hoy, desde que comenzó el 2022, los femicidios en Argentina llegan casi a los 140, una cifra que un poco nos habla de la situación de las mujeres en esta sociedad. Por esta razón, y contra todas las violencias, se convoca en todo el país a marchar el 3 de junio desde el año 2015, cuando fue la primera marcha de Ni Una Menos a raíz del femicidio de Chiara Paez. Desde Rosario, la marcha fue multitudinaria, cuadras y cuadras de reclamos, esperanzas y expresión en contra de un sistema que teje hilos patriarcales, sostenido por sus instituciones y su cultura plagadas de visiones machistas.
Queriendo plasmar todos nuestros reclamos, y plasmar que la salida es unidas y organizadas, desde el movimiento artístico militante Our Voice realizamos una intervención en el escenario.
Las telas rojas nos unían, en un simbolismo contundente, a lo que quisimos representar como el sistema, manipulándonos y controlándonos con todas sus redes. Liberándonos de ellas juntas, levantamos nuestro cartel "En medio de sus redes, resiste nuestra trama" que además contenía la denuncia "El Estado es responsable''.
Además, dentro de las consignas generales, una de sus principales fue "El Ajuste es violencia", y qué necesario resaltarlo en un contexto de crisis económica en crecimiento. En primer lugar, porque las mujeres viven en carne y hueso la pobreza, siendo las más afectadas, desde la estadística siendo mayoría en el trabajo informal, hasta la realidad material de tener más de cuatro mil mujeres viviendo con su agresor por no tener autonomía económica ni acceso a una vivienda. En segundo lugar, porque la política económica de un país es fundamental para sus consecuentes políticas en todos los aspectos. Garantizar el acceso a la vivienda, al trabajo digno, a programas de asistencia a víctimas de violencia de género, no solo requiere de voluntad política sino de presupuesto, y una economía en colapso es una economía de recortes, de miseria y de malestar social.
Contra toda esta realidad, allá, arriba en el escenario, desde Our Voice expresamos a través del arte la injusticia en la que estamos inmersas, conmovidas por el sentimiento de estar representando, de forma artística, las vivencias de tantas mujeres y nuestra resistencia. Porque así avanzamos, resistiendo, combatiendo, y es lo que quisimos transmitir.
Nos posicionamos contra los femicidios, contra la justicia patriarcal, contra todas las formas de violencia y dijimos que el Estado es responsable por su acción u omisión. Nos posicionamos desde el arte para expresar, para generar sensibilidad, para unirnos, algo tan importante si queremos construir colectivamente.
La recepción a nuestra intervención de quienes allí se encontraban, con sus aplausos, su apoyo, su recibimiento, nos hizo reafirmar nuestra denuncia: que somos millones tejiendo nuevos hilos, sintiendo dentro este motor de transformación.
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*Foto de portada y restantes: Our Voice / Leandro Gómez