La migración, una tragedia que sigue arrojando muertos. Esta vez, una mujer de 25 años y su hijo de 4, fallecieron al intentar cruzar el Río Bravo, que une a México con Estados Unidos. La familia intentaba llegar al país del norte, pero una fuerte corriente los arrastró. Tras de ellos quedó el padre del niño, de 33 años, quien no pudo hacer nada para rescatarlos.
Alessa Patiño y su hijo Ismael Alan, eran uruguayos. El padre del niño, Guillermo Alan, cubano. Vivían en el barrio Las Acacias, en Montevideo, y estaban en contacto con la familia de Alessa. El hermano de la mujer, que no mencionó su nombre, dijo a El País que no sabían la travesía que habría emprendido la familia. El plan era viajar a Estados Unidos, por un destino mejor para su hijo. Incluso aclara, que contaban con dinero para viajar en avión, ya que habían vendido su casa y su auto. Pero había un detalle: el esposo, cubano, no tenía visa para entrar al país norteamericano.
Luego de un viaje a Panamá, Alessa e Ismael esperaron a Guillermo, que atravesó la selva de Nicaragua y llegó por tierra a Pachuca, donde se encontraron. Desde ahí se arrimaron hasta Colihua, ciudad mexicana que linda con Estados Unidos, por donde intentaron atravesar el río, que ocupa 1.455 kilómetros a lo largo de la frontera, de un total de 3.100 kilómetros de largo, de la línea divisoria entre ambos países.
Fue en ese momento, cuando Alessa y su hijo Ismael intentaron cruzar el río, pero la fuerza de la corriente los arrastró. Hasta el momento, solo fue posible recuperar el cuerpo del niño, a quien la familia materna quiere repatriar a Uruguay.
En lo que va del año, ya son 15 las personas que murieron arrastradas por la corriente del Río Bravo, mientras trataban de llegar al otro lado de la frontera, en busca de un cambio en su estilo de vida. La desesperación y las dificultades para sostener a sus familias y a sí mismos, son los puntos fundamentales que les hacen tomar una decisión que significa un riesgo para sus vidas.
Las migraciones en las condiciones geopolíticas actuales, son generalmente catastróficas. Miles de familias mueren escapando de sus países, en busca de condiciones de vida más adecuadas. Las guerras, el hambre, la falta de recursos, la violencia, son motivaciones fundamentales para que el movimiento migratorio sea masivo. Y los accidentes y tragedias de todo tipo, son una constante.
Como si esas personas, no tuvieran derecho a aspirar a una vida mejor. Como si no necesitaran ayuda, muchas veces los dejan morir, y otras tantas, como en este caso, son arrastrados por el agua, o por la indiferencia, o por el negacionismo que discrimina y niega el sufrimiento ajeno.
La migración, una tragedia que sigue arrojando muertos.
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*Foto de portada: Inmigrantes al día