Sábado 4 Mayo 2024
Reconocido músico pronunció alguna vez que las cosas tienen movimiento

Por Malena Sánchez-7 de marzo de 2022

En estos días, de organización y de intercambio previos al 8 de marzo, me encuentro repensando en sus palabras. Escucho nuestros reclamos, nuestros debates, nuestros miedos. Observo las idas y vueltas, las resoluciones de conflictos y la energía colectiva que marcha. Analizo nuevas ideas, tantas otras viejas y conceptos en disputa.

En estos días previos, las fuerzas del ambiente se intensifican. Entre ellas se entrelazan y confluyen, generando imaginariamente una red de destellos veloces que giran y giran alrededor del mundo en cada ciudad organizada.

Son días de trabajo y esfuerzo, de reuniones, pero, sobre todo, días donde las mujeres nos unimos y exponemos todo aquello que durante siglos nos oprimió. Y es que las fuerzas del mundo no son equitativas, en él existen poderes que pujan interesadamente en contra de sectores de la humanidad. Poderes igual de organizados, que con sus herramientas mediáticas, políticas y económicas controlan las vidas del grueso social. Poderes que han construido a lo largo de la historia un ideal de lo que es y lo que debe ser, dejando en un rol de subordinación a lo femenino y las decisiones en manos de lo masculino. Donde el control, la dominación y la violencia es moneda corriente por parte de varones, que educados en el ideario de una masculinidad déspota nos han arrebatado tantas vidas y libertades.

Estas fuerzas opresivas, encarnadas en una minoría de hombres, imponen su hegemonía desde la educación, desde los medios de comunicación, desde la publicidad y propaganda, desde los productos masivos, desde las instituciones... desde la construcción de una cultura machista que se inserta con cautela en las mentes del mundo.

Así, las imaginarias fuerzas del planeta se dividen, y las personas llevándolas dentro comienzan a correrse hacia el lado minoritario y corrompido del privilegio o hacia el miserable y esclavo lado de la subordinación.

Y me pregunto qué es el feminismo si no es esto. Una lucha de mujeres en movimiento, como movimiento, que se niegan a ser miserables esclavas de la subordinación. Me pregunto qué somos si no somos una, aunque seamos miles, una sola fuerza que recorre el mundo y lo hace temblar, impulsando el cambio, creando en cada empuje una nueva transformación. Qué somos sino mujeres que aprendieron lo que son y lo que valen, que abrieron los ojos contra las mentiras y que hoy renacen para reaprender desde un paradigma de liberación.

Con nuestras disputas, con nuestras diferencias y nuestros errores, somos un movimiento mundial de los más poderoso existentes; diverso y heterogéneo, pero con la fortaleza de un sentimiento colectivo de emancipación, que avanza día a día hacia su fin.

Los desafíos son incontables. Tenemos la desgracia de pertenecer a una especie incapaz de crear instantáneamente una cura a sus problemas, pues parte de ella es quien los genera y los sostiene. Pero de este lado nos encontramos, pensando, creando y peleando contra un sistema movido por fuerzas despiadadas y sanguinarias.

De este lado, con las nuestras nos movilizamos; fuerzas organizadas que con anhelante ilusión empujan el mundo, direccionándolo hacia su plena resurrección.

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*Foto de portada: Portal 180