Lunes 29 Abril 2024
 
Riace: jóvenes actores de Our Voice hicieron caer la máscara de la hipocresía italiana y occidental
 
Por Marta Capaccioni-13 de noviembre de 2021

"Hablo en nombre de todos los 'abandonados del mundo' porque soy un hombre y nada de lo humano me es ajeno". Fue el profundo sentido de estas palabras, pronunciadas en 1983 por el gran revolucionario y líder africano Thomas Sankara, lo que guió e inspiró la ejecución artística de Our Voice, realizada recientemente en Riace, con motivo de las jornadas de solidaridad con el exalcalde de la localidad, Mimmo Lucano. Una revolución, la de los jóvenes artistas y activistas, que abraza las desgracias, los dolores y los sufrimientos de todos los pueblos del mundo. Un grito de justicia que parte de Italia, pero que se difunde y se expande con gran eco en África, India, Oriente Medio, hasta llegar a Sudamérica, inspirado en cada experiencia de esclavitud, persecución, guerra y discriminación, haciéndose heredero de todas las luchas de liberación de cada ser humano que vive y respira en esta Tierra. Porque la vida nace con dignidad y esa dignidad hay que defenderla, sin importar el color, la forma, la raza o el género humano, animal o vegetal.

Así cobró vida la presentación artística del Movimiento que, en pocos minutos, contó la historia de opresión y violencia de cientos de pueblos en el mundo, comenzando por el africano. El grito de dolor y sufrimiento de los jóvenes actores y actrices, que representaban a la tierra africana y a sus habitantes, hizo caer la máscara de la hipocresía occidental y europea y dejó al descubierto el verdadero rostro de la civilización que siempre hemos exportado en nombre del progreso económico y tecnológico. Fue la crudeza de los movimientos y los momentos de tensión que siguieron, lo que paralizó a todo el pueblo de Riace por un segundo.

"Estamos aquí para denunciar a una Europa que les quita todo a mis hermanos y luego los deja morir en el mar. Y si no los deja morir en el mar condena a quienes los ayudan y un ejemplo de ello es Mimmo Lucano", dijo Thierno Mbengue, uno de los jóvenes actores, de origen senegalés, que habló al final de la presentación.

"Pretendemos que los políticos, sin importar que sean de derecha o de izquierda, dejen de hacer de la inmigración un teatro de propaganda política, alimentando así un clima de odio y racismo en todo el país", dijo refiriéndose al Matteo Salvini de turno y a otros exponentes políticos que juegan todos los días con la vida de las personas desde sus posiciones de privilegio. Un fracaso total para una Italia que se sostiene económicamente con el dinero de la mafia y que durante más de 150 años ha abandonado territorios enteros de su Estado, dejándolos a merced de la pobreza, las penurias económicas y sociales, la ilegalidad popular, la subsistencia y finalmente del crimen organizado, que actúa como intermediario en el tráfico ilícito de seres humanos referido a la contratación y explotación de mano de obra en el campo.

La tasa de pobreza en las regiones del sur es hoy del 42% y el cuadro de los delitos cometidos está vinculado a condiciones de supervivencia similares a las de los países subdesarrollados. "No hay voluntad política para eliminar la pobreza extrema en la que se encuentra gran parte de la población italiana y extranjera, para aprobar reformas sociales reales y profundas o leyes adecuadas y flexibles que permitan a los organismos públicos y territoriales responder a las necesidades de la población y realizar inversiones con fines solidarios. No hay voluntad política para poner la lucha contra la mafia en la cima de las agendas gubernamentales. Vivimos en un Estado que condena la solidaridad y mientras tanto gasta 25 mil millones de euros en armas militares y nucleares para generar otras guerras, otras persecuciones, otras migraciones y otras muertes", afirmó con contundencia el joven activista, haciéndose portavoz de la denuncia de todo el Movimiento.

"Y es por eso quizás -siguió diciendo- que en lugar de rechazar a quienes buscan ayuda, deberíamos reflexionar sobre nuestras responsabilidades y sobre las razones por las que miles de personas, familias y niños se ven obligados a abandonar sus tierras, arriesgando su vida".

De hecho, en referencia a las acciones del exalcalde de Riace, Mimmo Lucano, recientemente condenado a 13 años de prisión, los jóvenes activistas recordaron que actualmente vivimos en un Estado donde se viola constantemente el artículo 10 de nuestra Constitución, que establece el derecho de asilo en el territorio italiano para todo extranjero que se vea impedido del ejercicio efectivo, en su país de origen, de las libertades democráticas garantizadas por la Constitución italiana.

"Mimmo Lucano actuó en un país donde no existe una eficiente política migratoria de admisión, en el que las leyes muchas veces no brindan las herramientas para respetar, honrar y poner en práctica el ineludible deber de solidaridad consagrado en el artículo 2 de nuestra Constitución. Un deber que todos los días, la política y los medios de comunicación, desprecian", dijo Thierno Mbengue.

Y quizás, cada vez más a menudo, este deber inderogable de solidaridad también deba ir acompañado de un deber moral de desobediencia civil respecto a las leyes injustas, leyes que no se implementan de manera eficiente o leyes que no brindan las herramientas legales y económicas para amparar y ayudar a quienes están en estado de necesidad y para sacar a miles de familias del sometimiento y control local de la 'Ndrangheta.

Entonces, ante todo esto, es necesario que Italia se revise a sí misma y haga una limpieza interna que empiece por el gobierno y los recintos parlamentarios, que durante demasiado tiempo han estado insertos en la lógica de la corrupción y la complicidad mafiosa. La sentencia de condena contra Mimmo Lucano, dictada pocas semanas después de la sentencia de la Tratativa Estado-Mafia, transmite un mensaje grave y muy preocupante a todos los ciudadanos: la solidaridad con los necesitados es un delito que se debe castigar, mientras que la Tratativa es delito solo para los mafiosos, pero no para los políticos y los exponentes desviados de las instituciones. Una justicia que garantiza la impunidad a determinadas categorías de sujetos, corriendo en cambio a distinta velocidad para quienes quedan fuera de determinadas élites del poder. Los 13 años de Lucano chocan con los 7 a los que el cofundador y ex senador de Forza Italia, Marcello Dell’Utri, fue condenado por concurso externo en asociación mafiosa y con los 4 de Silvio Berlusconi por fraude fiscal.

"Así estamos -dijo el activista Thierno Mbengue- en medio de esta 'montaña de mierda', como la definiría Peppino Impastato; y es por eso que los jóvenes queremos expresar nuestra solidaridad a Mimmo Lucano, a su pareja, a los amigos de Becky, a cada migrante obligado a vivir en condiciones inhumanas, y a pedir en voz alta que en Italia se empiece a hacer verdadera justicia, con 'J' mayúscula, como nos enseñan esos pocos magistrados italianos que se exponen cada día para buscar la verdad".

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*Foto de portada y galería: Our Voice / Pietro Calligaris

*Video: Our Voice