Jueves 28 Marzo 2024
Por Claudio Rojas, desde Chile-9 de noviembre de 2021

Con 78 votos a favor, 67 en contra y tres abstenciones, la Cámara de Diputados de Chile, votó a favor de declarar admisible la acusación constitucional contra el presidente Sebastián Piñera por el caso de compraventa de la minera Dominga, por las supuestas irregularidades en la venta, en Islas Vírgenes Británicas de un polémico proyecto minero. En una jornada peculiar y maratónica de 22 horas, el socialista Jaime Naranjo hubo realizado una exposición de casi 15 horas, con la lectura de 1.300 páginas, para lograr alargar la discusión hasta la madrugada, a la espera del voto clave de un congresista al que este martes se le levantaba la cuarentena por Covid 19. En un ejercicio de filibusterismo nunca visto en el Congreso, con escasa credibilidad ciudadana, la técnica de obstruccionismo parlamentario ha provocado tanto interés como sus implicaciones. Es la segunda ocasión que este Parlamento busca sacar del cargo a Piñera -la primera fue en el marco del estallido social en 2019- con una acusación que ahora deberá revisar el Senado, donde a la oposición se le hará más complejo reunir los votos necesarios en contra el mandatario. Mientras tanto, el presidente podrá seguir ejerciendo sus funciones, pero no podrá salir del país. Un hecho importante y de carácter simbólico, sin lugar a dudas, pero que, sin embargo, no sabemos o tenemos muchas dudas, de que llegue a prosperar en la Cámara alta, pues allí ha habido siempre mayor compromiso con el Ejecutivo, y el actuar de los senadores a lo largo de este período, así lo ha demostrado.

La acusación ha abierto un debate profundo sobre la oportunidad de esta acusación constitucional contra Piñera. Un sector defiende la necesidad de castigo político -”es un ayuno que he hecho por la Justicia”, aseguró Naranjo, sobre las horas sin alimentación ni descanso en medio de su discurso-, como lo expresó el candidato Boric: “Con el trabajo periodístico internacional supimos que el presidente Piñera habría realizado transacciones en paraísos fiscales, siendo un proyecto dañino ambientalmente como Dominga, la moneda de cambio. No permitiremos que la máxima autoridad dañe la honra del país”, escribió en Twitter.

Para otros, sin embargo, fue un nuevo momento de descrédito de la clase política, que dirigentes como Kast saben aprovechar: “Esta noche, sin lugar a dudas, será recordada como una de las más infames de la historia de nuestro Congreso. Maniobras políticas, engaños y falso heroísmo para justificar un acto político-electoral sin fundamento”, escribió el candidato de la derecha extrema.

Esta acusación se generó a partir de la vergüenza mundial que generó los llamados “Pandora Papers” y se develó una operación encubierta en un paraíso fiscal, donde queda en evidencia, el uso de información privilegiada entre otros delitos, por parte de Piñera. Esto, no sólo desprestigia al propio Ejecutivo, sino que, al ser el actual presidente, queda en entredicho toda la institucionalidad del país. Entonces, como una forma de lavarse la cara, y además como parte de sus campañas políticas para la reelección, aprobaron esta acusación constitucional; a nuestro juicio también, para que en el extranjero no se diga que en Chile no hacemos nada contra un presidente corrupto, que es el hazmerreír mundial del dolo y la corrupción mundial, sin mencionar su imagen de criminal de lesa humanidad y violador sistemático de los DDHH.

Si fuera por una verdadera convicción, tendrían que haber reaccionado antes contra las evidencias innumerables de casos de corrupción que involucraron a este personaje nefasto, como son: Caso Penta, caso SQM, caso Cascadas, Caso Chispas, Colusión Lan cargo, Triangulaciones en CHV, sus hijos hacían boletas falsas, Caso Exalmar, entre otros.

Con esta aprobación en la Cámara baja, Chile restablece, en cierta forma, algo de decencia en su proceder institucional, que venía siendo atropellado de forma sistemática por quien aún ocupa el sillón principal de La Moneda.

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*Foto de portada: 24horas.com