Sábado 27 Abril 2024
240.000 muertos y 20 años después, Afganistán vuelve a estar en manos de los Talibanes
 
Por Andrés Volpe-16 de agosto de 2021

¿Cuál es la razón de dejar a un pueblo entero abandonado después de dejar una tierra arrasada? ¿Cuál es la clave para entender cómo se deja a una sociedad vulnerable y a merced de un grupo mercenario cuando se habló de traer democracia a una nación? ¿Cómo se juega con la desesperación de la gente inundada por la desidia? Un olvido que duró al menos 20 años.

Este tiempo, es para pensar en las miles y miles de almas, que están surcando un desierto de incertezas, caminando hacia la esperanza de una prosperidad que nunca quizás logren alcanzar. El día después, solo queda para hacer las cuentas sobre una diezmada economía, un poder político débil, fugitivo y servil, que jugó a favor del narcotráfico mundial, el tráfico de armas desde ambos “bandos”, y los intereses extranjeros sobre los recursos estratégicos del territorio.

Mientras, el conflicto está provocando ya un éxodo que huye de los combates y los ejércitos de ocupación. La ofensiva de los talibanes (que ocupaban el 65% del territorio afgano) ha causado al menos unos 250.000 desplazados desde su inicio en el mes de mayo, y un 80 % de ellos son mujeres, niños y niñas, advirtió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Este éxodo se suma a los 150.000 que ya tuvieron que dejar sus hogares entre enero y mayo, y eleva el total de desplazados internos en el país centroasiático a 3,3 millones de personas, según las cifras facilitadas este viernes en rueda de prensa por la portavoz de ACNUR Shabia Mantoo.

Mientras el país se sacudía por la catástrofe humanitaria, la embajada rusa en Kabul informó este lunes que el presidente afgano, Ashraf Ghani, huía del país con cuatro coches y un helicóptero llenos de dinero en efectivo. Afirman que era tanto el dinero, que tuvo que dejar una parte, para no desestabilizar el avión que lo transportaba, según informó la agencia de noticias RIA. La desesperación de la gente era tal en el aeropuerto que las imágenes mostraban como muchos hasta se colgaban de algunos aviones en despegue. Mientras tanto, el paradero de Ghani se desconoce, ya que abandonó el país el domingo, en el mismo momento en que los talibanes entraban en Kabul. Según se indicó, justificó su huida en la voluntad de evitar un baño de sangre. Las fuerzas de seguridad del país, entrenadas por Occidente, se desplomaron en cuestión de días, incluso antes de la retirada de los últimos soldados estadounidenses.

Ahora que Estados Unidos “terminó” su guerra más larga, nos preguntamos ¿era una guerra que no podía ganar o era un cambio de estrategia para sus economías “paralelas”?

Según el periodista William Engdahl, el ejército estadounidense ocupó Afganistán por dos razones: “principalmente para restablecer y controlar la principal fuente mundial de opio de los mercados internacionales de heroína y utilizar la droga como arma contra sus adversarios en el terreno de la geopolítica, especialmente contra Rusia. El control del mercado de la droga afgana es capital para garantizar la liquidez de la mafia financiera en bancarrota de Wall Street”.

Afganistán sigue siendo el mayor proveedor de opiáceos ilícitos del mundo y se encamina hacia el mercado de las metanfetaminas.

La destrucción generalizada durante la guerra, los millones de personas desarraigadas de sus hogares, los recortes de la ayuda exterior y las pérdidas de gasto local por la salida de las tropas extranjeras lideradas por los yankees alimentan una crisis económica y humanitaria que probablemente dejará a muchos afganos (los que no hayan podido migrar) dependientes del comercio de narcóticos para sobrevivir y a merced de los talibanes.

Los campos de la planta adormidera (a partir de la cual se fabrican el opio, la morfina y la heroína) del país ya son la fuente de la mayor parte de la heroína del mundo, pero el reciente reporte del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), advierte que el llamado cristal (metanfetamina) puede llegar a convertirse en una industria igual de grande. El auge es el resultado de un descubrimiento por parte de los narcotraficantes de que una planta que se encuentra comúnmente creciendo en forma silvestre en partes de Afganistán, la efedra, puede usarse para crear el componente clave de la metanfetamina: “la efedrina ya provocó un cambio fundamental”, según explicó David Mansfield, experto en industria farmacéutica de Afganistán y autor de un informe sobre el tema. El investigador señaló que los narcotraficantes solían extraer efedrina de medicamentos importados costosos, pero ahora pueden usar esta alternativa mucho más barata. La heroína es un problema desde hace mucho tiempo en Kabul, pero ahora muchos consumidores que caminan como zombies en sus calles y duermen debajo de los puentes optan por la metanfetamina, una droga más barata, pero igual de peligrosa.

Según la ONU, en tres de los últimos cuatro años se han registrado los niveles más altos de producción de opio en Afganistán. Incluso, mientras la pandemia del COVID-19 hacía estragos, el cultivo de amapola se disparó un 37% el año pasado, según se informó en el mes de mayo. Un dato contundente que arroja luz sobre el porqué de la masiva producción de drogas, lo arroja una investigación publicada por la red Voltaire, y menciona que desde el año 2010, las autoridades rusas han acusado a la OTAN de estar exportando la heroína afgana hacia Europa.

La publicación también afirma que el traspaso del tráfico de los aviones de la OTAN hacia los yihadistas del Emirato Islámico demuestra los vínculos existentes entre ambas organizaciones. Y ese traspaso se produjo justo en el momento en que el hasta entonces presidente afgano Karzai acababa de salir del poder (en el 2014). Según el Servicio Federal Ruso de Control de Estupefacientes (FSKN), más de la mitad de la heroína que se consume en Europa proviene de Afganistán, a través del Emirato Islámico.

Según los datos obtenidos por el Servicio Federal Ruso, responsable del control de estupefacientes, las cosechas de adormidera se han multiplicado por 40 desde la intervención estadounidense en. El 92% de las plantaciones y los laboratorios se encuentran precisamente en las zonas bajo control de las tropas de la OTAN.

Para que tengamos una medida de la magnitud del problema. Solo durante el año 2008, la heroína afgana mató a más de 100.000 personas en todo el mundo. Ante estas realidades, Moscú ha decidido denunciar la responsabilidad de la OTAN ante el Consejo de Seguridad de la ONU, hecho que pasó desapercibido.

Continúa el informe afirmando que, en la época de la Unión Soviética, la CIA incitó a los muyahidines a cultivar la adormidera para intoxicar a los jóvenes soldados del Ejército Ruso. En aquel entonces, agentes franceses infiltrados en la asociación Médicos Sin Fronteras se encargaban de importar los productos químicos necesarios para la producción de la droga. El tráfico local lo organizaba la familia Karzai. Es de público conocimiento que hoy en día la mayor parte de la producción afgana está siendo adquirida por una organización dirigida por el medio hermano del ex presidente Karzai y controlada por el Pentágono. La parte de la producción que se destina a Europa occidental llega a Camp Bondsteel (en Kosovo) a bordo de los aviones de las fuerzas armadas estadounidenses. Ya en Kosovo, la droga pasa a manos de la mafia kosovar de Hashim Thaci, de estrechos vínculos con la mafia italiana, y de ahí hacia el resto del mundo.

Este último se convirtió en primer ministro de Kosovo gracias al apoyo del entonces embajador estadounidense Frank Wisner Jr., y de Richard Holbrooke, el que fuera representante especial del presidente Obama para Afganistán.

Otra publicación sacada a la luz por el periódico el mundo citando un informe del senado norteamericano, sitúa a EEUU como garante comercial de “ambos lados” del conflicto. Las empresas de seguridad privada que trabajaban en Afganistán contratadas por EEUU contribuyen a llenar las arcas de los talibanes, según un informe del Senado estadounidense. El documento, realizado por el Comité de Servicios Armados del Senado, establece que el Departamento de Defensa es dependiente de los "los señores de la guerra" apostados en el territorio afgano, los cuales, en la mayoría de los casos, desvían fondos para las actividades delictivas.

"Hay evidencia significativa de que algunos contratistas de seguridad incluso trabajaron contra nuestras fuerzas de coalición, creando la misma amenaza a la que debían combatir y para lo cual fueron contratados", agregó el senador demócrata Carl Levin.

"Estos contratistas amenazan la seguridad de nuestras tropas y el éxito de nuestra misión", aseguró el senador, al presentar el informe. Unos 26.000 empleados de seguridad privada, en su mayoría afganos, operan en el país, de los que nueve de cada 10 trabajan para el Gobierno de EEUU.

Richard Fontaine, miembro del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, dijo que el documento de la comisión "completa un cuadro que muchos ya habían sospechado: que el dinero de los contribuyentes a veces termina en manos de aquellos a los que estamos combatiendo en Afganistán".

Las firmas de seguridad privada en Afganistán brindan guardias para diferentes organismos, desde embajadas y agencias de ayuda humanitaria, hasta convoyes de provisiones y bases militares estadounidenses.

Durante años, Estados Unidos buscó salir de Afganistán. El presidente Donald Trump firmó supuestamente un “trato” con el Talibán en febrero de 2020 que limitaba las acciones militares directas contra los insurgentes. Después de que los insurgentes ingresaron a Kabul, los negociadores del Talibán debatían una transferencia del poder, dijo un funcionario afgano. Se desconocía de momento la fecha en que tendría lugar la transferencia del poder y quién estaba negociando por los talibanes. Los negociadores por el gobierno incluían al ex presidente Hamid Karzai; el dirigente del grupo político y paramilitar Hizb-e-Islami, Gulbudin Hekmatyar, y Abdulá, abierto crítico de Ghani.

Todo lo anterior demuestra que el Pentágono sigue aplicando la estrategia Rumsfeld/Cebrowski, ‎consistente en alimentar «guerras sin fin» para impedir que los países del 'Gran Medio ‎Oriente' lleguen a estar en condiciones de oponer resistencia al capitalismo financiero. Los mismos que dicen luchar contra su enemigo son los que los arman.

Como señaló en su momento el especialista francés Thierry Meyssan, para intentar seguir siendo la primera potencia mundial, ‎Estados Unidos tendría que adaptarse al capitalismo financiero: “La mejor manera de hacerlo ‎sería garantizar a los países desarrollados que podrán explotar los recursos naturales de los países ‎pobres sin obstáculos políticos”.

El día después del olvido 2

Mujeres y niñas, las más perjudicadas

Zarmina Kakar, una activista por los derechos de las mujeres, llorando durante una entrevista para la Associated Press en Kabul cuenta que tenía un año cuando los talibanes entraron a la ciudad por primera vez en 1996, y recordó una época en la que su madre la llevó a comprar su helado, cuando gobernaban los talibanes. Su madre fue azotada por un combatiente talibán por dejar al descubierto su rostro durante un par de minutos. "Hoy nuevamente, siento que, si los talibanes llegan al poder, volveremos a los mismos días oscuros", expresó.

“Siento que somos como un pájaro que hace un nido para vivir y se pasa todo el tiempo construyéndolo, pero de repente y sin poder hacer nada ve cómo otros lo destruyen”, agregó Zarmina..

Las mujeres afganas constituyen el sector de la población afgana más vulnerable y la incursión de los talibanes las coloca en la misma posición miserable que tuvieron hasta la invasión occidental en 2001, debido a su rigurosa interpretación del islam, discutible y contraria a la opinión de la mayoría de los musulmanes.

Los derechos de las mujeres vuelven a estar en entredicho, como cuando los talibanes gobernaron a partir de 1996. Las mujeres de más de 8 años de edad tenían prohibido acudir a las escuelas y hasta esa edad solamente podían leer el Corán. La educación solo estaba al alcance de los hombres. También se les prohibía aparecer en público sin cubrirse todo el cuerpo con el burka y sin la compañía de un varón de su familia.

Las mujeres que infringían estas regulaciones podían ser azotadas públicamente e incluso podían ser ejecutadas. En las zonas rurales y urbanas en manos de los talibanes, las mujeres se han convertido en auténticas prisioneras. No en cárceles, pero sí en sus hogares, puesto que solo pueden abandonarlos en compañía de un hombre de su familia y en el marco de restricciones de todo tipo.

Durante el régimen talibán de los 90, los líderes fundamentalistas prohibieron que las mujeres realizaran cualquier clase de trabajo fuera del hogar, una prohibición que responde a una interpretación excesivamente rigurosa del islam, que ni siquiera existió en tiempos del profeta Mahoma.

En julio y en las provincias de Badakhstan y Takhar, los líderes talibanes locales pidieron a los líderes religiosos de la zona que redactaran una lista con las mujeres mayores de 15 años y con las viudas menores de 45 años para casarlas con soldados. El plan de los talibanes es el de reeducar a esas mujeres en el islam que ellos predican.

Un número indeterminado de familias con hijas jóvenes están huyendo de sus pueblos y ciudades ante el temor de que las obliguen a casarse. Este temor existe en todo Afganistán y crece conforme los talibanes avanzan y conquistan nuevos territorios. En una sociedad acusada de patriarcal y misógina, se obliga a las mujeres a cubrirse el rostro siempre que están en público porque "la cara de una mujer es fuente de corrupción" para los hombres.

El espectro del gobierno que se prolongó desde 1996 a 2001, vuelve. Entonces, según Amnistía Internacional, el 80% de los matrimonios eran forzados. Habiendo dicho esto, nunca debemos perder de vista los abusos que los soldados norteamericanos perpetraron contra las jóvenes afganas y de los que nunca se habló en la prensa. Más allá de un par de casos brutales, los demonios no solo se visten con turbante.

Dos décadas después, vemos como el capitalismo no ha abandonado el territorio, no se ha ido con el ejército yanque y su coalición de serviles de la OTAN. Por el contrario, ha potenciado la bestia de la barbarie que volvió con más fuerza.

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Foto de portada: ipsnoticias.net

Foto 2: elpais.com