Miércoles 15 Mayo 2024

El ultra nacionalista, ministro de finanzas y una de las principales figuras de la coalición gobernante ultraderechista, Bezalel Smotrich, planea invertir millones de dólares en refacciones de asentamientos y nuevos puestos de avanzada en Cisjordania. Ante esta ofensiva del gobierno de Netanyahu, los palestinos buscan reeditar una jornada de unidad y paro general para el próximo lunes 21.

Se trata de 180 millones de dólares (o 683,109 millones de shekel -moneda israelí) que el colono y ultraortodoxo Smotrich -figura de peso en el gobierno israelí- pretende volcar en refacciones y nuevos asentamientos en zonas que todavía el Estado colonial de Israel no regula totalmente. Contra este nuevo avance israelí, que se suma a la brutal represión que el Ejército y la Policía sionistas vienen realizando en ciudades y poblados de ese territorio, es que palestinas y palestinos (organizaciones sociales, humanitarias, otra vez con la juventud a la cabeza) llaman a realizar una jornada de paro general el próximo lunes, mientras los militantes del Hamas -presos en cárceles israelíes- comenzarán ese día una huelga de hambre.

Se trata del intento de la coalición gobernante de judaizar territorios robados a Palestina -reforzando el régimen de apartheid-, incluida Jerusalén este, como parte de una ofensiva mayor que incluye también ahogar económicamente hasta a los palestinos israelíes (los ciudadanos de segunda dentro de la llamada línea verde). Por eso los planes de Smotrich contemplan retener U$S 55 millones dedicados al desarrollo de municipios palestinos en Israel y congelar el envío de U$S 670 millones destinados a los palestinos en Jerusalén, ese dinero iría para la construcción de asentamientos de colonos, algo que hasta la propia ONU define como ilegal (recordemos que, a ese organismo internacional, lo dirigen potencias imperialistas, con EEUU a la cabeza, el socio estratégico de Israel. Aunque, como ya dijimos en anteriores artículos, esta política israelí se vuelve disfuncional para los intereses geopolíticos estadounidenses).

Mientras la crisis interna continúa para Netanyahu y su gobierno. Aunque por el verano israelí las movilizaciones contra la reforma judicial disminuyeron en número, se mantuvieron y comenzaron a surgir acciones de escraches contra el primer ministro en su lugar de veraneo. Este sábado volvieron a llenar las calles de Tel A Viv y otras ciudades, poniendo el centro esta vez en la discriminación de género que el gobierno, a instancias de su ala de extrema derecha, pretende imponer por ejemplo en el transporte público de Israel. La consecuencia más novedosa de estas movilizaciones, que ya van por la semana número 33, es la carta abierta que más de 700 académicos y personalidades públicas de Israel, Palestina y otros países han firmado, en la que equiparan la ocupación israelí de Cisjordania con el apartheid.

Ahora la decisión de Smotrich se da un mes después de que el gobierno anunciara planes para aprobar miles de permisos de construcción para asentamientos ilegales en Cisjordania. El anuncio de los millones de dólares para esos asentamientos pretende hacer más concretos esos planes. La próxima semana la Knesset (parlamento) va discutir si aprueba o no, el destino de estos fondos. Un parlamento donde el gobierno de Netanyahu tiene mayoría. Esta política también es un intento de dar respuesta a un sector de clase media pauperizada y sectores de trabajadores israelíes (muchos de los cuales son la propia base de este gobierno), que ven los asentamientos como una solución a sus problemas habitacionales. Además de que una parte pequeña de esa clase media pauperizada podría eventualmente convertirse en pequeños y medianos empresarios haciendo uso de los subsidios estatales y las exenciones impositivas que les daría vivir y producir en las colonias. A eso también apuesta esta coalición gobernante, para solidificar su propia base social.

El gobierno demócrata de Joe Biden describió la medida israelí de intentar avanzar en 5.700 unidades de vivienda en Cisjordania como un "obstáculo para la paz". Algo bastante cínico, ya que tan solo desde el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos definió otorgar un paquete de U$S 38.000 millones por el período 2017-2028, fundamentalmente para ayuda militar, eso significó un aumento del 6% con respecto a la década anterior. Esto no anula el hecho de la preocupación del imperialismo yanky por las políticas de la coalición israelí, que incluso obliga a estados árabes de la región a protestar por la situación de los palestinos, como es el caso de Arabia Saudita, que aunque no firmó los Acuerdos de Abraham, su monarquía se mueve entre los acuerdos con China e Irán y la presión de Estados Unidos para avanzar en negociaciones entre ellos e Israel, para lo cual los saudíes exigen algún tipo de resolución para la cuestión palestina. En este "juego" diplomático es que a principios de este mes Arabia Saudita nombró por primera voez a un embajador no residente para los territorios palestinos.

Se trata de una nueva avanzada del Estado sionista que el pueblo palestino continúa resistiendo.

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(*) Gentileza de La Izquierda Diario

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Foto: Asentamiento israelí en Cisjordania